En el Hospital Ramón y Cajal de Madrid

Fallece la sevillana Belén Domínguez, un ejemplo de la lucha contra el tumor medular

La joven acumulaba 200.000 seguidores en Instagram, donde compartía su día a día con la enfermedad

Belén Domínguez posa con su libro desde la cama de su habitación en el Hospital Ramón y Cajal.

Belén Domínguez posa con su libro desde la cama de su habitación en el Hospital Ramón y Cajal. / Cedida

Redacción

Sevilla

La joven sevillana de 31 años Belén Domínguez ha fallecido este sábado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde estaba ingresada desde hacía dos años por un tumor intramedular. La chica se había convertido en un ejemplo de lucha contra la enfermedad y acumulaba más de 200.000 seguidores en sus redes sociales, en las que contaba su convivencia con el cáncer y su día a día.

Belén acudió por primera vez a urgencias del hospital a principios de julio de 2023 por un dolor persistente en la espalda. Finalmente, el 8 de julio le confirmaron un tumor intramedular, un glicoma difuso de la línea media de grado 4. Tras el diagnóstico, la joven perdió la movilidad y comenzó un tratamiento de quimio y radio, además de necesitar una fuerte terapia con altas dosis de cortisona.

Desde la cama del hospital, en el que estuvo ingresada desde el diagnóstico, Belén compartía su día a día y cómo iba evolucionando su enfermedad. Estas publicaciones la llevaron a inspirar a miles de personas en todo el mundo e incluso escribió un libro sobre su experienciaLa vida es bonita incluso ahora (Nube de Tinta). El título llegó incluso al papa Francisco, que le dedicó una carta a principios de año para darle ánimos.

Un ejemplo de superación

Después de que los médicos le anunciaran que no podían hacer nada y que probablemente tuviera que ir a paliativos, desde febrero, Belén formaba parte un ensayo clínico combinado con inmunoterapia al que solo se han sometido 20 personas en el mundo, dos de ellas en España. Aunque ella misma reconocía que los médicos no sabían si este iba a funcionar.

En una conversación con este periódico, Belén insistía en que tenía muy pocos días malos y que estaba "bien". "Sé que es inexplicable, pero mi fe, que es mucho mayor que antes, me ayuda muchísimo a llevarlo con alegría para hacérselo fácil a mi familia", afirmaba con decisión desde su habitación del hospital, un lugar que los propios sanitarios describen como un "refugio". Tanto es así, que vivía aliviada desde que, aseguraba, ha entendido y aceptado su situación. "Yo soy de la filosofía de que todo pasa por algo y no me pregunto "por qué a mí", sino "para qué a mí" y entonces tengo una respuesta: para ayudar a los demás".

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