Pasaporte a un futuro brillante: lo mejor de la PAU en Tenerife de la última década

Diez años separan a seis alumnos con las mejores notas para acceder a la universidad y todos cursan estudios de Ciencias dentro y fuera de Canarias

Beatriz Wangzheng, Irene Pérez y Aleix Gutiérrez en el Campus de Guajara.

Beatriz Wangzheng, Irene Pérez y Aleix Gutiérrez en el Campus de Guajara. / Arturo Jiménez

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

La Laguna

Cada mes de junio, la Universidad de La Laguna (ULL) se llena de miles de jóvenes que aún no forman parte de la comunidad universitaria pero que acceden a esas aulas para poner las primeras piedras de un futuro prometedor. En algunos casos, ese camino se inicia de manera brillante y esos jóvenes se convierten en los tinerfeños que obtienen las mejores notas en los exámenes de acceso a la universidad. Este año, ese título recae en Aleix Gutiérrez, Irene Pérez y Beatriz Wangzheng pero hace una década los mejores fueron Miguel Rodríguez, Lucía Marcos e Hildo Rodríguez. Todos ellos son tinerfeños, todos ellos hicieron la PAU en el Campus de Guajara y todos ellos estudiaron el Bachillerato de Ciencias. 

Todos ellos también muestran una ilusión contagiosa. Los primeros, por el futuro universitario que se despliega ante ellos, los segundo porque han logrado dedicarse a lo que siempre habían soñado y ahora dan los primeros pasos en el mundo laboral. 

Nomenclatura

PAU, Ebau, Selectividad. Se llame como se llame la prueba, los estudiantes de hace una década y los de ahora coinciden en que los nervios son inevitables, pero el estudio también puede llevar aparejado el disfrute y, sobre todo, la promesa de un verano inolvidable. Hay cosas han cambiado a lo largo de los últimos diez años alrededor de esta prueba. En la convocatoria de junio de la PAU en 2015, un poco más del 98% de los aspirantes que finalmente se presentaron aprobaron los exámenes (3.620 estudiantes). Este año, los aprobados fueron 4.245, pero ese número tan solo supone algo más del 90% de los inscritos. Así, en los últimos años ha ido descendiendo el número de estudiantes que aprueban estos exámenes. 

En el curso 2014/2015, la nota media de Bachillerato era de 7,65, mientras que en la actualidad es superior y se sitúa en el 8,24. Sin embargo, las notas de la PAU han bajado, pasando del 6,99 de hace una década al 6,64 de este mes de junio. Con todo, la nota media de acceso a la universidad ha pasado del 7,39 (2014/2015) al 7,6 actual

Una carrera fuera de las Islas tras un verano de relax

El esfuerzo de las últimas semanas ha tenido su recompensa para Aleix Gutiérrez, Irene Pérez y Beatriz Wangzheng, los tres tinerfeños que han obtenido los mejores resultados en la PAU de este mes de junio en la Universidad de La Laguna. A las puertas de un verano que esperan que sea tranquilo, los jóvenes hacen repaso de sus últimos meses de duro trabajo. 

Irene Pérez tiene 18 años y es de La Guancha. Para la PAU, se centró en las asignaturas que ella consideraba más complicadas y su recompensa al final del día «era poder dedicarle un rato a las materias que más me gustan, como Química o Biología. Para mí era como un descanso», expresa la joven y añade que la prueba de Lengua y Literatura II era la que más le preocupaba. «El nuevo modelo de examen me gusta» y añade que, al fomentar la parte competencial, «son cosas que hemos estudiado desde Primaria y que podemos aplicar fácilmente». También celebra la introducción de detalles de este tipo en Matemáticas porque «nos permite aplicar los conocimientos a la vida real». 

«Me he exigido mucho y en Bachillerato me sentía culpable si me ponía a leer en vez de a estudiar»

Beatriz Wangzheng

Estudiar Bachillerato ha sido para ella sinónimo de renunciar a muchas cosas y de asumir responsabilidades pero tras los resultados obtenidos, la joven afirma que «vale la pena el esfuerzo» y está deseando iniciar la etapa universitaria: «Creo que me va a venir bien porque va a darme madurez».

Beatriz Wangzheng

Beatriz Wangzheng / Arturo Jiménez

Desea estudiar Biomedicina o Bioquímica en Andalucía. Mientras tanto, dedicará el verano a descansar y a retomar una de sus aficiones, el clarinete, ya que forma parte de una banda que, reconoce, ha abandonado en los últimos meses por los estudios. 

Mucho cansancio

Beatriz Wangzheng tiene 17 años y es de Icod de los Vinos. Reconoce que durante la preparación de la PAU, «sentía que me saturaba» y comenta la incertidumbre que ha vivido durante estos meses porque «hasta los profesores estaban nerviosos por los nuevos exámenes». Más que nervios, lo que Wangzheng destaca es el cansancio que sitió durante las pruebas. Por eso, el descanso va a ser el mejor plan para su verano. 

«Creo que la universidad me va a venir bien porque es una etapa que va a darme madurez»

Irene Pérez

Va a dedicar estos meses a la lectura, un hábito que dejó aparcado cuando comenzó Bachillerato. «Me he exigido mucho y me sentía culpable si me ponía a leer en vez de a estudiar», reflexiona la joven, quien adelanta que también quiere ir con sus amigas a la playa. «Vivimos en una isla que tiene playas increíbles y aún no las conozco. Tengo que aprovechar ahora, antes de irme a estudiar Medicina a la Península, donde seguro que las voy a echar mucho de menos». 

