Si me comes, me comes bien
La revolución honesta de Albi Canarias en la alimentación colectiva

La Provincia
En el complejo y a menudo contradictorio mundo de la alimentación, pocas empresas se atreven a cuestionar de raíz las normas del sector. Albi Canarias lo hace. Y no con campañas publicitarias huecas o eslóganes de moda, sino con acciones reales y consistentes. Esta empresa canaria, con más de 40 años de trayectoria en el sector de la restauración colectiva, se ha propuesto cambiar la forma en la que se come en los comedores escolares, hospitales, residencias y empresas del archipiélago. Su propuesta es tan radical como sensata: decir no a los ultraprocesados, no a los fritos, y sí a la comida real. Su mensaje es tan claro como necesario: “Si me comes, me comes bien.”
La comida también educa: más allá de lo nutricional
En Albi Canarias no entienden la alimentación como una cuestión meramente biológica. Comer es también un acto educativo, emocional y cultural. Por eso, el comedor no se concibe como un simple espacio logístico, sino como una extensión del aula, un lugar donde los niños y niñas aprenden a convivir, a respetar lo que comen y a descubrir sabores y texturas que les acompañarán toda la vida.
No hay menús prefabricados, ni ingredientes sin alma. En su lugar, se apuesta por la comida casera, equilibrada y bien elaborada, pensada para nutrir sin saturar, para gustar sin disfrazar. Aquí no se ocultan las verduras ni se recurre al queso para tapar sabores. Se cocina con técnicas saludables —al vapor, al horno, salteados ligeros, estofados— que preservan los nutrientes y respetan el sabor original de los alimentos.
Este enfoque transforma la experiencia de comer. Los niños descubren que una crema de calabaza puede ser deliciosa sin aditivos, que una legumbre bien cocinada no necesita embutidos industriales para ser sabrosa, que el postre puede ser una fruta de temporada bien servida. Y, sobre todo, que el acto de alimentarse puede ser también un acto de cariño, de cuidado y de conciencia.
La verdad está en el plato: nada que esconder
El compromiso de Albi Canarias no se queda en los eslóganes. Se materializa en una cocina honesta, sin atajos ni trampas. No se utilizan productos ultraprocesados: ni croquetas prefabricadas, ni salsas de sobre, ni postres industriales. Tampoco se fríe. Porque lo saludable no se negocia, y lo fácil no siempre es lo correcto.
Cada menú es el resultado de un proceso cuidadoso de selección, planificación y ejecución, en el que nutricionistas, cocineros y dietistas trabajan mano a mano. La prioridad es ofrecer una alimentación variada, completa y adaptada a las necesidades de cada etapa de crecimiento.
El resultado son platos ricos en verduras, legumbres, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Con combinaciones creativas, colores vivos y sabores auténticos. Sin artificios. Sin disfraz.
Ecocomedores: la fuerza del territorio
Uno de los pilares fundamentales de esta propuesta transformadora es su participación activa en el programa Ecocomedores de Canarias, una iniciativa pionera que promueve el uso de productos ecológicos, frescos y de cercanía en los menús escolares. Pero Albi Canarias no se limita a cumplir con las exigencias del programa: lo convierte en su modo de operar.
Esto implica trabajar directamente con agricultores, ganaderos y productores locales. Conocer sus ritmos, sus cosechas, sus prácticas. Adaptar los menús a la temporalidad de los ingredientes. Respetar el producto y darle el protagonismo que merece. Es una apuesta por la soberanía alimentaria, por la reducción de la huella de carbono y por el fortalecimiento de una economía local más justa y resiliente.
Gracias a este modelo, un niño en un colegio de Tenerife puede comer papas arrugadas con mojo elaborado in situ, fruta recogida ese mismo día en una finca ecológica de la isla o pescado fresco de la costa canaria. Y todo eso con la garantía de que está comiendo limpio, seguro, saludable y sabroso.
Menús con nombre propio: personalización y cercanía
Una de las claves del éxito de Albi Canarias es la capacidad de adaptación. Lejos de ofrecer menús estándar, diseñados desde una oficina, trabajan estrechamente con cada centro educativo, residencia o empresa para personalizar sus menús según las características de los comensales, sus necesidades nutricionales y sus preferencias culturales.
Se elaboran menús específicos para casos de alergias e intolerancias alimentarias, dietas terapéuticas o necesidades especiales. Además, existe un contacto directo con las familias, a través de plataformas digitales que permiten conocer en tiempo real lo que comen sus hijos, enviar observaciones, recibir pautas nutricionales y participar en actividades de sensibilización.
Esta relación directa, casi artesanal, marca la diferencia. Porque detrás de cada menú hay un equipo humano que escucha, acompaña y se preocupa por hacerlo bien.
Cuidar el planeta también alimenta
La sostenibilidad no es un añadido. Es parte del ADN de Albi Canarias. Su compromiso ambiental se traduce en acciones concretas: eliminación de plásticos de un solo uso, uso de envases biodegradables o reutilizables, logística optimizada para reducir emisiones, formación continua en consumo responsable y minimización del desperdicio alimentario.
Además, los residuos orgánicos generados en sus cocinas se gestionan de forma responsable, e incluso se estudia la posibilidad de cerrar el ciclo a través de compostaje local en colaboración con ayuntamientos o entidades agrarias. Porque alimentar también implica devolver a la tierra lo que nos da.
Tecnología para hacer las cosas mejor, no más rápido
A menudo, la tecnología se asocia con deshumanización. Pero en Albi Canarias ocurre lo contrario: la tecnología está al servicio de las personas. Gracias a herramientas digitales propias, pueden monitorizar en tiempo real todos los aspectos del proceso alimentario: temperaturas, tiempos de cocción, trazabilidad de ingredientes, incidencias, valoraciones.
Este sistema permite mantener una alta calidad, detectar errores y aplicar mejoras de forma inmediata. Además, facilita la comunicación entre cocina, dirección, personal de comedor y familias. Todo está conectado. Todo se puede verificar. Porque la transparencia es una forma de respeto.
Responsabilidad social: alimentar también es incluir
Más allá de lo alimentario, Albi Canarias tiene un fuerte compromiso con la equidad. Colaboran con entidades sociales para favorecer la inclusión laboral de personas en riesgo de exclusión, priorizan la contratación local y promueven la igualdad de género en sus equipos.
La alimentación es un derecho. Y en su forma de trabajar, este derecho se extiende también al derecho a un empleo digno, a una cadena de valor justa y a una empresa que sepa que cada plato servido es también un acto social.
Conclusión: una revolución que empieza en el plato
Albi Canarias está demostrando que otra forma de alimentar es posible. Una forma más consciente, más saludable, más sostenible y más humana. Su propuesta no es radical. Es radicalmente lógica. No están inventando nada: están recordándonos cómo se hacía antes, con el saber de nuestras abuelas, con el cuidado de las personas que cocinan con el corazón y no solo con las manos.
“Si me comes, me comes bien” no es una provocación. Es un recordatorio: si vas a alimentar a alguien, hazlo con respeto. Con verdad. Con ganas. Y con compromiso.
Porque al final, la revolución empieza en el plato. Y Albi Canarias ya la está sirviendo, cada día, en cientos de comedores. Sin disfraces. Sin artificios. Y con todo el sabor del futuro.
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