Tenerife retiene el talento que beneficia a la sociedad de la Isla

La Universdad de La Laguna incorpora a dos investigadores en Arqueología Prehistórica y Electrofisiología con el objetivo de transferir su conocimiento a la realidad de la vida

Lidia Pérez y Javier Cámara hace unos días en el Campus Universitario de Guajara.

Lidia Pérez y Javier Cámara hace unos días en el Campus Universitario de Guajara. / Arturo Jiménez

Santa Cruz de Tenerife

Lidia Pérez, güimarera, y Javier Cámara, barcelonés, no se conocían personalmente, pero tienen mucho en común más allá de alguna relación colateral en redes sociales. Por ejemplo, sus 31 años de edad, pero también la condición de investigadores. Ella en Electrofisiología y él en Arqueología Prehistórica. La Universidad de La Laguna (ULL) logra retener su talento en la Isla gracias a la financiación del programa de ayuda Juan de la Cierva que recuerda al inventor español del autogiro. Ambos coinciden en su vocación de transferir el conocimiento que atesoran a la sociedad tinerfeña. Consideran que es posible ese conexión con la realidad cotidiana desde sus respectivas disciplinas académicas y que ya se produce a través del contacto directo con la comunidad educativa de Tenerife.

Lidia Pérez Márquez es doctora en Química Orgánica por la ULL. Explica que «ahora estoy contratada con la ayuda del programa Juan de la Cierva en el Instituto de Tecnologías Biomédicas, asociado al Departamento de Ciencias Médicas Básicas de la ULL». Para su investigación postdoctoral se incorporó al grupo Molcan (Bases Moleculares de Canalopatías Humanas), liderado por la catedrática Teresa Giráldez. El próximo curso ya será docente porque se incorporó el pasado marzo «con las asignaturas repartidas». El año que viene impartirá Neuroanatomía química.

Javi –como le gusta que lo llamen– Cámara Manzaneda aclara divertido que no es el actor de igual nombre. Barcelonés de 31 años, su formación es la de doctor en Arqueología Prehistórica por la Universidad Autónoma de la Ciudad Condal. En la ULL está incorporado al Gispraya (Grupo de Investigación Sociedades Prehistoria Reciente de Andalucía y El Algarve), coordinado por la catedrática María Dolores Camalich y el profesor Salvador Pardo. Su ámbito de actuación profesional conecta con la historia de la Isla y de toda Canarias.

Lo argumenta: «El objetivo inicial es estudiar tradiciones alfareras del Neolítico en el ámbito peninsular, sobre todo en Andalucía, pero también desarrollar investigaciones sobre la cerámica aborigen del Archipiélago canario. Cámara tenía un conocimiento global sobre las dinámicas de poblamiento de Canarias y las tradiciones ceramistas hasta la Conquista e incorporación a la corona de Castilla. En su caso ya es docente en el marco del contrato de investigación en el grado de Historia de la ULL.

En caso de no recibir esta ayuda coinciden en que hubieran intentado «todas las posibles». Lidia tuvo la opción de optar a otra, Talentum Transferencias ULL, pero «surgió esta oportunidad».

Javi estuvo contratado en la Casa de Velázquez, entidad francesa en el extranjero, ubicada en Madrid. Valora: «Me coincidieron los dos contratos, primero con la Casa de Velázquez y luego con la ULL».

Lidia señala que «me gusta investigar, pero siempre dependo de una ayuda para poder continuar. Mis próximos dos años los tengo organizados y puedo pensar si seguir por esta vía. También tengo un posible plan B: profesora en Secundaria» Javi lo corrobora: «Contemplo tanto ejercer como investigador y profesor en la universidad, como también en el ámbito de la educación secundaria. Pero sí que me gustaría, como a Lidia, enlazar con mi trayectoria investigadora y ver la posibilidad de quedarme en la ULL. Vamos a trabajar para eso».

De alguna manera se sienten «privilegiados» porque muchos de sus compañeros de promoción no han tenido esta oportunidad «y la habrían merecido». Pero también asumen que «es el modelo» porque ellos han tenido que competir «en el sentido de una evaluación».

Torre de marfil

Ambos rechazan la idea preconcebida del científico encerrado en su torre de marfil. Al contrario, «intentamos siempre trasladar la investigación del ámbito académico a la sociedad». Con distintas maneras de difundirla al público en general. Javi apunta al respecto: «No solo estoy en la universidad, sino también en los museos haciendo actividades de difusión».

Lidia y Javier inciden en el aspecto divulgativo de sus investigaciones, como algo «fundamental» para «transferir a la sociedad el conocimiento que generamos». Lidia apostilla: «En el centro donde trabajo organizan jornadas de puertas abiertas para que los chicos de institutos puedan visitar los laboratorios y generar de esta manera la colaboración».

Javi Cámara remata: «La arqueología es un patrimonio de la sociedad de hoy porque es fundamental que lo hecho en el pasado llegue a las generaciones actuales». Subraya: «Con la globalización, se están perdiendo tradiciones y es un legado que debemos dar a conocer». El experto resalta en este sentido «la conexión con la artesanía actual y con los alfareros». Entiende que «debemos reivindicar el peso de estas tradiciones».

En el caso de Lidia «en Tenerife, y en La Laguna en concreto, tenemos una gran tradición en la química con el prestigio de la escuela que en su día creó el gran científico Antonio González». Añade que «te marca como una responsabilidad pero al mismo tiempo supone un acicate para estudiar e investigar». Con traducción evidente en la vida cotidiana gracias a su trascendencia en la lucha contra enfermedades como las canalopatías.

Lidia y Javi entienden que sus más de quince años de estudio y formación pueden y deben transmitirse a la sociedad tinerfeña. En ello se esfuerzan cada día.

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