Sanidad

Luisa Esther Gutiérrez, ginecóloga y sexóloga: «Cada uno es responsable de su propio placer»

La jornada 'No soy yo, son mis hormonas' tendrá lugar en el Museo Elder el próximo sábado 21 de junio entre las 17.00 y las 00.00 horas, con el objetivo de compartir y romper tabúes en torno a la salud femenina. La ginecóloga del Servicio Canario de Salud es la encargada de dar la ponencia '¿Cómo afecta mi edad a la sexualidad?'

La sexóloga y ginecóloga del Servicio Canario de Salud, Luisa Esther Gutiérrez García.

La sexóloga y ginecóloga del Servicio Canario de Salud, Luisa Esther Gutiérrez García. / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

¿Cuáles son los principales puntos a tratar cuando se habla de mujeres, edad y sexualidad?

Primero hay que hablar de los cambios en general, de los síntomas que tenemos cuando nos acercamos a la menopausia y cuando ya estamos ella. Después, voy a abordar las dificultades sexuales más frecuentes de las mujeres en esta etapa. Las más frecuentes son el dolor con la penetración, que es lo que nosotros conocemos como dispareunia, y la disminución del deseo sexual, que es muy frecuente en las consultas de ginecología. Hay muchos mitos en relación a estos temas. Las mujeres no nos preguntan y los médicos y los ginecólogos tampoco suelen hacerlo porque la sexualidad se trata como un tema tabú. Lo más importante es lo que podemos hacer para solucionar estos problemas y que tengamos una buena salud sexual, que está relacionada con una mejora de la calidad de vida. Cuando hablamos de sexualidad, parece que solo se tiene en cuenta la penetración. Yo quiero hablar de la sexualidad de forma global, porque es muchas más cosas.

¿Qué cambios hay en el cuerpo de la mujer antes y durante la menopausia?

En relación al dolor con la penetración, una de las causas más frecuentes es la disminución de los estrógenos, que es la hormona que producen los ovarios cuando vamos a tener la regla. A medida que nos acercamos a la menopausia o cuando estamos en ella, van disminuyendo estos estrógenos que son los encargados de hidratar y de hacer que la piel de la vagina por dentro -que es lo que llamamos la mucosa- sea más gruesa. También hace que los tejidos estén más flexibles, que tengamos más lubricación. A medida que pasan los años, como disminuyen los estrógenos, disminuye la lubricación, los tejidos están más rígidos, los músculos también. Entonces, a la hora de tener una penetración, muchas veces duele. Como no lo comentamos, no lo decimos, pues no nos ponemos tratamientos. Entonces, cuanto más penetración tengas, más dolor hay. Al final lo que provoca es una contractura del músculo e incluso la imposibilidad de tener una penetración. Esto en términos médicos se llama Síndrome Genitourinario de la Menopausia, también conocido como atrofia. Hay tratamientos para esto y se puede mejorar, pero si no lo preguntas y das por hecho que las relaciones, a medida que pasan los años, tienen que ser dolorosas -igual que cuando damos por hecho que las reglas tienen que ser dolorosas o que la primera relación sexual duele-, estas creencias al final son mitos que se van pasando de generación en generación y no se consultan porque se normalizan.

¿Qué factores influyen en el deseo sexual?

En relación a este tema hay un mito muy importante: se piensa que todo es debido a la disminución de los estrógenos y de hormonas como la testosterona, pero en el deseo sexual hay muchos factores que influyen. Cuando las mujeres vienen a la consulta y piden un tratamiento para aumentar el deseo sexual, les digo que eso no existe. El deseo depende de la educación que tengamos, depende de los tratamientos médicos que estemos tomando, depende de la comunicación que tengamos con nuestra pareja, si la tenemos, de los años que llevemos juntos, de si estamos dentro de una rutina o no. También depende si nos duelen las relaciones sexuales o no, depende si estamos estresados o no.

¿Qué problema relacionado con el deseo es el que más se suele encontrar?

Uno de los problemas fundamentales es el del dolor con las relaciones sexuales. Cuando hay dolor, al final no te apetece tenerlas. Quieres huir de eso y lo que sucede es que las mujeres evitan a sus parejas. Cuando tu pareja se acerca a darte un beso, dices que estás ocupada y te vas para otro lado. Ahí hay una falta de comunicación. Muchas veces, solucionando ese problema de dolor solucionamos el problema del deseo sexual. Si no te duele o si aprendes a tener otro tipo de actividad sexual que sea placentera, vas a querer disfrutar de esa relación. Otro problema frecuente es la falta de comunicación con la pareja.

