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La brecha de género, el gran desafío de la FP canaria: solo un 5% de mujeres en los ciclos con más futuro laboral

Las especialidades de Formación Profesional con rápida inserción laboral están masculinizadas, mientras ellas son mayoría en otras ramas como la sanitaria, la estética o en servicios sociales

La alumna del ciclo superior de Mecatrónica Industrial, Noor Peraza, durante un taller práctico

La alumna del ciclo superior de Mecatrónica Industrial, Noor Peraza, durante un taller práctico / Arturo Jiménez

Santa Cruz de Tenerife

Entre tanto negro y azul marino, la mochila rosa de la estudiante Noor Peraza llama la atención nada más entrar al taller donde ella y el resto de sus compañeros reciben clases prácticas. Esta joven de 20 años es la única representación femenina entre los 18 alumnos que cursan el primer año del ciclo superior de Mecatrónica Industrial en el CIFP Virgen de Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife.

«En los últimos dos cursos no habíamos tenido ninguna chica en toda la rama y este año por fin tenemos dos», celebra su tutor, Fernando López. Ni mucho menos se trata de una situación aislada o atípica; la brecha de género es uno de los grandes desafíos –si no el mayor– que enfrenta la Formación Profesional (FP) en las Islas, sobre todo en estudios como este, muy demandados en el sector empresarial y con una representación femenina inferior al 5% entre su alumnado.

De los 46.000 matriculados en la FP canaria, el 51,5% son alumnos (23.700) y el 48,5% alumnas (22.300). Pese a los esfuerzos realizados por la Administración y a que casi existe un equilibrio perfecto en la cifra global, la realidad en las aulas es que sigue habiendo estudios para hombres y para mujeres. Las especialidades donde existe una inserción laboral más rápida están altamente masculinizadas.

El sector industrial, de ellos

En concreto, en todo el sector industrial, que requiere mano de obra cualificada de forma urgente, la presencia femenina no alcanza ni el 5%, por lo que por cada cien matriculados solo cinco son mujeres. Esta realidad es observable, por ejemplo, en ramas como Electricidad y Electrónica, Energía y Agua, Fabricación Mecánica, Informática, Madera, Mueble y Corcho, Transporte y Mantenimiento.

Ellas, por otro lado, se concentran en cuatro familias profesionales: Servicios Socioculturales y a la Comunidad, donde casi nueve de cada diez son chicas (86%); Imagen Personal, con ocho de cada diez; Sanidad, con el 77% de representación y Textil, Confección y Piel, con el 73%. Las chicas, por tanto, son mayoría en las clases –y en el ámbito laboral– de Integración Social, Atención a Personas en Situación de Dependencia y Animación Sociocultural y Turística y en otras profesiones como peluquera, auxiliar de enfermería o costurera.

La trayectoria de Noor

La trayectoria estudiantil de Noor Peraza define bien esta realidad. Terminó la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y eligió un camino que no suele ser el esperado: estudiar un ciclo medio. En este caso, se decantó por la rama sanitaria por recomendación de su entorno porque, según confiesa, a ella siempre le había atraído la Ingeniería. «Mi familia me decía que tirara por el ámbito de la salud, que había trabajo y buenos salarios y probé en Laboratorio Clínico», relata.

Noor Peraza, alumna de Mecatrónica en el Virgen de Candelaria

Noor Peraza, alumna de Mecatrónica en el Virgen de Candelaria / Arturo Jiménez

Sin embargo, una vez concluyó esta formación decidió dar un giro radical y se matriculó en la enseñanza superior de Mecatrónica Industrial, donde ahora apenas lleva unos meses. En las listas iniciales de matriculados sí que figuraban más chicas, pero una desistió y otras ni siquiera llegaron a cursar su primer día. La idea de Peraza es terminar estos dos años y entrar a la universidad, a Ingeniería Industrial o Mecánica. Aunque tampoco descarta quedarse trabajando si se lo ofrecen durante el periodo de prácticas.

Aunque este curso haya tenido que empezar desde cero, resalta que apenas ha tenido problemas. «Muchos de mis compañeros venían con una base, de Bachillerato Tecnológico o de otros ciclos, pero por suerte me ayudan bastante y me he puesto al día», detalla.

La joven pasó de uno de los ciclos con más presencia femenina al extremo contrario: ser la única representación. Pese a que fue «un cambio súper notable», reconoce que es una situación que ya ha normalizado.

