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Los alumnos canarios son los más alborotadores de España: la mitad de los docentes se estresa intentando mantener la disciplina en el aula

La sensación de ansiedad aumenta cuanto más jóvenes son los profesores

Los profesores de la ESO pierden una media de 12 minutos intentando calmarlos antes de empezar la clase

Alumnos entrando a un instituto de Santa Cruz de Tenerife

Alumnos entrando a un instituto de Santa Cruz de Tenerife / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

Los alumnos canarios son los más alborotadores de España. Las aulas canarias, especialmente en la etapa de Secundaria, se convierten en caóticas batallas campales que obligan a los docentes a perder un 20% de su actividad lectiva –unos 12 minutos de una clase de una hora– en tratar de mantener el silencio para poder comenzar a dar clase. Este fenómeno, que se da en Canarias más que en cualquier otra comunidad, es la principal fuentes de estrés laboral de más de la mitad del profesorado de las Islas

Así lo pone de manifiesto el informe Talis 2024. Estudio internacional de la enseñanza y del aprendizaje publicado este martes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el que han participado 55 países y 1.013 colegios españoles. De esta forma, aunque en el resto del Estado es la atención al alumnado con necesidades especiales una de las principales fuentes de estrés para el sistema educativo español, para Canarias, a día de hoy, el foco se encuentra en la difícil tarea de mantener la disciplina en el aula.

En concreto, el 54% de los profesores de secundaria afirma sentir estrés por mantener la disciplina en el aula. Una situación que se recrudece cuanto más joven sea el docente. De hecho, hasta el 64% de los profesores noveles sienten estrés por tratar de evitar el ruido y el desorden cuando llegan al aula. 

Según el informe, en el Archipiélago tres de cada diez profesores (32%) de secundaria experimentan estos alborotos en clase de forma más o menos recurrente. Canarias se convierte así en el lugar de España y la cuarta región de la OCDE donde más ocurre, solo superada por Chile, Portugal y Finlandia. 

Esta situación no solo ocurre en Secundaria, pero el diagnóstico es claro: se agrava cuando los adolescentes llegan a este nivel. Y es que si en secundaria ocurre en un 32% de los casos, en Primaria lo hace en un 24%.

Para la tinerfeña, Raquel Gómez, que ejerce como profesora de Inglés en varios cursos, incluido 1 de Bachillerato, el problema surge de la nueva ley educativa. “Permite a los chicos pasar de curso con muchas materias suspensas y eso hace que se esfuercen menos porque saben que no habrá consecuencias”, lamenta. Para la profesora, que vive esta situación cada día, este contexto académico también provoca que los jóvenes sean menos maduros al llegar al Bachillerato. "Se ha convertido en un 5º y 6º de la ESO", afirma. 

Desmotivados y con un nivel bajo

Además, como recuerda, pese a que Bachillerato es una educación no obligatoria, "están yendo alumnos desmotivados que solo están ahí porque creen que Bachillerato es un curso más fácil de aprobar". A su juicio, el problema está en que debido a las leyes educativas se les acaba aprobando y esos alumnos llegan a la universidad "con un nivel muy bajo". 

Antonio Hernández, profesor de Tecnología en 1º de la ESO, compara las aulas con "una guardería". “Son contestones, indisciplinados, vagos y habladores”, asevera, y afirma que en los últimos años ha notado una progresiva incapacidad para mantener la atención más de 10 minutos

La preocupación de los docentes, además, trasciende la propia situación del aula. Y es que la actitud de los estudiantes les está llevando a reducir la complejidad de los contenidos para conseguir "que alguien apruebe". "Es muy difícil dar clase y el nivel es bajísimo", advierte Hernández. 

Gómez añade que también subsiste un problema asociado a la burocracia. "Se nos está cargando con tanta burocracia y papeleo innecesario que no tenemos tiempo de gestionar otras cosas que quizás sean más importantes como la convivencia del aula", concluye. 

Otras formas de presión

Mantener la calma en el aula es la principal causa de estrés entre los docentes canarios, pero no es la única. El informe también hace evaluación de otros tres motivos que pueden estar desencadenando el malestar del profesorado. Así, en Canarias destaca la cantidad de docentes que sienten presión por los resultados escolares de sus alumnos. En secundaria, un 45% de los profesores admite que se siente responsable por las calificaciones de sus estudiantes. 

Una situación que, además, conlleva a otro momento que se ha convertido en estresante para los profesores: las reuniones con los padres. "Cada vez es más común que, cuando tenemos problemas con los alumnos, los padres los defiendan e incluso se pongan a la defensiva", recalca Gómez. Anticipar este tipo de conflictos hace que un 45% de los docentes sienten ansiedad a la hora de enfrentarse a estos encuentros. 

Para los docentes canarios, sin embargo, es mucho menos problemática la atención a la diversidad. Hasta tal punto que tan solo el 34% lo considera fuente de estrés. Tampoco es un problema –o al menos no al nivel de otras comunidades autónomas– la carga de trabajo asociada a la atención a estos niños con necesidades especiales.

Solo un 27% de los docentes –la cifra más baja de toda España– afirman sentirse abrumados por el exceso de trabajo derivado de tratar la diversidad en el aula, buscar la equidad en el tratamiento de los alumnos o los conflictos derivados de la convivencia.

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