El varamiento de un delfín que sangraba por la boca, con la mandíbula totalmente rota y cortes en el costado; una tortuga enredada a unos aparejos y a una boya, con un corte profundo producido por cordeles atados a sus patas; una pardela muerta con un cable atado a su cuello, y residuos de plástico, tantos como para llenar cinco bolsas. Algunos de esos envases, según revelaban sus códigos de barras procedían de países como Egipto, Turquía y Marruecos. Esto es lo que se encontró Marcos Alonso el pasado sábado de Semana Santa cuando fue a pasar el día con sus amigos a la playa del Agujero del municipio grancanario de Gáldar.

Un sábado de Semana Santa empañado por la contaminación medioambiental que termina con cetáceos muertos varados en la orilla, tortugas moribundas, pardelas estranguladas y kilos y kilos de microplástico, algunos de ellos procedentes de otros países. Este día de paella fue contado por su protagonista en un relato que publicó en las redes sociales con el título 'Un día entre azul y negro'. La emoción del texto, la descripción de los hechos y las imágenes que lo acompañan propicia que su post se convierta en viral.

Este es el relato de Marcos Alonso:

"Hoy, mientras disfrutaba de una paella con unos amigos en la playa del Agujero (Gáldar), justo a su lado, en la playa de Bocabarranco, veía como se truncaba el espectacular azul del mar y el cielo en un color oscuro de sinrazón.

Mientras volvíamos de la tienda observamos un grupo de personas y un policía local en su orilla. se trataba del varamiento de un delfín, el cual sangraba a través de su boca dado que su mandíbula estaba totalmente rota y presentaba cortes en su costado, probablemente producido por el golpe contra una embarcación.

A la par, unas personas divisaban a una tortuga enredada a unos aparejos y una boya. Heroicamente, un vecino del lugar se lanzó en las bravas aguas ayudado por un salvavidas costero con cuerda y trajo a tierra al entramado. Enredado en el mismo se encontraba el pobre animal, que presentaba un corte profundo producido por los cordeles en su pata desde sabe Dios cuándo. Finalmente varias personas le liberaron y se dio alarma al centro de recuperación de fauna marina. El animal vivía, no así el desafortunado delfín.

Tras la sobremesa, y conmovidos por lo que habíamos visto, nos dispusimos a regresar a la playa con bolsas y recoger todo el plástico que encontramos en un acto de concienciación; conseguimos llenar cinco bolsas; pero eso solo fue el principio.

En el trayecto encontramos una pardela muerta pero con algo extraño: un cordel atado alrededor de su cuello...(sin comentarios).

Para terminar, hubo tres envases que me llamaron la atención por sus etiquetas dado que no eran de nuestro país. Basándonos en su código de barras pudimos constatar que procedían de Turquía (pulverizador blanco), Egipto (flick para moscas y envase de mantequilla), y Marruecos (tapón de agua del lugar). Ello me transportó a un documental emitido por Cuatro que alarmaba de los plásticos que llegan a canarias procedentes de esos lugares, y que hoy puedo confirmar su realidad.

Ni que mencionar la cantidad de microplástico que encontramos en toda la playa.

Querido mar, tu que tanto me aportas, hoy he entendido claramente tu mensaje lleno de evidencias y dolor, y solo me queda pedirte perdón por las atrocidades que te está infringiendo mi estúpida raza que desborda una sinrazón y soberbia desmedida. Un día entre azul y negro............"