Entrevista | José Gregorio González Periodista / Investigador de fenómenos misteriosos

José Gregorio González: "Los nazis encontraron en Canarias un filón para justificar su locura"

El periodista e investigador de misterios afirma que las Islas siempre ha estado en el punto de mira de los que buscan fenómenos extraños

José Gregorio González (Caracas - Venezuela, 1972)

José Gregorio González (Caracas - Venezuela, 1972) / Arturo Jiménez

Jorge Dávila

Jorge Dávila

Santa Cruz de Tenerife

Lleva más de tres décadas contando historias acariciadas por el misterio; asuntos asociados con apariciones inesperadas, encuentros con santeras o simplemente un hecho que inyecta un escalofrío en la espina dorsal. Cuestiones esotéricas que José Gregorio González (Caracas - Venezuela, 1972) ha documentado en libros y artículos publicados en Enigmas y difundidos en espacios como Año Cero o Más Allá. «Canarias es un filón inagotable para cuestiones que no son fáciles de explicar», cuenta sobre una pasión por lo oscuro que nació cuando era un chiquillo al calor de las hogueras de San Juan.

Intuyo por dónde van a ir los tiros, ¿pero cree en los ovnis?

Más que una creencia tengo el convencimiento de que hay un fenómeno que aglutina un montón de cosas extrañas, casi todas explicables, que tienen que ver con la aparición de formas raras, encuentros con objetos difíciles de describir o maniobras aeroespaciales que generan asombro. A veces algunos de esos episodios vienen acompañados por la presencia de humanoides.

¿Eso es un sí?

El fenómeno ovni existe, se investiga y hay comisiones que buscan arrojar algo de luz ante un acontecimiento poco usual frente a un pequeño reducto de casos que resultan totalmente inexplicables. ¿Significa esto que son extraterrestres y tienen un origen sobrenatural? Eso no lo sabemos.

¿Ha sido testigo alguna vez de un avistamiento?

He sido testigo de cosas anormales que no llegaron a tener un gran potencia periodístico, pero sí que me dejaron con la duda. Uno de esos enigmas lo pude ver desde la azotea de mi casa.

"Lo que para mí hace 40 años podía haber sido un ovni, hoy probablemente sería una especie de dron"

¿Exactamente, qué vio?

Las evoluciones de una luz que cambiaba de tamaño y realizaba un movimiento en forma de cruz [subía, bajaba, se iba a la derecha y a la izquierda] que situé entonces en las coordenadas del aeropuerto de Los Rodeos. Lo extraño no fue ver cómo ese potente halo se comprimía, sino que cuando unos helicópteros se situaban en paralelo, o al menos eso fue lo que percibía desde la azotea de mi casa, el foco se apagaba. Luego, cuando se alejaban, la luz volvía a brillar con intensidad. Esto pasó tres o cuatro veces. Para mí aquello era un ovni, pero si eso lo cuento en 2025 es más que probable que me digan que era una dron.

¿Fue un misterio de los que tienen una explicación?

La explicación de entonces, le hablo de un suceso que ocurrió hace casi 40 años, podía estar relacionada con el uso de algún artilugio para entrenar helicópteros. No fue nada espectacular ni la noticia apareció en los medios de comunicación, pero lo que ocurrió aquella noche me desconcertó.

¿Qué le llevó al lado oscuro?

Eso es algo que aún no tengo muy claro [pausa]... De chiquillo deseaba que llegara la noche de San Juan para juntar maderas y cacharros y encender la hoguera, que era el sitio en el que se contaban historias de brujas y fantasmas. Pero por si fuera poco, mi madre me llevaba de niño a una curandera o santera para quitarme de un empacho o susto. Ése escenario de semioscuridad en la que una mujer rozaba el trance me impactó. Soy una persona muy curiosa; me interesa todo. Incluso las cosas que no comprendo como las matemáticas... Lo misterioso ha sido siempre un cebo para alimentar mi curiosidad.

"De chiquillo deseaba que llegara la noche de San Juan para juntar maderas y cacharros y encender la hoguera, que era el sitio en el que se contaban historias de brujas y fantasmas"

Hablando de cebos, ¿por qué Canarias muchas veces aparece en el epicentro de las historias difíciles de creer?

El hecho de que las Islas de los Afortunados, Los Campos Elíseos, El Jardín de las Hespérides o la propia Atlántida se situase más allá de las Torres de Hércules hizo que Canarias se convirtiera en un imán para la mitología: todo lo extraño que ocurre en el mundo tiene una réplica en las Islas, es decir, cualquier misterio que pasa a nivel internacional tiene su versión canaria. Lo mitológico, las aportaciones culturales de otros enclaves próximos o que entraron en contacto con la ruta canaria y la distancia que existía con respecto a los centros de control hizo que esta tierra fuera ganando credibilidad como un escenario privilegiado para que ocurrieran cosas poco frecuentes. Eso nos hizo tener más cintura para aceptar, por ejemplo, prácticas religiosas o rituales mágicos que en otros lugares fueron prohibidos y perseguidos. El remanente aborigen a la hora de potenciar esos cultos es otro aspecto que puede explicar el magnetismo hacia lo extraño. También hay cuestiones físicas conectadas con la limpieza de los cielos canarios o el vulcanismo que hacen que el fenómeno ovni tenga un gran impacto entre los investigadores, con formas inesperadas que entran y salen del mar, que se posicionan entre montañas, encuentros en el firmamento o con formas humanoides…

¿Qué buscaban los nazis en las Islas?

