Pacientes con cáncer de pulmón conquistan la cima del Teide: "Las limitaciones psicológicas son peores que las físicas"
Una expedición formada por guías, afectados y oncólogas recorre el Parque Nacional tinerfeño para demostrar que no hay afección que les pare, el deporte ha sido su gran aliado en el proceso

Los pacientes durante la expedición / @proyectoapulmon
Para demostrar que no hay enfermedad que les pare, cuatro pacientes con cáncer de pulmón han llegado a la cima más alta de España: el pico Teide. Al igual que durante todo el proceso, en esta excursión no han estado solos. Dos oncólogas canarias han cambiado la bata y los suecos por las botas y la ropa de montaña para unirse a la expedición. De esta forma, también han podido compartir un rato más allá de los quince minutos de consulta en los que solo pueden hablar de tratamientos, síntomas o efectos secundarios.
El refrán «el tiempo es oro» cobra verdadero sentido cuando un paciente es diagnosticado de cáncer. El deporte es un arma poderosa para luchar con más fuerzas en esta batalla contrarreloj, pero en el caso de estos pacientes, han querido llevar la actividad física a otro nivel. Así ha surgido este reto, que a priori parecía imposible para quienes finalmente ascendieron ayer los 3.715 metros que convierten al Teide en el techo de España.
Esta conquista se enmarca dentro del proyecto A pulmón, una iniciativa impulsada por la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACAP) en colaboración con la Fundación Canaria de Cáncer de Pulmón (FCCP). La intención no es solo fomentar la actividad deportiva, sino que además quieren visibilizar esta enfermedad, mostrando otra de sus caras: la esperanza, las ganas de vivir, la fuerza de la unión y el trabajo en equipo.
Tres días de excursiones
Mario Santana, afectado por la enfermedad, es uno de los valientes que ha aceptado el reto. En un inicio se alistaron seis pacientes, pero finalmente fueron cuatro –dos grancanarios y dos tinerfeños– los que llegaron a la cima. Para él, lo importante de esta iniciativa es su trasfondo: visibilizar la enfermedad. El equipo de alta montaña que los acompaña plantea la actividad en hospitales de toda España y así recorren la cumbre más alta de cada región. Las actividades organizadas para los afectados del Archipiélago duraron tres días: el primero para aclimatarse, con una ruta por Las Cañadas; el segundo, con la propia subida al Teide; y el tercero, con un sendero por Anaga para descargar.
El Teide ha sido la primera parada de un recorrido que durará al menos cuatro años y que intentará colgar una bandera en cada una de las cimas de la península. Este, en concreto, es el desafío más exigente hasta el momento. Subir al pico del Teide a pie no es un reto al alcance de todo el mundo. Las cuestas son muy altas en algunos tramos y las condiciones atmosféricas se endurecen conforme aumenta la altitud.
Santana tiene claro que la mentalidad juega un papel fundamental, tanto para subir al Teide como para el resto del proceso. «Como pacientes tenemos limitaciones físicas, pero lo que no podemos hacer es sumarles limitaciones psicológicas; no debemos anteponer el no puedo o no soy capaz, primero hay que intentarlo», aseguró.
Aprender a relativizar
En 2019, con 50 años, fue diagnosticado con cáncer de pulmón, que más tarde se extendería como metástasis a nivel cerebral. Con 56 años, sigue luchando por vencer a esta enfermedad. En su caso, destaca que el cáncer le ha ayudado a acercarse a la muerte y a convivir con ella, «sabiendo que estás haciendo equilibrio en una cuerda de la que pueden terminar cayéndose». En definitiva, ha tomado conciencia de que es mortal y ha aprendido a relativizar, a valorar las cosas que realmente importan.
Él siempre ha sido una persona activa y, aunque ya no pueda correr o salir en bicicleta, ha encontrado una pasión en el senderismo, una actividad que además le ayuda a generar endorfinas y lo reta a ir más allá. Hace poco pasó por una cirugía en el cerebelo que limitó su equilibrio y de la que, además, le han quedado otras secuelas como dolor de cabeza. Sin embargo, ni estos condicionantes, ni el frecuente mal de altura han frenado su ascenso. «Con el gran acompañamiento de los profesionales y también gracias a mi cabezonería, he logrado llegar al pico, me considero muy afortunado porque no todos concluyeron el recorrido», relata. Con esta aventura se ha probado y ha llegado al límite: «quiero que las circunstancias que me han tocado vivir estos años no limiten mi día a día». Así, se ha marcado como objetivo personal el volver a recuperar la normalidad en su vida, realizando ejercicio de forma activa.
Conocer a otros afectados
Durante el camino, también hubo tiempo para compartir vivencias con otros pacientes. «Fue bastante enriquecedor, aunque la enfermedad parte del mismo órgano, la sintomatología y las dificultades añadidas son muy distintas en cada persona», explica.
En su caso, tras el diagnóstico comenzó unos ensayos clínicos en el Hospital Insular de Gran Canaria que no pudo continuar porque los efectos secundarios eran bastante difíciles de llevar. «No podemos luchar de forma irracional, tenemos que adquirir la capacidad de aceptar la situación y llevarla de la mejor manera posible», añade.
De pacientes a deportistas
El coordinador del proyecto, Alberto Urtasun, aclaró que se trata de una incoativa que trabaja con los 360 grados que rodean la enfermedad, es decir, ir más allá de los tratamientos y síntomas. «En el cáncer muchas veces no hay tiempo para hablar, para informarse, para una relación más humana», resaltó. Durante la presentación de la iniciativa, la directora de la Fundación Canaria de Cáncer de Pulmón, Wendy López, relató que desde que la asociación española les propuso el reto no dudaron en unirse. «Sobre todo por los pacientes, que en realidad ahora se han convertido en deportistas, porque subir al Teide caminando es algo que nos costaría muchísimo a cualquiera, imagínense a personas en tratamiento por cáncer de pulmón», añadió.

La expedición que subió al Teide esta semana / @proyectoapulmon
López también hizo hincapié en la «buena labor asistencial» que hay en Canarias y, en general, en todos los centros oncológicos de España. «Aun así, siempre hay que hacer más y asociaciones como estas suponen un refuerzo muy grande para todos los profesionales», explicó.
Entre los servicios que ofrecen se encuentra la atención psicológica, las actividades, el acompañamiento, la sensibilización y la orientación. «La realidad del cáncer de pulmón no es la de hace quince años, pero tenemos que seguir avanzando y acercándonos al paciente, para que se sientan incluidos en todos los procesos de decisión», subrayó.
El proyecto precisa apoyo
La Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón ha creado un crowdfunding para financiar el proyecto A pulmón. Por el momento, la campaña ha recaudado 2.055 euros, a través de 35 donaciones. Para seguir concienciando a la sociedad sobre los beneficios del deporte para el cáncer de pulmón, se ha fijado un ambicioso objetivo: 10.000 euros.
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