Cándido Ibar, el padre del hispano-estadounidense Pablo Ibar, dijo hoy que, ante la gran cantidad de "dudas" que quedaron patentes en el cuarto juicio por un triple asesinato cometido en 1994 en Miramar (Florida), su hijo debería ser declarado no culpable y quedar en libertad.

En una jornada en la que la acusación interroga a sus últimos testigos, Ibar indicó que la Fiscalía no ha demostrado "solidez en el caso" y que "dudas hay todas, y ante la duda tienes que salir libre".

"Para nosotros está muy bien" el desarrollo del juicio, dijo el padre del acusado de los asesinatos de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y de Sharon Anderson y Marie Rogers, dos empleadas de ese establecimiento, aunque finalmente es el jurado el que deberá decidir.

A la parte final de la presentación de testigos por parte de la Fiscalía la seguirá la presentación de los argumentos finales de las partes este miércoles, tras lo cual el juez dará paso a la deliberación del jurado.

La esposa de Ibar, Tanya, dijo que ahora, que el juicio se encuentra en su fase final, está "nerviosa, pero esperanzada" de que el jurado sopese lo que ha visto y oído y declare no culpable a Pablo ante el "cúmulo de negligencias e irregularidades durante el proceso".

Tanya se refiere, entre otras cosas, a una moción de la defensa de que se entreguen en su totalidad los videos de vigilancia del club nocturno propiedad de Sucharski, donde, al parecer, el día anterior al triple asesinato este había sido amenazado por dos hombres.

Solo hasta 2012 los abogados de Ibar tuvieron conocimiento de la existencia de estas cintas grabadas por una cámara de seguridad del local en la noche previa al triple asesinato, y se preguntan por qué fueron borradas estando bajo custodia de las autoridades y quién lo hizo.

De los 24 años que lleva preso Ibar, 16 estuvo condenado a muerte, pero la Corte Suprema de Florida anuló en 2016 la condena porque las pruebas contra él eran escasas y débiles y ordenó que fuera juzgado de nuevo.

Este nuevo juicio, a cargo del juez Dennis Bailey, comenzó el 1 de octubre de 2018 y, tras el receso de Navidad, la defensa comenzó su exposición el pasado 7 de enero basada principalmente en lo que considera fallos e irregularidades de los detectives a cargo de la investigación.