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"No sabía que era tan valiente hasta que superé un cáncer de mama mientras estaba embarazada"

María José Santana se enteró con una semana de diferencia de ambas noticias y hoy cuenta su historia con su hijo en brazos

María José Santana, superviviente de cáncer de mama, sostiente a su hijo en brazos.

María José Santana, superviviente de cáncer de mama, sostiente a su hijo en brazos. / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife

María José Santana es madre de dos pequeños con 32 años. En noviembre del año pasado se enteró de que tendría a su segundo hijo. A la semana siguiente le diagnosticaron cáncer de mama. Hoy, con especial importancia por la conmemoración del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, cuenta su historia con su hijo en brazos.

¿En qué momento se entera de que tiene cáncer de mama?

Yo me quedé embarazada en noviembre, y a la semana y media me lo diagnosticaron. Me había notado un bulto en el pecho, mientras me duchaba. Acudí al ginecólogo y me mandaron a hacer una ecomama para descartar que fuera algo malo. Sin embargo, los resultados no fueron concluyentes Tuvieron que hacerme una biopsia, porque al estar embarazada no me podía someter a una mamografía, y con tan buena suerte de que salió que era cáncer.

¿Cómo fue asimilar dos noticias tan distintas, pero a la vez con tanta importancia, en ese corto periodo de tiempo?

Fue duro, no te lo voy a negar. Decirle a tu familia que esperas un bebé, y a la semana contar que tienes cáncer... Pero yo creo que la actitud que he tenido, de un positivismo arrollador, es la que me ha permitido salir adelante. Aunque por dentro estuviera destrozada, siempre intentaba sacar el lado bueno de las cosas y bromear. También me permitía mis tiempos de tristeza, Y hasta este año, yo no sabía que una mujer tan valiente, capaz de superar lo que he hecho. Un cáncer y un embarazo, al mismo tiempo.

"Tuvieron que esperar a que llegara a la semana 14 de gestación, para poder operarme. Había riesgo de aborto o parto prematuro por la anestesia. Y la intervención no podía durar más de 40 minutos".

¿Y qué vino después del diagnóstico?

A partir de ahí, fue todo bastante rápido. Tuvieron que esperar a que llegara a la semana 14 de gestación, para poder operarme. Había riesgo de aborto o parto prematuro por la anestesia. Y la intervención no podía durar más de 40 minutos, pero todo terminó saliendo bien. Los médicos me transmitían positividad y yo fui con esa idea. Aunque el miedo siempre estaba presente. Me quitaron el bulto, y en la semana 23 de mi embarazo comencé con la quimioterapia. Una lucha diaria. No solo por lo que supone este tratamiento, sino porque se juntó con las hormonas del embarazo. Además, suma el miedo de que queden algunas células cancerígenas en el cuerpo y la preocupación porque la quimioterapia afectara al bebé. Fue un cúmulo de emociones.

Mucha gente desconoce que se puede recibir quimioterapia estando embarazada. ¿Fue su caso también?

Sí. Yo tampoco lo sabía. De hecho, una de las cosas qué me motivó a realizar la entrevista fue la oportunidad de visibilizar este tema. Cuando recibí la noticia me dieron dos opciones: interrumpir el embarazo o seguir adelante con él. Y escogí la segunda. En ningún momento me planteé abortar. A partir de ahí comencé a buscar información. Y me costó mucho encontrar a personas que pasaran por lo mismo aquí en Canarias, pero había muchos foros de la Península hablando sobre el tema. También contacté con hospitales de allá. El feedback que recibí era bueno y eso me ayudó un poco a aliviar la incertidumbre y el miedo.

A día de hoy, ¿continúa en quimioterapia?

No, justo finalicé la semana pasada. Y mi hijo nació hace tres, totalmente sano y sin ningún tipo de complicaciones. Tuve un parto natural con epidural y él nació con 37 semanas. Todo fue genial, gracias a los profesionales del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. Ahora, comienzo la radioterapia y lo último sería la hormonoterapia. Por suerte, ya está todo erradicado, pero por prevención tengo que terminar el tratamiento.

"Su apoyo para mí fue fundamental. Cuando me veía sin pelo y a lo mejor se me escapaba una lágrima, ella estaba ahí diciéndome: ¡Mamá, estás muy guapa!".

Tiene otra hija de diez años. ¿Cómo fue explicarle a alguien tan pequeño lo que le sucedía a su madre?

Al principio tenía un poco de pánico a su reacción. Yo tenía en mente el embarazo, la enfermedad y la preocupación de que tampoco le afectara mucho a ella. Lo intenté llevar con naturalidad y ser muy risueña para calmarla. Su primera reacción fue de miedo. Todos los días me preguntaba que si ya estaba bien, si la enfermedad se me iba a ir... Pero es muy madura y, lo entendió. Su apoyo para mí fue fundamental. Cuando me veía sin pelo y a lo mejor se me escapaba una lágrima, ella estaba ahí diciéndome: ¡Mamá, estás muy guapa!, o ¡Venga, un día más es una quimio menos!

Hemos hablado de cómo fue asimilar el diagnóstico como madre y en el entorno familia. Pero como mujer, ¿cómo fue afrontar las consecuencias estéticas de la quimio y, a la vez, lidiar con los cambios del embarazo?

Fue muy duro. Sentí que me habían quitado mi identidad y que me habían arrebatado la persona que era. Nada más raparme y sentir esa sensación pensé ¿Por qué me pasa esto a mí? Es inevitable que se te pase por la cabeza. Y no solo eso, mirarte al espejo y ver la cicatriz de la operación o una mama diferente a la otra es duro de procesar, al final sigo siendo una persona joven.

"Una compañera me recomendó acudir a la Asociación del Cáncer de Mama de Tenerife, Ámate. Alí me ofrecieron ayuda psicológica, estética y fisioterapeuta".

Imagino que sobrellevar esta situación sola es complicado. Es decir, sin ayuda profesional...

Una compañera me recomendó acudir a la Asociación del Cáncer de Mama de Tenerife, Ámate. Alí me ofrecieron ayuda psicológica, estética, fisioterapeuta y de todo tipo. Marcó un antes y un después y les estoy muy agradecida.

Los cribados de cáncer de mama están dirigidos a mujeres de entre 50 y 69 años. ¿Echa en falta que la franja de edad comience más temprano?

Sí. Yo tuve la suerte de palparme ese día el pecho y notar el bulto, pero fue de casualidad porque yo nunca me tocaba. Si no hubiese sido así, habría pasado el embarazo sin darme cuenta y, seguramente, al tiempo hubiese sido mucho peor. También, durante este proceso he visto a chicas más jóvenes que yo pasar por lo mismo y piensas, esto es una lotería. Es triste que haya que esperar a cierta edad para prevenir o detectar la enfermedad de esta manera.

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