Investigación
El niño ruso que compra mansiones mallorquinas de tres en tres
Mientras Sánchez se abraza a Zelenski, su Gobierno convierte al hijo de un industrial de la guerra en el chaval más rico de Mallorca

Mientras Sánchez se abraza a Zelenski, su Gobierno convierte al hijo de un industrial de la guerra en el chaval más rico de Mallorca / .
El ministerio del Interior concede en 2023 un pasaporte válido hasta 2031 a un niño ruso de cuatro años, radicado en Mallorca.
Al Gobierno no le preocupa que la invasión rusa de Ucrania haya costado más de un millón de muertos.
Al Gobierno no le preocupa que el niño en cuestión sea hijo de un señor de la guerra ruso en la órbita de Putin, en cuanto fabricante de helicópteros que matan a los ucranianos.
Al Gobierno no le preocupa que el padre del niño figure en la lista de sanciones (’List of sanctions’) de Estados Unidos, Canadá, Australia, Suiza o países de la Unión Europea.
Al Gobierno no le preocupa firmar sanciones y ayudar después a burlarlas.
En 2024, al año siguiente de lograr su pasaporte, el niño ruso de cinco años compra tres mansiones adyacentes en la Costa de Calvià.
Cada una de las tres mansiones compradas por el niño ruso ocupa más de 700 metros cuadrados, en una parcela de primera línea de costa de diez mil metros, una transacción más que millonaria.
A los centinelas públicos de la pureza de las compraventas inmobiliarias no les preocupa que un niño ruso de cinco años firme, en plena guerra de Ucrania, una de las mayores operaciones inmobiliarias de la Mallorca contemporánea.
Tampoco al Gobierno le preocupa que un niño ruso de cinco años compre en plena guerra mansiones mallorquinas por triplicado, donde el chaval acogerá hospitalario a su padre y señor de la guerra.
El niño ruso compra las tres mansiones el mismo día, la pulcra anotación en el Registro consigna con frialdad que se convierte en propietario "del 100,0%" de las acciones.
A los centinelas públicos de las transacciones no les preocupa que un ruso de cinco años se convierta en el niño más rico de Mallorca.
Los centinelas públicos debieron felicitar al niño ruso que compra mansiones mallorquinas de tres en tres en plena guerra, por su espíritu emprendedor, y tal vez le regalaron el bolígrafo usado para estampar su garabato infantil.
Mientras el Gobierno y los centinelas públicos de la pureza se despreocupan de los millones rusos, Sánchez abraza a Zelenski.
Mientras el Gobierno y los centinelas se desentienden de la procedencia de los millones rusos, se pide a los mallorquines de a pie que sean generosos con Ucrania.
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