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Más de 2.000 pacientes canarios en paliativos y sus familias se refugian en la Atención Psicosocial

El Programa de Enfermedades Avanzadas de la Fundación La Caixa ofrece este servicio, a través de Cruz Roja, a personas con patologías incurables de Tenerife y La Gomera

Las psicólogas Libertad Simón y Gemma Roqueiras frente a la sala de terapias del Hospital de Ofra.

Las psicólogas Libertad Simón y Gemma Roqueiras frente a la sala de terapias del Hospital de Ofra. / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

Más de 2.000 pacientes en Cuidados Paliativos y sus familiares han encontrado refugio en el Programa de Enfermedades Avanzadas de la Fundación La Caixa. A través de Cruz Roja, el equipo de Atención Psicosocial del proyecto se ha encargado de atender, concretamente, a 2.100 personas de Tenerife y La Gomera en lo que va de año. De ese total, al menos 230 pacientes y 600 familiares son nuevos en acceder a este recurso. Una labor que adquiere especial importancia por la cercanía del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, que se celebra mañana.

El programa forma parte de una iniciativa a nivel nacional que nace en 2008, con el objetivo de dotar a todas las Unidades de Cuidados Paliativos de España de este servicio. El equipo de Tenerife está compuesto por tres psicólogas y una trabajadora social que ejercen en varios centros: en el Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria y el Hospital Nuestra Señora de Guadalupe.

Otros centros

«La mayor parte de los pacientes y familiares que atendemos son de Tenerife, pero también nos ocupamos de personas de La Gomera a través de videollamadas», cuenta la coordinadora de la Isla, Gemma Roqueiras. No obstante, también se ocupan de otros tres centros asociados al Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS).

«Nos encargamos de realizar intervenciones psicosociales, emocionales, sociales y espirituales a pacientes que se encuentran al final de la vida y a sus familiares», cuenta la coordinadora. Además, proporcionan soporte a profesionales sanitarios a través de la docencia y también brindan apoyo a personas mayores con enfermedades crónicas y sus allegados. «Hay personas que llevan el periodo con tristeza y necesitan que estemos ahí, otros que tienen un sufrimiento existencial y pacientes con asuntos pendientes que necesitan asesoramiento social», explica. Y asegura que se adaptan a la situación personal de cada quien, para brindar el apoyo y los recursos necesarios por el tiempo que necesiten.

Testimonio

Miriam Santana es una de las muchas personas a las que Roqueiras ha ayudado. «Mi hermana sufría una enfermedad oncológica muy avanzada y cuando su situación empeoró, porque atravesaba mucho dolor, la derivaron a Cuidados Paliativos de La Candelaria», relata. Fue entonces cuando le ofrecieron, a ella y al resto de su familia, los servicios de Atención Psicosocial. «Conocimos a Gemma Roqueiras y nos apoyó mucho. A mi hermana le ayudó a sobrellevar las circunstancias de su enfermedad y a nosotras a asimilar el proceso», cuenta. Cada quince días se citaba con la psicóloga para realizar la terapia.

«Tanto ella como el resto de médicos tienen una sensibilidad admirable. Ha sido un soporte fundamental para atravesar las fases finales de la vida y aunque no siempre tenían respuesta, siempre nos ayudaban a sobrellevar las preguntas», relata. Cuando su hermana falleció, continuó con la psicóloga para el proceso del duelo. «Yo siempre estaré agradecida a Roqueiras. Es impagable que una persona que está constantemente frecuentando la muerte y el final de la vida te brinde el hombro como apoyo», confiesa.

Para Santana, es un servicio que ha cambiado por completo la manera de atravesar la enfermedad de su hermana y los ojos con los que contempla su vida ahora. «El proceso me permitió acercarme de una manera más íntima a mi hermana y tener un vínculo aún más fuerte. Incluso ahora asumo las adversidades del día a día de otra forma, porque no se pueden comparar con la pérdida de un ser querido».

Voluntariado

El programa también cuenta con un voluntariado de acompañamiento a personas en situación de soledad no deseada o con enfermedades crónicas avanzadas. «Suelen ser personas mayores de 60 años que requieren cierto apoyo emocional o social», explica Roqueiras. El trabajo se divide en tres líneas de acompañamiento: virtual, telefónica y presencial. Los voluntarios se encargan de visitar al usuario en su domicilio, llamar por teléfono para hacerles compañía o desplazarse a otros lugares para gestiones puntuales. Es general, el trabajo se centra en conversar, salir al exterior y compartir aficiones como los juegos de mesa.

Para acceder como voluntario es necesario cumplir con una serie de requisitos como contar con formación en este ámbito. «Tenemos una entrevista inicial con la persona interesada para valorar aspectos como que no se encuentra en un proceso de duelo personal, ya que eso dificultaría la realización del voluntariado», detalla. Además, durante el voluntariado también hay un periodo de formación interno. Por ejemplo, Cruz Roja ofrece un curso online de 30 horas sobre del acompañamiento al final de la vida, además de otras lecturas y talleres. Una inciativa más que ayuda a que el equipo esté al cien por cien para el momento más duro de los necesitados.

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