Alfonso Escalero, CEO de I Love The World: "El volcán de La Palma me inyectó mucho dolor"

El fundador de la productora afirma que en La Isla Bonita vivió un "canibalismo" mediático y una guerra entre investigadores

Alfonso Escalero, en el centro de la imagen, junto a algunos de sus colaboradores en el proyecto I Love The World.

Alfonso Escalero, en el centro de la imagen, junto a algunos de sus colaboradores en el proyecto I Love The World. / I LOVE THE WORLD

Jorge Dávila

Jorge Dávila

Santa Cruz de La Palma

«Soy un godofeño que ha encontrado todo lo que necesita en Tenerife». Con esta frase Alfonso Escalero (Málaga, 1971) resume una manera de entender la vida que halló lejos de sus raíces la felicidad emocional, que no estabilidad, para vivir lo más cerca posible de un estado permanente de optimismo. «Yo me quedó aquí ‘pa’ el resto de mis días», incide un profesional de la fotografía que se siente orgulloso de lo que ha creado. «I Love The World no es un tipo loco haciendo fotografías;es un proyecto en equipo donde nada ocurre por casualidad... Todo exige una planificación», remarca sin perder de vida las dificultades iniciales: «No tenía claro si esto iba a funcionar, pero he peleado mucho para que pasara. Yo y la gente que está a mi lado. Insito, esto no se entiende sin ellos», reivindica antes de desgranar algunos temas que han sido clave en todo este crecimiento.

"Soy un 'godofeño' que ha encontrado todo lo que necesita en Tenerife"

Alfonso Escalero

— CEO de I Love The World

«No soy un santo, conmigo no hay reglas»

No es necesario pasar mucho rato a su lado para que te des cuenta de que si puede, Alfonso te la lía parda. Lo peor de todo es que te avisa de que va a pasar, con lo que el factor sorpresa desaparece. «No soy un santo y tengo mi dosis de ego de serie, pero no aguanto un no porque no... Un tío que se planta delante de ti con el único objetivo de no dejarte pasar es un estorbo;yo le dejo que se confíe, pero tarde o temprano paso. Si me conformara con el primer no nada de esto habría sucedido», cuenta sobre las veces que trataron de cortarle el paso. La última hace poco más de una semana durante el desfiles del Día de las Fuerzas Armadas en la capital tinerfeña... «Si hay una situación de peligro yo soy el primero en respetar las normas, pero caprichitos a mí no. Yo busco el mejor resultado en mi trabajo y si eso implica tener que jugármela con un segurita lo hago».

"I Love The World no es un loco que hace fotografía, es un equipo de trabajo perfectamente organizado"

Alfonso Escalero

— CEO de I Love The World

Canibalismo informativo en el volcán de La Palma

Se enteró de que el volcán de La Palma había entrado en erupción a muchos kilómetros de distancia de Tenerife. «Estaba en casa de mi madre en Málaga pasando un par de días de descanso, pero ya le había dicho que si la situación reventaba salía por patas para Canarias», recuerda sobre los instantes previos a una siesta planificada después del mediodía del domingo 19 de septiembre de 2021. «Ella me despertó con una frase cortita. Alfonso, ya estalló el volcán... A mí aquello me resultaba extraño porque un rato antes había leído una entrevista a una experta en la que venía a decir que aquí no iba a pasar nada, de momento, que todo estaba en una fase muy temprana. ¡Cómo para no pasar!», recuerda. Se marchó al aeropuerto en busca de un billete para Tenerife, llegó a la Isla, reunió a su equipo, consiguió contratar a un helicóptero [«nos costó cinco mil pavos»] y se marchó a La Palma con sus drones en un barco. «Yo me presenté allí hambriento de hacer fotos, pero me encontré con otra cosa. No pasó mucho tiempo antes de darme cuenta del canibalismo mediático que se desbordó por tener la mejor foto. Además, había otra guerra con los científicos porque allí nadie quería ser el último en apuntarse el éxito de una investigación y otra más con los políticos que no querían cagarla. «Cambié el chic nada más cruzarme con un señor mayor que lo acababa de perder todo... Me senté a su lado y estuvimos callados un rato. Estaba masticando su dolor y no tenía sentido nada de lo que esperaba hacer allí. Me puse en el bando de los que lo estaban pasando mal e hice lo que pude o lo que mejor sabía hacer», asegura sobre los instantes previos a la aparición de la foto de La casa de la Esperanza.  

Alfonso Escalero (Málaga, 1971), en uno de sus trabajos.

Alfonso Escalero (Málaga, 1971), en uno de sus trabajos. / I LOVE THE WORLD

‘La casa de la esperanza’

Una de las fotografías icónicas de la catástrofe natural de La Palma lleva su firma. En ella se observa una casa que se mantiene firme, mientras la destrucción lo invade todo: una construcción en medio de colada gigantesca se convirtió en un mensaje para la esperanza. «Aquella foto me hizo mucho año. No por haberla sacado, sino por tener que convivir con unas personas que estaban hundidas en la mierda mientras los reporteros buscábamos imágenes impactantes», reconoce un experto en la fotografía que este año fue premiado con la Medalla del Cabildo de La Palma. «Esa Isla me lo ha dado todo;dolor, felicidad, esperanza... Yo no he sentido más cariño en mi vida». agradece Escalero. 

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