Gestión del medio ambiente
Bosques sin tocar: Europa propone dejar el 10% de las masas forestales sin intervención
La medida busca proteger aquellos ecosistemas más ricos y maduros que almacenan grandes reservas de carbono, capturan CO2 de la atmósfera y son hábitats de biodiversidad

Bosque autóctono en el parque natural de Ponga, en Asturias. / Miki López
Guillem Costa
La Unión Europea ha adoptado una medida que no supone un cambio de rumbo pero sí un matiz importante a la hora de hablar de gestión forestal (y por consiguiente, de prevención de incendios). Al menos el 10% de los bosques del continente debe desarrollarse sin intervención. La obligación se centra en los bosques primarios y maduros, cuya superficie apenas alcanza el 3% de la zona boscosa europea, son una minoría, y suelen encontrarse fragmentados en parcelas pequeñas. Estos ecosistemas son excepcionales: almacenan grandes reservas de carbono, capturan CO2 de la atmósfera y son hábitats que albergan una gran cantidad de biodiversidad, además de garantizar servicios ecosistémicos esenciales como la regulación hídrica y la protección del suelo.
En España, ya hay muchas zonas donde no se actúa, ya sea por difícil acceso o porque no hay viviendas ni infraestructuras en riesgo
A pesar de su relevancia, muchos de estos bosques carecen de un mapeo completo y de sistemas de protección consolidados. En Catalunya, por ejemplo, está en elaboración un catálogo de bosques maduros y de arboledas con cierta heterogeneidad que tienden hacia un bosque maduro, sin llegar a serlo todavía (en algunas de ellas se ha sugerido intervenir para acelerar este proceso de maduración, priorizando la biodiversidad a la hora de hacer gestión forestal).

Un bosque maduro, en Polonia. / El Periódico
La Comisión Europea subraya la necesidad de intensificar los esfuerzos para preservar estos espacios y permitir que la dinámica natural del bosque siga su curso, limitando la extracción de recursos y las intervenciones humanas, pero sin renunciar a actividades compatibles como el ecoturismo sostenible y la recreación al aire libre. En ningún caso se pone sobre la mesa vetar el acceso al espacio.
La directriz europea marca un cambio de paradigma: reconoce que la intervención humana no siempre es necesaria ni deseable
Ejemplos de bosques que podrían adaptarse a esta normativa abundan en el centro y el este de Europa. El bosque de Białowieża, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, considerado el más maduro de Europa, es un modelo de conservación de especies y procesos naturales que han permanecido intactos durante siglos. En cambio, los bosques mediterráneos, como los de la península Ibérica, presentan condiciones diferentes: su menor densidad, la fragilidad frente a incendios y la presión humana requieren enfoques flexibles.
El bosque de Białowieża, entre Polonia y Bielorrusia, considerado el más maduro de Europa, es un modelo de conservación de procesos que han permanecido intactos durante siglos
Miquel Rafa, responsable ambiental de la Fundació Catalunya La Pedrera, señala que existe "una visión del bosque muy centroeuropea" que a veces olvida los bosques mediterráneos: "No todos los ecosistemas funcionan igual, y los criterios de conservación deben adaptarse a cada región". Rafa subraya además que la no intervención no es necesariamente una omisión. "Dejar este 10% sin actuación es viable y de hecho ya se hace, porque no se puede ni se debe gestionar toda la masa forestal; es imposible", afirma. En España, ya hay muchas zonas donde no se actúa, ya sea por difícil acceso o porque no hay viviendas ni infraestructuras en riesgo.

Madera muerta, en el bosque de Białowieża, una de las últimas arboledas vírgenes de Europa. / El Periódico
Estos casos demuestran que en puntos concretos, la mejor gestión también puede ser no intervenir. Además, varios estudios plantean que estos bosques maduros y complejos, con árboles de todas las edades y tamaños y presencia de madera muerta, son más resilientes ante el fuego de lo que se suele pensar, cuando parte de la ciudadanía opina que están "sucios" y se deben "limpiar".
Fórmula equilibrada
La directriz europea marca un cambio de paradigma: reconoce que la intervención humana no siempre es necesaria ni deseable y que preservar espacios donde los bosques se desarrollen libremente es fundamental para conservar los valores naturales más importantes. La idea es equilibrar el uso sostenible de los bosques con la protección de algunos de los hábitats más valiosos. El reto de las administraciones es ahora combinar la preservación de puntos concretos con una gestión equilibrada que reduzca el riesgo de incendios (sobre todo en zonas de riesgo para las personas y los bienes), proteja la fauna y la flora y permita obtener un aprovechamiento sostenible de los recursos.
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