¿Es cierto que el cambio climático causa más de 8.000 muertes al año en España?

El avance de la crisis climática en España ya está dejando huellas visibles en el territorio y en la vida de los ciudadanos. Durante una comparecencia celebrada este miércoles en el Congreso de los Diputados en relación al apagón que sufrió España hace una semana, Pedro Sánchez ha hablado de "las más de 8.000 vidas que se pierden cada año en España como consecuencia del cambio climático". ¿Pero de dónde sale esta cifra y a qué se refiere exactamente con muertes relacionadas al cambio climático? ¿Cómo se cuantifican las muertes asociadas a fenómenos climáticos y meteorológicos? ¿Y por qué esta cuestión despierta tanta polémica en algunos sectores de la sociedad?

Estas son algunas claves para entender este debate y, sobre todo, comprender la magnitud del problema.

Uno de los principales riesgos climáticos a los que está expuesto España es el calor extremo, un fenómeno en auge debido al avance de la crisis climática y que, año tras año, deja valores cada vez más elevados y durante periodos más largos. Según apunta un análisis del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) publicado en Nature Medicine, en el año 2023, cuando en España vivió el verano más cálido desde que existen registros, las altas temperaturas provocaron al menos 8.000 defunciones prematuras en el país. Un año antes, en 2022, otro análisis de la entidad también demostró que las altas temperaturas registradas durante el verano habían causado al menos 7.500 muertes prematuras. De estas, se estima que más de la mitad estarían relacionadas directamente con el calentamiento global producido por nuestra especie. 

Según explican los especialistas, el calor extremo actúa como un "disparador" de enfermedades preexistentes. En la mayoría de casos, de hecho, la gente no muere de un golpe de calor. La mortalidad durante los episodios de temperaturas extremas se explican por el empeoramiento de problemas cardiovasculares o respiratorios, sobre todo en colectivos vulnerables al calor como es el caso de las personas mayores. 

Otro de los riesgos climáticos más estructurales a los que están expuestos los españoles es la contaminación. La Sociedad Española de Neumología estima que la mala calidad del aire provoca alrededor de 10.000 muertes al año en España, el equivalente al 3% de todas las muertes registradas y, en palabras de la entidad, "un dato muy superior a las muertes por accidentes de tráfico". La exposición al dióxido de nitrógeno generado por los coches, por ejemplo, se relaciona con más de 6.000 muertes al año, mientras que las partículas en suspensión provocan unos 2.600 decesos más cada año.

Según explican los especialistas, la polución es un factor de riesgo clave tanto para desarrollar problemas cardiovasculares y respiratorios, entre otros, como para empeorar el estado de los pacientes que sufren de estas patologías. Durante los episodios de elevada contaminación atmosférica, en los hospitales españoles se registra un aumento de los ingresos por infartos, arritmias y asma.

Más allá del impacto de riesgos estructurales como el calor extremo o la contaminación atmosférica, el avance de la crisis climática también está provocando un aumento de fenómenos meteorológicos extremos como, por ejemplo, lluvias torrenciales e inundaciones que lo arrasan todo a su paso. Ejemplo de ello, la situación vivida el pasado mes de noviembre, cuando el paso de una dana dejó 227 decesos en la Comunidad Valenciana y Murcia. En los informes del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) estos decesos también se incluyen dentro de los recuentos anuales de "víctimas del cambio climático". El año pasado, por ejemplo, se estima que estos fenómenos dejaron 335 muertes y más de 413.000 afectados en el conjunto de Europa.

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