¿Cómo afecta?

Si no hay comunicación con la pareja, si no tienes encuentros porque en la actualidad todos vivimos estresados y cada uno tiene su trabajo, los niños, el colegio, hacer la comida, limpiar la casa..., no tenemos tiempo de calidad. Es importante agendarnos los encuentros con nuestras parejas, buscar un ratito, una horita a la semana o dos horitas para estar solos. O, si no estamos en pareja, para estar con nosotras mismas. También hay que controlar enfermedades. Porque, por ejemplo, la diabetes mal controlada o la hipertensión mal controlada hacen que se alteren los vasos sanguíneos que llevan el oxígeno a la zona de la vagina. Entonces, al tener menos oxígeno en esa zona, lubricamos menos.

¿Qué mitos hay en torno al deseo y le edad?

Se da por hecho que las personas de mayor edad no tienen sexualidad. Esto no es verdad. La sexualidad la seguimos teniendo, pero la vamos modificando según nuestras condiciones físicas, según nuestro estado y nuestras apetencias. Incluso diría que es una sexualidad mejor, porque es más madura. Si sabes lo que te gusta y lo que no y lo sabes comunicar, pues vas a tener una sexualidad mejor. Somos seres sexuados desde que nacemos hasta que nos morimos. Lo que pasa es que nuestra sexualidad evoluciona a lo largo de los años y depende de nuestras vivencias.

¿Diría que hay más tabú a la hora de hablar de deseo femenino y la sexualidad de la mujer?

Cada vez se va hablando más de la sexualidad femenina, sobre todo desde la aparición del famoso Satisfayer. Es verdad que ya no está tan mal visto y se normaliza la masturbación en la mujer. Pero, hasta hace muy poquito, eso no era así. Si un hombre se masturbaba, estaba bien, pero una mujer no se podía masturbar. O, por ejemplo, la creencia de que el hombre es el que nos tiene que dar placer a nosotras. Eso es una carga para el hombre, porque imagínate que el hombre tiene que ser el que te de el placer a ti. Cada uno es responsable de su placer. Las mujeres antes no nos veíamos la vulva. Hice un estudio en mi consulta y muchísimas mujeres me decían que nunca se habían visto sus genitales con un espejo. El 34% de las mujeres a las que les pregunté, de 240, eran chicas universitarias con estudios. Y nunca se habían mirado sus genitales.

¿Por qué pasa esto?

Nuestra educación sexual está basada en la información que tenemos en internet, en las películas eróticas, en el porno. Hay ideas cerradas sobre la sexualidad y las mujeres siempre han sido tratadas como un objeto sexual o como algo para dar satisfacción al hombre. Pero, poquito a poco, pues cada vez se va hablando más se van haciendo foros como en el que participo el sábado. He ido a dar charlas a Valleseco, por ejemplo, que está allá arriba y han venido mujeres de todas las edades que me dijeron que era la primera vez que iban a una charla de este tipo. Eso no se veía antes. No se hablaba ni de la menopausia. Te decían tienes sofocos, pues esto es ley de vida. Es importante que las mujeres tengan información porque así pueden saber que lo que les ocurre es normal. Hay mujeres que me han dicho a mí en la consulta, cuando les explico qué es la sequedad vaginal y por qué se produce, que se habían pensado que estaban locas o que desde fuera piensan que se lo están inventando. Me cuentan que el marido les dice que lo que les pasa es psicológico. Pero, la verdad es que en la actualidad cada vez se habla más de la sexualidad.

Al final, a lo largo de la historia, el deseo de la mujer se ha ignorado e incluso patologizado.

Sí. En mi presentación también hablo de la histeria, de las mujeres "histéricas" o "locas". En la Edad Media, eran las brujas. Y antes, para curar esa histeria, los padres y los maridos llevaban a las mujeres a los médicos que en esa época eran ginecólogos para que les tocaran el clítoris y, cuando tenían un orgasmo, se quedaban relajadas y ya "curaban la histeria". Esto en los casos leves. En los casos graves quitaban el útero. Sí, la mujer que quería tener placer siempre ha sido mal vista. Por eso las mujeres siempre nos tenemos que sentar con las piernas cruzadas o si un niño se toca su pene está bien pero si lo hace una niña es algo sucio.

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