Irene Pérez

Irene Pérez / Arturo Jiménez

Aleix Gutiérrez es de Santa Cruz de Tenerife y tiene 18 años. Afirma que le tiene que dar las gracias a una amiga con la que preparó los exámenes de la PAU. «Somos amigos desde Primaria y lo que hemos hecho es estudiar juntos, los dos desde casa, a través de llamadas, así nos animábamos entre nosotros» y reconoce que así no había posibilidad de despistarse. 

«Comencé a estudiar Historia desde Semana Santa y me presenté a Lengua por probar suerte»

Aleix Gutiérrez

Al igual que las otras jóvenes con mejores notas en la PAU, Gutiérrez es alumno de la rama de Ciencias y por eso explica que prefería estudiar asignaturas como Matemáticas o Física que Filosofía: «Historia comencé a preparármela en Semana Santa y a Lengua fui a probar suerte». 

Aleix Gutiérrez

Aleix Gutiérrez / Arturo Jiménez

Ahora, su deseo es estudiar Matemáticas, aunque se plantea la posibilidad de cursar un doble grado. Tiene claro que su vida va a cambiar y que el primer curso de la carrera va a ser duro. Por eso, descansará durante el verano, y aprovechará para conocer bien Tenerife, isla a la que se trasladó a vivir cuando tenía diez años.

El sueño profesional que comenzó con un diez

Hace diez años, tres jóvenes tinerfeños se enfrentaban a la prueba de acceso a la universidad con la mirada fija en la carrera universitaria que deseaban estudiar. No se imaginaban que las semanas de estudio iban a ser recompensadas con las mejores notas de la provincia. Esos tres jóvenes dan ahora dando sus primeros pasos en el mundo laboral, dentro y fuera de las fronteras isleñas. 

Ilusión y nervios

Miguel Rodríguez tiene 27 años y, a pesar de que ya han pasado diez años, recuerda las largas horas de estudio previas a la PAU: «Tenía muchas ganas de hacer la prueba y, en esa época, tampoco tenía otra cosa que hacer». Aunque para cursar la carrera de Física no necesitaba una nota alta, preparó aquellos exámenes «con ilusión» y les dedicó muchas horas, «era casi una obsesión». Lo que más le preocupaba era el examen de Lengua y Literatura, como a muchos alumnos actuales: «Ya entonces se incluía un texto periodístico y no sabías qué podía tocar».

«Me preparé mucho los exámenes porque en esa época no tenía otra cosa que hacer»

Miguel Rodríguez

La noticia de que obtuvo una de las mejoras notas de la PAU pasó prácticamente desapercibida porque estaba fuera de la Isla. A pesar de ello, afirma que las verdaderas horas de estudio llegaron después, cuando comenzó a cursar la carrera de Física. Se trasladó a Madrid pero pronto volvió a Tenerife, donde terminó de formarse y donde ahora trabaja. Tiene un contrato de investigador predoctoral en el Instituto de Astrofísica de Canarias, donde se dedica a la detección de asteroides. Tenía claro que quería volver a su tierra porque es uno de los tres mejores lugares del planeta para observar el cielo. «Tenemos el telescopio óptico infrarrojo más grande del mundo y es un lujo ser astrofísico aquí», reflexiona.

Miguel Rodríguez

Miguel Rodríguez / Arturo Jiménez

Lucía Marcos también tiene 27 años y vive actualmente en Madrid, a donde se trasladó para realizar su residencia de cirugía general y del aparato digestivo en el Hospital Gregorio Marañón, aunque estudió la carrera de Medicina en la Universidad de La Laguna. 

«Me lo pasé bien haciendo la PAU, excepto el examen de Lengua, para el estaba muy nerviosa»

Lucía Marcos

«Está siendo un trabajo duro, porque pasamos muchas horas sin dormir y los turnos son muy locos pero estoy muy contenta porque era la especialidad que de verdad quería hacer», reflexiona la joven en mitad de una de esas largas jornadas. Ahora que se cumplen diez años de sus buenos resultados en la PAU, asegura que «me lo pasé muy bien haciendo los exámenes, excepto el de Lengua, el primero, para el que sí estaba muy nerviosa». Es por ello que recomienda a los jóvenes que ahora se enfrentan a esos exámenes que «templen los nervios» y les dice que el trabajo que han realizado durante todo el año «acaba reflejándose en los resultados». 

Lucía Marcos

Lucía Marcos / El Día

Hildo Rodríguez también tiene 27 años y es residente de último año en la especialidad de aparato digestivo en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Ha realizado toda su formación en Tenerife y celebra poder formar parte de este complejo hospitalario porque «es el centro de referencia de trasplante hepático de toda Canarias». 

«Me recuerdo encerrado en casa repasando a Lorca y García Márquez. Acabé soñando con todos ellos»

Hildo Rodríguez

A pesar de que hace ya una década de su prueba de acceso a la universidad, dice que «recuerdo aquellas semanas de estudio con cariño». Los nervios y las dudas estaban a la orden del día en uno de los momentos que él considera como «uno de los capítulos más importantes de la que después ha sido la novela de mi vida».

Hildo Rodríguez

Hildo Rodríguez / El Día

«No hubiera sido capaz de hacer nada de eso sin el apoyo de mi familia», sentencia el joven quien también tiene palabras de cariño para su colegio, el Hispano Británico. «Me acuerdo perfectamente de cómo fueron las semanas previas a la PAU, encerrado en mi casa repasando a Lorca y a Gabriel García Márquez. Acabé soñando con todos ellos».

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