Referentes fuera

Hace tres años, la tinerfeña Catalina Méndez estuvo en el lugar de Noor. Ahora, ya graduada, trabaja en una de las empresas de instalación de ascensores más reconocidas. Ella comenzó a estudiar Mecatrónica con 29 años porque sabía que tenía muchas salidas y un buen sueldo. También fue la única chica en su promoción: «Al principio es incómodo porque llegas a la clase y ves que estás sola. Muchas veces nos sentimos inferiores, como si supiéramos menos, pero es un oficio y se puede aprender como cualquier otro».

López, tutor del primer curso y profesor de Fabricación Mecánica, señala que se trata de una especialidad muy valorada en el mercado laboral. «Las empresas están muy necesitadas, demandan mucha gente sobre todo para el área de mantenimiento y, en muchos casos, les ofrecen contratos incluso antes de concluir los dos cursos», apunta en referencia a la FP Dual, una nueva modalidad que permite al alumnado hacer prácticas desde el primer año. Es más, el docente asegura que muchas entidades buscan de manera exclusiva perfiles femeninos y, en la medida de lo posible, tratan de incorporar una plaza por cada sexo, de manera equitativa.

El principal problema, según argumenta, es que está muy masculinizado y que a un sector de la sociedad aún le choca que una mujer desempeñe determinados trabajos industriales porque se cree que es un entorno hostil, sucio, mal remunerado o sacrificado.

El tutor y profesor del grupo, Fernando López

El tutor y profesor del grupo, Fernando López / Arturo Jiménez

Al respecto y con la intención de desmontar estereotipos, quiere lanzar un mensaje: «Las empresas están abogando por equilibrar sus plantillas y solventar esa problemática y, al contrario de lo que se pueda pensar, las condiciones laborales son buenas; muchos de los alumnos que encuentran un empleo tienen sueldos superiores a los del profesorado».

En los informes o estudios que realiza tanto el Ministerio de Educación y Formación Profesional como entidades como CaixaBank Dualiza se constata el claro mantenimiento de estereotipos de género en determinadas familias profesionales, no solo en el Archipiélago, sino en todo el territorio español.

Esta vía educativa está en auge. El número global de matriculados crece cada año, pero la brecha de género persiste en los estudios elegidos. Las féminas han ganado terreno en el cómputo global, pasando de ser 337.145 en el curso 2015-2016 a 502.924 en 2022-2023. Este incremento experimentado también a nivel nacional acerca la proporción de mujeres (46,5%) a la cifra masculina, aunque ellos (53,5%) siguen siendo mayoría.

Más equilibrio en el superior

En titulados superiores es donde se detecta el mayor equilibrio y en los grados básicos y medios, las mayores diferencias. Eso sí, en ciertas especialidades –sin importar el nivel– existe una notable segregación de género que impacta de manera directa en las oportunidades laborales y salariales de las mujeres.

La Ley Orgánica 3/2022 de ordenación e integración de la Formación Profesional establece entre los principios generales de su Artículo 3 la eliminación de los estereotipos profesionales y sesgos de género en las opciones formativas. Este es el gran objetivo que se marca la Viceconsejería de FP del Ejecutivo canario que quiere derribar los prejuicios que acompañan a ciertas ramas profesionales.

Para ello, aseguran que trabajarán desde los centros educativos hacia el alumnado y sus familias. El director del Virgen de Candelaria, Julián Fariña, subraya que desde el departamento que lidera Poli Suárez ya han enviado un comunicado al centro para intentar revertir la situación concreta de dos familias profesionales: Fabricación Mecánica e Instalación y Mantenimiento.

En ellas, añade, casi el cien por cien del estudiantado es hombre. «La brecha se nota mucho y sé que la tónica es la misma también en el resto de centros que imparten estas enseñanzas, los datos son abrumadores. En Automoción, por ejemplo, de 60 matriculados solo dos son chicas», sostiene.

Por su parte, el viceconsejero Francisco Rodríguez destaca que se trata de una realidad que no se observa tanto entre los docentes. «En Electrónica vas a un aula y la mayoría son chicos, pero entre el profesorado suele haber un equilibrio, el número de mujeres y de hombres es mucho más equitativo entre el personal que entre quienes ocupan los pupitres», sostiene. Sin embargo, Peraza asegura que, entre todas sus asignaturas, solo una es impartida por una mujer: Digitalización.

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