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De Tenerife al Polo Norte: el viaje de Lara para exprimir la vida

En Canarias fueron diagnosticadas de cáncer de mama 1.686 mujeres en 2024. A Lara Lapuente le detectaron un carcinoma metastásico incurable de origen genético. En sus redes sociales cuenta sus experiencias e intenta romper tabúes.

Lara Lapuente (derecha) junto a su madre Lola, su padre Willo y su hermana Raquel en un momento de su viaje al norte de Suecia.

Lara Lapuente (derecha) junto a su madre Lola, su padre Willo y su hermana Raquel en un momento de su viaje al norte de Suecia. / Lara Lapuente

Miguel Ángel Autero

Miguel Ángel Autero

Santa Cruz de Tenerife

Cuaderno de Bitácora: 25 de agosto de 2025. «Salimos del puerto de Santa Cruz de Tenerife con destino a Estocolmo, en Suecia. Mis padres, mi hermana y yo nos embarcamos en la que seguro que será la aventura de nuestras vidas. PD: al final llegamos al Círculo Polar Ártico. ¡Qué pasada las auroras boreales!. Esta podría ser una síntesis muy resumida del viaje que ha emprendido Lara Lapuente, una tinerfeña a la que le detectaron el año pasado un cáncer de mama metastásico incurable. Casi nadie está preparado para encajar un diagnóstico tan amargo, pero saber cómo afrontarlo hasta el último aliento supone la diferencia entre abandonarte a la desesperación o exprimir con intensidad cada uno de los días que la vida te regala.

Lara Lapuente tiene un pasado de viajera. En 2015 dejó su trabajo y se fue de mochilera para conocer mundo. A su regreso abrió una empresa en Tenerife, que mantuvo a flote durante ocho años hasta que le detectaron el cáncer de mama en mayo de 2024. «Era un cáncer bastante grande y, tras muchas pruebas, me dijeron que era de origen genético». El carcinoma afectaba ya a varios huesos de la columna y de la cadera. «Para mi, eso fue lo que marcó un antes y un después en mi vida», recuerda. Cerró su empresa y se volcó en seguir el tratamiento que los especialistas oncólogos le prescribían para atacar al bicho. Quimio, radio, varias operaciones y un sinfín de infiernos médicos, se convirtieron en su rutina. Confiesa que «ha sido un año bastante duro, física y emocionalmente». La incertidumbre es el otro enemigo que padecen quienes son diagnosticados de una enfermedad con esta evolución. «¿Cuál va a ser mi futuro?», se ha preguntado Lara más de una vez.

El camino hasta aquí no ha sido fácil. Tras detectarle el cáncer en la primavera de 2024, comenzó con quimioterapia entre julio y diciembre. Hace diez meses, en enero, le practicaron una doble mastectomía y le dijeron que su cáncer remitía. En abril inició el tratamiento con radioterapia y le dijeron que el carcinoma se había extendido a otras partes del cuerpo. En junio volvió a entrar en quirófano: una complicación tras la primera operación provocó que se le necrosara parte de su pecho izquierdo y había que operar de nuevo.

«Quería vivir y quería disfrutar de la vida porque sentía que eso me lo estaba robando el cáncer»

Lara recuerda que tras esa intervención, le dijo a su madre, Lola, que pensaba hacer un viaje. «Estábamos en la sala de espera para una revisión con la cirujana». «No sé por qué me llamaba mucho la atención ir a Suecia, quizás por ser un destino muy distinto a Canarias o porque en realidad necesitaba huir, escapar y desconectar de mi rutina médica». «Quería vivir y, sobre todo, quería disfrutar de la vida porque sentía que eso me lo estaba robando el cáncer».

Y entonces dijo: «Hasta aquí». Aunque ya había viajado sola, ahora sería la primera vez que lo haría con cáncer y tratamiento. Por eso su madre le preguntó si quería hacerlo sola y Lara le contestó que «no era cuestión de viajar sola o no, lo que no quería era no hacerlo». Explica que su madre rápidamente le propuso acompañarla a ella junto a su padre, Willo.

El viaje

Lara explica que su familia «no solo ha vivido el drama que supone que una de los suyos tenga un cáncer incurable». Revela que el año pasado su sobrina murió con apenas un año y medio, poco antes de que le diagnosticaran el cáncer. «Mi hermana y mi cuñado lo han pasado muy mal. Ella ha intentado quedarse embarazada de nuevo, pero en agosto supo que no lo estaba y se quedó bastante mal. Así que mi cuñado y yo la animamos a que viajara con nosotros».

«Todos habíamos viajado, pero nunca lo habíamos hecho como ahora los cuatro y está siendo una experiencia superbonita, porque siempre hemos estado muy unidos, ya que no tenemos más familia en Tenerife», afirma.

Sobre el viaje que les ha llevado hasta casi alcanzar el Polo Norte, Lara comenta que la familia llevaba tiempo queriendo viajar a Suecia porque tiene un primo que se casó con una sueca y viven en Estocolmo, así que entre una cosa y otra, se les presentó ahora la oportunidad de cumplir con esos planes.

Un coche, casetas de campaña y la carretera por delante. Sin prisas y disfrutando del viaje. Lo único que prácticamente han planificado son las etapas que tienen que hacer para llegar de noche a un camping y descansar, si puede ser, cerca de un río. «La naturaleza me da mucha paz por eso hemos buscado rutas que nos acercaran a estos entornos. Era un sueño que hemos cumplido y que nos ha dado un empuje vital a los cuatro muy fuerte».

Cuando llegaron a Suecia no iban a desperdiciar la oportunidad de acercarse un poco más al norte y ver las auroras boreales. Se montaron en el coche y ampliaron la aventura «poniendo rumbo al Polo Norte». En realidad llegaron al Círculo Polar Ártico, que está bastante al norte para cualquier familia canaria y sí, vieron las auroras boreales.

La fortaleza y vitalidad con la que Lara afronta su enfermedad es admirable y lo muestra en sus redes sociales (@lara.lapuente) donde cuenta a sus miles de seguidores su día a día, sus síntomas y su estado de ánimo. Y lo hace muchas veces sin ocultar esa montaña rusa en la que unas veces estás a tope de energía y otras no puedes dar ni un paso más.

Comenzó a hablar abiertamente de su enfermedad y romper con los tabúes del cáncer porque «hay muchas chicas que les cuesta mostrarse sin peluca, calvas y enfermas. Quería contar algo más que la realidad de la quimio o las biopsias, mostrar todas las cosas negativas que me daba el cáncer, pero las positivas también». Y confiesa que tuvo un momento de debilidad en el que quiso dejar el tratamiento. No lo hizo, pero fue honesta al contarlo y compartir sus dudas, aciertos y equivocaciones.

«El tratamiento te deja muchas veces sin fuerzas, sin ganas de hacer nada y con dolores». Lara tiene prescritos varios fármacos: «un pinchazo mensual y unas cuantas pastillas diarias, entre ellas, una quimio oral». Porque ella se ha ido de viaje con su familia, pero se sigue cuidando para luchar todo lo que pueda contra el avance de la enfermedad.

Lara y su familia ya han emprendido el camino de regreso [aún están en Suecia] y tienen previsto llegar a Tenerife el próximo 19 de octubre.

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