Los recortes a la ciencia de la Administración Trump acercan el TMT a Canarias
La propuesta presupuestaria de la Fundación Nacional de Ciencia deja en el aire la futura construcción del proyecto científico en suelo estadounidense, pero abre una ventana a retomar su construcción en La Palma

Una simulación realista del TMT en operación observando el cielo del hemisferio norte. / TIO

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado nuevos recortes a la ciencia que, en esta ocasión, han perjudicado a uno de los proyectos científicos más ambiciosos del siglo: el Telescopio de Treinta Metros (TMT). Las aspiraciones de la Casa Blanca han dado la que podría ser la estocada final al sueño de construir este telescopio en suelo hawaiano, pero, a su vez, abren la puerta a que sus promotores se decanten finalmente por el plan B: construirlo en la isla canaria de La Palma.
Este viernes, la Administración Trump, en su propuesta de presupuesto anual de la Fundación Nacional de Ciencia estadounidense, (NSF, por sus siglas en inglés), ha descartado financiar el ambicioso proyecto científico que lleva más de dos décadas tratando de salir adelante. Tras recortar la mitad de su presupuesto, la NSF asegura que no podrá seguir apoyando todos los proyectos de grandes telescopios que se encuentran encima de la mesa y descarta taxativamente al TMT, tras decantarse por el Telescopio Gigante de Magallanes, que se instalará en Chile. "El TMT no recibirá un compromiso adicional de fondos de la NSF", reza el documento.
El TMT y el Magallanes forman parte del Programa de Telescopios Extremadamente Grandes de Estados Unidos, lo que los situaba como proyectos estratégicos para el país norteamericano durante la próxima década. Sin embargo, el límite de 1.600 millones de dólares anuales contemplado en los presupuestos es insuficiente para mantener el compromiso de financiar ambos. No en vano, la última fase de construcción del TMT requiere una inversión estimada de 1.000 millones de dólares. Así, y "dada la dificultad de seguir financiando dos telescopios multimillonarios", como explica la NSF, "el Telescopio de Treinta Metros (TMT) no avanzará a la fase de diseño final" y tampoco recibirá fondos adicionales de la fundación.
En un comunicado, el gerente de proyectos del TMT, Fenghan Liu se ha mostrado "decepcionado" por esta propuesta presupuestaria, pero asegura que el consorcio promotor –conocido como TIO por las siglas de The Thirty Meter Telescope International Observatory– se compromete a "encontrar una vía de avance" para el telescopio. En principio, el consorcio abre una vía de negociación con el NSF para incluir este proyecto entre sus prioridades. "Podemos imaginar un futuro en el que la participación de la NSF en el TMT abra oportunidades de descubrimientos significativos a toda la comunidad científica estadounidense y agradecemos las conversaciones para que esto se haga realidad", sentencia Liu.
Una nueva oportunidad para Canarias
Sin embargo, si las conversaciones no son lo suficiente fructíferas como para garantizar el apoyo estadounidense, el TMT podría tener aún una segunda opción. A ojos de los expertos consultados, este nuevo revés para el telescopio en realidad supone una oportunidad para Canarias. La Palma se convirtió en el emplazamiento alternativo de este coloso de la ciencia en 2016, después de que el consorcio promotor se encontrara ante la negativa de la población indígena hawaiana a albergar un nuevo telescopio en su montaña sagrada.
Desde entonces, La Palma ha corrido para conseguir todos los permisos y licencias para su construcción en el Observatorio del Roque de Los Muchachos. Y aunque también ha encontrado oposición en el grupo de ecologistas Ben Magec a lo largo de los años, lo cierto es que el proyecto ha seguido avanzando en La Palma sin demasiados reparos e incluso con bastante entusiasmo. Las corporaciones locales, insulares, autonómicas y estatales junto al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han hecho todo lo posible para adelantar los trámites administrativos y facilitar que la alternativa española sea atractiva para los promotores.
No obstante, para que la candidatura española cristalizara, el TMT requiere un compromiso económico de al menos 1.000 millones de euros por parte de las administraciones competentes, que pueden ser locales, autonómicas, estatales o incluso europeas. De llevarlo a cabo, garantizaría dos décadas de competitividad para el Observatorio del Roque de Los Muchachos.
El gran telescopio –que aspira a proporcionar imágenes doce veces más nítidas que el Hubble del universo–, está completo al 85%. Los promotores, entre los que se encuentran instituciones de India, Japón, Estados Unidos y Canadá, han ejecutado 700 millones de dólares para la construcción del telescopio. Así, por ejemplo, de los 400 espejos con los que cuenta su ojo central, 200 ya están desarrollados.
¿Por qué tanto tiempo en elegir?
El proyecto lleva más de una década parado por la fuerte oposición que ha encontrado en Hawái. Sin embargo, a día de hoy, el archipiélago norteamericano sigue siendo el emplazamiento preferido de sus promotores. Entre las principales ventajas de la montaña sagrada de Mauna Kea están su altura (mide 4.050 metros frente a los 2.400 del Roque de Los Muchachos), el acceso al cielo en el hemisferio norte y el hemisferio sur (en La Palma el acceso al sur es más limitado) y la meteorología, dado que en La Palma son muchos menos las noches de observación "útiles".
Esto ha ocasionado que, pese a diversos reveses judiciales y disponer de un emplazamiento alternativo listo para utilizar, los promotores se aferren a su plan inicial.
Cabe recordar que los problemas del TMT en Hawái comienzan en 2014, cuando se le concede por primera vez al TIO todos los permisos de construcción necesarios. Ese año, con las máquinas ya preparadas para empezar a ejecutar las obras, un grupo de manifestantes subió a la montaña sagrada para evitarlo. La estampa se repitió dos veces más hasta que en diciembre de 2015 la Corte Suprema de Hawái decidió invalidar los permisos de construcción del telescopio. En su fallo, el tribunal alegó que el debido proceso legal no se hizo en el tiempo y forma adecuados, dado que la Junta de Tierras y Recursos Naturales otorgó el permiso antes de que la audiencia se manifestara de alguna u otra manera respecto al caso que había sido impugnado.
En 2017 la Junta de Tierras y Recursos Naturales volvió a emitir un permiso que esta vez sí fue avalado por la justicia, pese a las demandas de los opositores. El 10 de julio de 2019 el gobernador de Hawái, David Ige, anunció que el TMT empezaría a construirse cinco días después. De nuevo, la operación se vio truncada por las protestas de los nativos, que esta vez contaron con el apoyo de reconocidas personalidades como el actor Jason Momoa o el cantante Bruno Mars. Las manifestaciones se prolongaron nueve meses, hasta marzo de 2020, cuando irrumpió la pandemia de coronavirus y los nativos decidieron abandonar la montaña sagrada.
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