Contramapas une toda Canarias en un único sendero

Un sendero compuesto por 24 etapas y con 600 kilómetros de longitud une toda Canarias. Se trata del Sendero de Gran Recorrido de Canarias GR 131, una travesía conocida por pocos pero que cada vez va resonando más en la mente de los vecinos gracias al proyecto Contramapas. Más de medio millar de canarios han tenido la oportunidad de descubrirlo y reflexionar sobre todo lo que une a los habitantes del Archipiélago gracias a este proyecto que cierra este 30 de mayo el recorrido de su segunda edición en el faro de Orchilla, en El Hierro.

Esta cita arrancó el pasado día 1 de mayo y desde entonces ha pasado por La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y La Palma, además del islote de Lobos, por donde también discurre el GR 131, un sendero homologado por la Federación Española de Deportes de Montaña e incluido en la Red Europea de Senderos.

Fusionando senderismo, cultura, educación, innovación social y concienciación medioambiental, Contramapas, caminando hacia la inclusión social. Ese es el lema de esta iniciativa con la que, explica su director, Manuel Cabezudo, «no vamos a cambiar el mundo, pero nos ha permitido descubrirle a alumnos de Primaria, a migrantes o incluso a vecinos mayores que un sendero de gran recorrido conecta toda Canarias y que además pasa muy cerca de su casa». Se trata de una iniciativa «que se ha ido desarrollando al ritmo de un caminante, lentamente», dice su creador. 

Largo camino

Aunque esta es la segunda edición de la iniciativa, Manuel Cabezudo explica que su origen se remonta a hace más de una década y que está vinculada a la Asociación Atlas, de carácter cultural y medioambiental y ubicada en el barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria. Fue en 2012 cuando Cabezudo descubrió por casualidad la existencia del sendero GR 131 y dos años después lo recorrió por primera vez. «Desde el principio me di cuenta del enorme potencial que tenía», afirma el joven, quien ha realizado esta travesía de más de 600 kilómetros en varias ocasiones y, aun así, dice, «es imposible conocerla del todo». 

Manuel Cabezudo ha necesitado mucho tiempo para conocer los itinerarios y, sobre todo, para tejer una alianza con los pueblos que forman parte de este periplo. A pesar de que este gran sendero recorre todo el Archipiélago, no fue hasta 2023 cuando el Cabildo de Gran Canaria instaló las balizas de señalización y, cuando al fin Cabezudo las descubrió, decidió poner en marcha este proyecto que forma parte de la convocatoria de Sinapsis, el proyecto del Instituto Canario de Desarrollo Cultura para fomentar la innovación y el emprendimiento dirigido a todos los agentes del ecosistema del sector de las artes en vivo de Canarias. 

Fue gracias a esta línea de ayudas que se pudo desarrollar la primera edición de Contramapas en 2024. El primer objetivo de Cabezudo era dar a conocer este sendero que une el territorio canario a los propios habitantes de los municipios por los que pasa el camino. Para ello, dio forma a un equipo técnico y artístico compuesto por la educadora físico-deportiva Elena Carbó; el director artístico Aníbal García Llarena; el artista Hans Thomsen; la documentalista palmera Natalia Morales; la guía de montaña Yaiza Cardona y la entrenadora personal Laura Purroy. 

«No hemos inventado nada», asegura Manuel Cabezudo, quien recuerda que a lo largo del territorio español existen otros proyectos vinculados a senderos de largo recorrido que han servido de inspiración a Contrampas, como Transpirenaica Social Solidaria, con un viaje de 45 días y 700 kilómetros desde País Vasco hasta Cataluña, o el Festival Urmuga de música itinerante a lo largo del sendero que cruza País Vasco. 

Folclore

La propuesta artística de Contramapas es uno de los ejes centrales del proyecto que en esta nueva edición también ha recibido el apoyo del Gobierno de Canarias y la Fundación La Caixa. Gracias a estas colaboraciones, y a pesar de que el principal objetivo es mostrar a la población local las múltiples posibilidades que tiene un sendero de gran recorrido, en esta segunda edición se han querido añadir también acciones educativas, ambientales y de inclusión social.

Manuel Cabezudo indica que la Asociación Atlas está muy interesada en la diversidad cultural en Canarias y la interculturalidad, y por eso, en esta segunda edición ha querido generar espacios en los que jóvenes migrantes llegados a las Islas puedan participar en actividades y vincularse al territorio a través de este sendero. «Es nuestra forma de darles la bienvenida a Canarias», resume Cabezudo. 

De esta forma, han participado jóvenes que se encuentran en una situación de arraigo, es decir, que llegaron a las Islas hace unos dos años, que hablan español y que viven actualmente en recursos facilitados por el Gobierno de Canarias o por diferentes asociaciones, y también han caminado otros que se encuentran en centros de primera acogida y que no llevan más de cinco meses en Canarias. «Para todos ellos puede ser muy importante tener tan solo la oportunidad de participar en iniciativas como esta, porque los hacen sentirse reconocidos», expresa Cabezudo. 

Participantes

Una de las menores subsaharianas participantes en la iniciativa, y que ha recorrido las etapas de La Graciosa, Lanzarote y El Hierro, destaca, mientras hacen una parada en la penúltima jornada que «estoy muy feliz de haber descubierto este proyecto». Es por eso que, tras caminar en La Graciosa y Lanzarote, ha decidido cerrar también el recorrido con la Asociación Atlas porque, además, «el paisaje es muy diferente al que conozco de Lanzarote y me sorprende lo verde que es este camino». 

Más de 20 personas realizan estos últimos kilómetros del recorrido, procedentes de Canarias, Barcelona, Senegal o Malí. Precisamente, la joven habla de la posibilidad que le ha dado Contramapas de entrar en contacto con otros migrantes con los que tiene muchas cosas en común. Es por eso que no ha dudado, junto con sus nuevos amigos, en honrar a la organización con una cena tradicional de su país de origen, Senegal. 

Futuro

Pero los vínculos afectivos no solo se han creado con estos jóvenes que se han sumado a esta segunda edición, sino que también se afianzan con los vecinos de los pueblos que visitan. De hecho, se ha convertido en tradición que al llegar al final del sendero, en el faro de Orchilla, los vecinos vayan a buscar al equipo en embarcaciones para llevarlos hasta La Restinga. 

Precisamente allí tenían previsto realizar este 30 de mayo los actos de clausura de esta segunda edición junto a Casa África. Sin embargo, la Asociación Atlas ha decidido suspender esta última celebración debido al accidente y fallecimiento de siete personas migrantes que se produjo al volcar una embarcación a su llegada al puerto de La Restinga el pasado miércoles. A pesar de ello, Cabezudo ya tiene la vista puesta en una tercera edición de Contramapas, con la que espera continuar acercando este sendero a la población y, sobre todo, facilitando, al igual que hace este recorrido, la cohesión social entre las Islas.

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