Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Violencia de género

Radiografía de las pulseras antimaltrato en el mundo: los dispositivos avanzan en Europa y EEUU

Este sistema de protección se está introduciendo en Alemania, se testea en Reino Unido y avanza en Francia, Italia y EEUU

Las pulseras antimaltrato, en el centro de la polémica.

Las pulseras antimaltrato, en el centro de la polémica.

El uso de las pulseras antimaltrato, impulsadas en España en 2009 de forma pionera y utilizadas desde entonces por 21.036 mujeres, han desatado en España una tormenta después de que la migración del servicio de Telefónica a Vodafone provocara durante cinco meses un apagón de datos y aumentaran las incidencias. La crisis ha servido para chequear un sistema que avanza en países de nuestro entorno. Aquí va una radiografía de la implementación de estos dispositivos en Europa y EEUU.

En Italia se contaban hasta mayo pasado un total de 13.000 pulseras antimaltrato (por violencia de género). Este método ha permitido una disminución del 16% del número de víctimas con respecto al año anterior, según Carlo Nordio, ministro de Justicia de Italia. Aun así, Nordio también ha subrayado que las actuales cifras de violencia contra mujeres aún confirman la "gravedad" del fenómeno y que lo que se requiere es una mayor inversión en la educación para atajar estos delitos. Irene Savio

En el Reino Unido, el uso de pulseras electrónicas para monitorizar a los maltratadores no está implementado en todo el país, aunque sí hay varios programas piloto y planes para expandirlo. Uno de ellos, implementado por el anterior Gobierno conservador en 2023 en dos regiones del centro de Inglaterra, se probó con cerca de 500 personas en los seis primeros meses con el apoyo de los expertos, quienes sostienen que reduce el riesgo de reincidencia y mejora el bienestar de las víctimas. Sin embargo, todavía no hay datos sólidos que demuestren un descenso en el número de reincidentes por delitos sexuales gracias al uso de estos dispositivos. Lucas Font

En Alemania, las estadísticas del maltrato son espeluznantes: cada tres minutos, una mujer es víctima de violencia de género procedente de su pareja o expareja, sea en forma de agresión física, verbal o acoso. Los sucesivos gobiernos federales luchan contra un fenómeno que, durante décadas, no ha ocupado grandes espacios informativos, incluido en casos de muerte, sino que se consideraban ‘asunto privado’.

El Gobierno del canciller conservador Friedrich Merz se ha propuesto implantar tobilleras electrónicas en los maltratadores para garantizar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento. La actual ministra de Justicia, la socialdemócrata Stefanie Hubig, anunció su implantación poco después de asumir el cargo, el pasado mayo, ante la “dimensión estremecedora”, según sus palabras, de la violencia contra la mujer. Destacó al presentarlo que la fórmula de la tobillera funcionaría de modo similar al “modelo español”. Gemma Casadevall

En Francia, entraron en vigor en 2010, pero no fue hasta 2020 cuando se reforzó su uso. Desde entonces se han emitido 2.591 resoluciones para su colocación, aunque con los años, el número de pulseras activas ha ido oscilando en función del levantamiento de medidas judiciales; en 2023 más de 1.000 pulseras se encontraban en activo frente a las 770 en 2025.

"En 2023, el número de tragedias evitadas gracias al brazalete se ha triplicado: se han pasado de 3.634 intervenciones policiales en 2022 a casi 10.500", declaró el año pasado el entonces ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti.

Conocidas con el nombre de BAR, pueden solicitarse como parte de una orden de protección emitida por el juez de familia o en casos penales. La activación del dispositivo en caso de incumplimiento de la medida permite a las autoridades detener al agresor inmediatamente, sin necesidad de una denuncia o de un proceso administrativo por parte de la víctima. Leticia Fuentes

EEUU empezó a adoptar leyes que permiten el monitoreo GPS de acusados y agresores de violencia de género a principios de la década del 2000. Hoy día, más de 40 estados permiten la práctica, aunque no existen datos actualizados sobre cuántas jurisdicciones emplean esta tecnología ni cuántos dispositivos hay activos. Los estudios realizados, sin embargo, señalan que las pulseras, con fuerte implementación en otros ámbitos penales, sí rebajan los índices de reincidencia de los agresores y contribuyen a que las víctimas sientan mayor seguridad.

Por ejemplo, investigaciones de la Universidad de Illinois en Chicago y de la Universidad Estatal de Florida recogen que el 90% de los actores implicados, desde jueces y fiscales hasta víctimas, estiman que el monitoreo tiene un impacto positivo en la supervisión de los acusados, y que solo el 7% de los agresores había violado las órdenes de protección. El reverso del sistema es que los informes señalan que los dispositivos pueden generar una "falsa sensación de seguridad" y que existe una "alta probabilidad" de que funcionen mal, lo que provoca angustia en las víctimas y arrestos entre acusados que no han vulnerado la orden judicial. 

En Argentina, las llamadas "pulseras duales" se activan cuando el agresor traspasa los 1.000 metros de distancia. De acuerdo con los especialistas, este mecanismo garantiza mejores resultados que el botón antipánico porque genera una zona de exclusión alrededor de la víctima informando a las autoridades en tiempo real. No existen cifras sobre los dispositivos activos. Abel Gilbert

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents