¿Es la adicción a la comida la causa de la obesidad infantil en Canarias?
La Universidad de La Laguna investiga si el exceso de peso en menores isleños podría esconder un comportamiento adictivo
Los datos recabados en Pediatría ayudarán a prevenir la enfermedad

Imagen de un comedor escolar en un centro educativo de Tenerife. | | MARÍA PISACA / María Pisaca
Las altas tasas de obesidad infantil de Canarias podrían guardar relación con un trastorno poco conocido: la adicción a la comida en niños. Se trata de un comportamiento adictivo que aún no se ha catalogado como una enfermedad, pero que podría estar detrás de los problemas de peso de los más pequeños. Para descubrir si la obesidad a estas edades se comporta como un trastorno, el grupo de investigación de Nutrición, Alimentación y Salud de la Universidad de La Laguna (ULL), liderado por Néstor Benítez, comenzará a recabar datos en las consultas pediátricas del Servicio Canario de Salud (SCS).
El Archipiélago se sitúa a la cabeza del país en obesidad (45,8% de los niños la padecen) y sobrepeso (26,3%). Pese a que existe una tendencia creciente, los expertos han detectado -a raíz de este estudio de la ULL- que apenas hay datos actualizados sobre trastornos alimentarios en las Islas, por lo que realmente no se ha podido dimensionar el problema. "Nos dimos cuenta de que había una escasez enorme de información, no sabíamos cuántos casos había ni cómo estaban evolucionando”, argumenta el investigador principal y profesor de Nutrición Benítez.
Por este motivo y con el fin de crear una base sólida que ayude a prevenir enfermedades relacionadas, el grupo ha diseñado una herramienta que podrá utilizarse en las consultas y que medirá la prevalencia de estos desórdenes alimenticios en niños.
Criterios desfasados
La quinta versión del DSM-5, el manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales, es la más actualizada y, a día de hoy, ningún estudio regional ni nacional ha aplicado esta última revisión. Por este motivo, Benítez explica que los datos de trastornos alimenticios que manejan los sanitarios isleños también están desfasados. “Los criterios que se utilizan para el diagnóstico no están actualizados, por lo que seguramente se estén detectando menos casos de los que en realidad hay”, advierte.
La ULL y, en concreto este grupo de investigación, son pioneros a nivel mundial en relacionar los trastornos de la conducta alimentaria con la obesidad a edades tempranas. La adicción infantil a la comida es un nuevo concepto dentro de estos desórdenes que, pese a que todavía no se ha reconocido como enfermedad, ya han observado que se comporta como otros trastornos reconocidos.
Mejorar la prevención
Al ser un término nuevo, solo existe una herramienta válida para medirlo llamada Yale Food Addiction Scale for Children. El principal inconveniente era que no estaba traducida ni adaptada al contexto español, por lo que los investigadores canarios han tenido que encargarse de ello. Tras completar esta primera fase, pasarán a la acción después del verano, es decir, comenzarán a recabar datos en consultas de todo el Archipiélago. El estudio servirá para mejorar la prevención y el abordaje de estas afecciones relacionadas con el peso, en especial, a edades tempranas.
En la tesis, realizada en colaboración con el Servicio de Evaluación del SCS, también han incluido un estudio preliminar con una muestra reducida de niños tinerfeños que sirvió como aproximación a la prevalencia estimada de la adicción. “Aunque lo cierto es que lo hicimos en un centro educativo de alto nivel sociocultural, y esto es relevante, porque sabemos que el nivel socioeconómico influye bastante en los resultados de estas patologías”, señala el ya doctor por la ULL. En este caso, no se halló ningún participante que cumpliera con los criterios para diagnosticar una adicción a la comida.
¿Trastorno o adicción?
La comunidad científica aún debate si la adicción a la comida debería clasificarse como un trastorno alimentario o como una adicción relacionada con sustancias, como las drogas o el alcohol. Esto se debe a que, a nivel cerebral, los mecanismos que se activan en los casos de adicción a la comida son muy similares a los que se observan en las adicciones a sustancia.
No obstante, cuando se estudian los trastornos alimentarios, como la bulimia o el trastorno por atracón, en muchas ocasiones se aprecia que la adicción a la comida se comporta como un síntoma más dentro de estas patologías.
Rechazo y estigmas
Incluso hay personas que piensan que ni siquiera debería existir como concepto, porque puede generar más estigma que beneficio. El investigador ejemplifica: “Una persona con obesidad ya enfrenta muchas veces rechazo social, por lo que añadir la etiqueta de adicta puede empeorar esta situación”.
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