Observar las estrellas desde Ucrania bajo la amenaza de bomba: "Nos hemos adaptado a vivir así, pero no nos rendimos"

La astrónoma Daría Dobrycheva deja atrás su laboratorio en Kiev para visitar Canarias invitada por el IAC para participar en el programa Educado, un proyecto de formación interdisciplinar para las nuevas generaciones de científicos

La astrónoma Daría Dobrycheva en la Universidad de La Laguna.

La astrónoma Daría Dobrycheva en la Universidad de La Laguna. / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

La Laguna

Aun sin poder esconder su entusiasmo por tener la fortuna de asistir a una reunión científica internacional en Canarias, la astrónoma Daría Dobrycheva no aparta la vista de las notificaciones de su móvil. El último mensaje lo recibió anoche. Su hermana, que vive a pocos metros de su hogar, grabó un video del último bombardeo ruso sobre la ciudad de Kiev. Esta vez, cerca de su centro de trabajo: el Observatorio Astronómico Principal de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania. "Todas las noches hay bombardeos", resume sin quitar la vista -ya casi impasible- de la pantalla. Dobrycheva forma parte de la resistencia científica ucraniana y continúa mirando a las estrellas pese a las inclementes bombas rusas. No en vano, está convencida de que la ciencia es fundamental para brindar un futuro a su país.

La sirena antiaérea se ha convertido en parte de su jornada laboral mientras en su teléfono se amontonan los avisos gubernamentales que les solicitan acudir a los refugios. "Si les hiciéramos caso, no viviríamos", resume Dobrycheva, que afirma que en los últimos tres años de invasión rusa, la población ucraniana se ha adaptado a esta nueva normalidad.  "Nos adaptamos y vivimos aquí", sentencia. Pero a veces la realidad cae como un jarro de agua fría. "Cada día, a primera hora de la mañana, nos preguntamos si todos seguimos vivos", afirma. 

La astrónoma Daría Dobrycheva muestra los mensajes recibidos por su hermana.

La astrónoma Daría Dobrycheva muestra los mensajes recibidos por su hermana. / Andrés Gutiérrez

Pese a la incertidumbre, Dobrychenca no se rinde. "Me da miedo ir al ejército, pero si fuera necesario iría", sentencia. Aunque, por el momento, prefiere quedarse en el país y "hacer lo que pueda" por él. 

La invasión rusa ha impactado de muchas formas en la actividad astronómica. No es raro el día que los investigadores se encuentran sin luz, agua o internet para ejecutar su actividad, pero quizás la mayor pérdida ha sido la del Radiotelescopio UTR-2, el más grande de su tipo del mundo, que ha sido atacado y casi destruido por las tropas rusas. Pero los investigadores ucranianos han capeado el huracán. "Contamos con los datos del Observatorio Astronómico Internacional y por eso podemos seguir trabajando", confiesa la investigadora, que insiste: "no nos damos por vencidos".

Este año, de hecho, han conseguido retomar cierta normalidad. "El año pasado organizamos una escuela de verano para astrónomos, y este año lo vamos a repetir pero durante más días gracias al apoyo local que hemos encontrado", explica.

Formación internacional desde Canarias

Dobrycheva visita Canarias para asistir a una intensa semana de formación astrofísica en machine learning e inteligencia artificial para estudiantes de doctorado de varios países. Invitada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Dobrycheva es una de las investigadoras centradas en la nueva oportunidad que la IA abre para la astrofísica. No en vano, como explica Peter Tino, investigador eslovaco de la Universidad de Birmingham, el uso de estas nuevas herramientas es necesario para gestionar la ingente cantidad de datos que los diferentes telescopios (terrestres y espaciales) están recopilando del cosmos. 

Peter Tino, investigador eslovaco de la Universidad de Birmingham junto a Daría Dobrycheva en la Universidad de La Laguna.

Peter Tino, investigador eslovaco de la Universidad de Birmingham junto a Daría Dobrycheva en la Universidad de La Laguna. / Andrés Gutiérrez

"Necesitamos técnicas que permitan extraer patrones y encontrar hallazgos interesantes en los datos", recalca Tino. La reunión a la que ambos asisten en la Universidad de La Laguna (ULL), organizada por el proyecto Educado (siglas de Exploring the Deep Universe by Computational Analysis of Data from Observations), pretende salvar los obstáculos que hasta ahora se han encontrado los astrónomos para poder integrar esta nueva tecnología en su día a día. "No es sencillo", admite Tino. Y es que, pese a que los astrofísicos conocen a la perfección las señales del cosmos, son mucho menos hábiles en la decodificación de un lenguaje basado en ceros y unos. "Por eso buscamos maneras de combinar el conocimiento de quienes trabajan en machine learning y quienes entienden las señales del cosmos, para que no solo vean números, sino también el contexto", relata Tino. 

Dobrycheva llegó a este ambicioso programa de formación gracias a unas becas europeas. "Se lanzaron para apoyar a investigadores ucranianos que viven y trabajan en Ucrania", relata la investigadora. Tras finalizar, recibieron apoyo para visitar a sus socios en distintos lugares del mundo, siendo uno de ellos Tenerife. En la isla crearon un vínculo con el investigador principal del proyecto, Johan Knapen, quien les ha animado a regresar apenas tres meses después. "En marzo de este año presenté nuestro trabajo sobre machine learning y me pidió volver para impartir dos charlas sobre esto", afirma Dobrycheva. 

Las oportunidades de la IA

La inteligencia artificial ayudará a resolver uno de los principales problemas con los que se ha encontrado la ciencia astronómica: la gestión de datos. Como explica Tino, la IA podrá contribuir a realizar tareas "tan triviales" como la clasificación de galaxias, pero también a resolver enigmas que a día de hoy carecen de respuesta, como es la formación estelar. 

La IA ha sido una aliada para Dobrycheva antes incluso de que la invasión rusa truncara su vida por completo. Por aquel entonces la investigadora participó en un proyecto para encontrar exocometas ayudada de herramientas basadas en inteligencia artificial. Los investigadores creen que estos objetos pequeños, helados y con un tránsito errático son los responsables de que los planetas tengan atmósfera. "Al acercarse a planetas jóvenes, comienzan a derretirse y son absorbidos por la gravedad. Si corroboramos esta teoría, podríamos explicar cómo se forman las atmósferas y quizás, en un futuro, por qué se forma vida en un planeta", recalca.

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