Hay dos aspectos fundamentes. Uno tiene que ver con el comprensible valor estratégico que tenían las Islas, que era algo que llamaba la atención de otra potencia mundial como Inglaterra porque los dos querían tener un posicionamiento destacado cerca de Europa, al lado de África y de camino a América. El otro aliciente está más conectado con todo el ocultismo que defendía el nazismo. Canarias formaba parte de un puzzle de esa historia-ficción según la cual ellos eran hijos de los dioses y herederos de civilizaciones que se habían ido destruyendo o contra las que se generaron múltiples conspiraciones, en el caso de los nazis por parte de los judíos, que contaminaron la raza aria. Toda esa locura encuentra en las Islas una burbuja que está conectada con la existencia de una raza que ha estado encapsulada durante unos 1.500 años, es decir, que durante mucho tiempo no había sido contaminada por las campañas promovidas por conquistadores. Los nazis encontraron en Canarias una cápsula del tiempo [todo un filón] para justificar su locura.

"Todo lo extraño que ocurre en el mundo tiene una réplica en las Islas, es decir, cualquier misterio que pasa a nivel internacional tiene su versión canaria"

¿Está de moda el ocultismo?

No sabría decir si estamos o no de moda porque este es un mundo que a menudo se confunde con todos los movimientos conspiratorios y negacionistas que tratan de mover los hilos del mundo. Las historias más absurdas nacen a partir de una idea disparatada o, incluso, de una mentira.

¿Este es un mundo donde hay mucho bulo o fantasía?

Sí, sin duda [silencio]. Hoy en día es más fácil encontrar la verdad en este tipo de temas que en la información convencional. Con esto no estoy diciendo que los periodistas mientan, sino que muchos de los personajes que aparecen en los medios de comunicación no cuentan la verdad. Las redes sociales es un mundo de bulos que tienen que ver con la política, la economía, el famoseo... Ahí lo importante no es decir la verdad, sino construir un buen relato. Yo siempre he sido muy escrupuloso y he defendido el rigor cuando hablo de ciertos temas que pueden generar incredulidad en otras personas; las trolas te las puedes tragar o no pero la gente sabe distinguir si la persona que le está contando algo tocado por el misterio le está mintiendo. Igual doy la imagen de ser un poco pedante, pero hace años que me muevo con la regla de las tres R…

"Las historias más absurdas nacen a partir de una idea disparatada o, incluso, de una mentira"

¿La regla de las tres R?

Sí, la r del respeto hacia los testigos y las temáticas de las que hablo, la r de riesgo que podría encajar con el hecho de que no te metas en una casa en ruinas buscando un espectro porque te puedes matar y la r de rigor. Ésa es la más importante. Los profesionales que trabajamos este tipo de información estamos obligados a ser muy rigurosos con las fuentes y el tratamiento de una noticia. La realidad de un misterio no requiere inventar, es decir que nadie que pretenda tener una buena reputación debe tirar de la falsedad para construir una gran mentira…

¿Alguna vez le costó conciliar el sueño después de una situación de estrés emocional?

No… El único caso que me quito el sueño y me preocupó tuvo más un componente humano que misterioso. Fue el caso de una mujer que afirmaba estar poseída por el demonio y era madre de dos hijos de corta edad. El gran riesgo en este caso no era creer o no el relato que nos contaba, sino poder perder la custodia de los pequeños. Ella estaba convencida de lo que decía, pero en todo el vecindario ya se había creado una situación de alerta por lo que pasaba en la casa de esta familia. Ahí tuvieron que mediar psicólogos, especialistas e incluso algún sacerdote porque la situación personal era de mucho riesgo.

¿Ha llegado a sentir algo parecido a la idea de “a ver qué me va a contar este loco”?

Alguna vez de manera anecdótica y, seguro, que por gente de la que yo también desconfiaba. Yo nunca he ido más allá de la verdad, aunque eso no significa que haya dejado una puerta abierta para que un misterio tenga su explicación. Para encontrar esa vía tienes que ser escrupuloso, usar el sentido común y, sobre todo, ser escéptico. Lo recomendable en estos casos es dudar de algo que conocer o tienes cierta información, no dudar por dudar. Eso es negacionismo. Esto no es una cuestión de fe, sino de manejar buena información. Seguramente ese repelús o rechazo del que me habla es algo mutuo.

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