Fernando Blasco, trasplantado de hígado en La Candelaria: "Es el acto más bonito que se puede recibir en la vida"

El paciente es una de las 900 personas que se han sometido a esta intervención en el Hospital La Candelaria

Cuatro años después de la operación, asegura que lleva una vida normal

El paciente trasplantado, Fernando Blasco

El paciente trasplantado, Fernando Blasco / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (HUNSC) alcanzó en marzo los 900 trasplantes de hígado, tras 29 años de intervenciones. Detrás de los números hay nombre propios, rostros e historias que este jueves estuvieron representados por Fernando Blasco, paciente trasplantado.

Su hígado dejó de funcionar hace cuatro años y precisó un trasplante urgente. Recuerda esa primera noticia como un momento duro, en el que pensó que se acabaría su vida tal y como la conocía. «Tenía 56 años, era una persona acostumbrada a trabajar y a una rutina y cuando me vi en la cama del Hospital me di cuenta de lo duro que sería», relató.

Por suerte tuvo que esperar poco, pues ingresó en febrero y encontró un donante compatible en mayo. «Es un momento de sensaciones encontradas, de felicidad y también de miedo a lo desconocido, pero si alguien pasa por esta situación no debe tener dudas porque el trasplante salva la vida», argumentó.

Vida normal

La recuperación del tinerfeño fue lenta porque pasó por un rechazo celular, pero a día de hoy asegura que puede llevar una vida prácticamente normal y que solo tiene que seguir "tres o cuatro pautas de su médico".

Asimismo, destacó que tras el trasplante ha tenido que aprender a vivir de nuevo como cuando era pequeño, por lo que levantarse cada mañana es una emoción continua. "Cuando te despides de tu familia te invade el miedo, pero cuando vuelves a abrir los ojos es maravilloso, sin duda ha sido el acto más bonito que he recibido en la vida", confesó.

Balance del programa de trasplantes del Hospital Universitario de La Candelaria

Balance del programa de trasplantes del Hospital Universitario de La Candelaria / María Pisaca

Cuatro años después ha querido participar en el acto para agradecer al equipo de profesionales y visibilizar la realidad de las personas trasplantadas porque, según denunció, a veces «parece que no existimos». Durante su intervención también señaló que este sólo era el principio: «Llegarán donde quieran porque son increíbles».  

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