El Astrofísico canario celebra medio siglo de vida rodeado de premios Nobel
El primer bloque de conferencias de Starmus en La Palma ahonda en las preguntas del universo, el optimismo medioambiental y los retos de la inteligencia artificial

El premio Nobel de Física de 2006, John Mather. / Efe

La roca volcánica, el salitre de la playa de Puerto Naos y la suave brisa primaveral del oeste palmero ha arropado la jornada inaugural del esperado festival Starmus que hasta el próximo lunes congregará a decenas de científicos y músicos internacionales en la isla Bonita con un único propósito: divulgar los avances y retos de la ciencia a la población. Todo ello, además, para arropar el aniversario del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que cumple medio siglo desde su fundación.
En apenas un día, el festival ha conseguido diseminarse por toda la geografía palmera. Así, durante la mañana y hasta bien entrada la tarde cientos de personas recorren los pasillos recien novados del Hotel La Palma. Los entusiastas de la ciencia se entremezclan con grandes figuras de la ciencia que son los mejores en su campo.
En el corazón del complejo hotelero se erige un escenario que evoca el buque insignia de la ciencia canaria, el Gran Telescopio de Canarias (GTC), bajo un estrellado cielo y con la compañía de dos tajinastes en flor. «¿Están preparados para Starmus?», reza un video introductorio. Como si de una estrella de rock se tratara, el fundador del evento, Garik Israelian hace acto de presencia frente a las cientos de personas que llenan un auditorio improvisado en la terraza principal del hotel.
Revitalizar La Palma
Starmus este año celebra su vuelta a Canarias con el propósito de revitalizar la isla tras la erupción de 2021. «Todo esto nos ayudará a conseguir que la isla pueda pasar página», resaltó el director del IAC, Valentín Martínez, encargado de abrir el primer ciclo de conferencias del día.
Las breves palabras de Martínez - que volvería al escenario varias horas después para hablar del Sol- fueron la antesala a las enseñanzas sobre el universo del Nobel de Física de 2006, John Mather. El astrofísico reveló a los oyentes que les iba a revelar «los secretos del universo», aunque, como ironizó, al hacerlo ya no sería «un secreto». El laureado disertó sobre las grandes preguntas que la astrofísica puede resolver y puso en perspectiva lo poco que aún conocemos del cosmos. En concreto, Mather disertó sobre la física cuántica y cómo puede ayudar a resolver estos misterios: «es una disciplina que usamos todo el rato porque somos cuánticos». Pese a las dificultades, el premio Nobel se lanzó a responder una de esas cuestiones: «No creo que el ser humano esté solo en el universo, pero nuestros vecinos están muy lejos».
Unas horas después, otro premio Nobel de Física, el suizo Michael Mayor mostró los avances científicos que permiten interpretar mejor los nuevos planetas que se están identificando. «Hay una impresionante cantidad de ellos, y esto es solo la punta del iceberg», insistió. Mayor explicó las fórmulas que tiene la ciencia para identificar nuevos mundos fuera de nuestro sistema solar y puso de manifiesto cómo la próxima generación de telescopios – en tierra y en el espacio –permitirán conocerlos mejor e incluso detectar vida en ellos.
De vuelta a la Tierra
De los confines del universo, fueron dos investigadoras las que devolvieron el debate hacia la Tierra. Con un mensaje optimista, la bióloga Nancy Knowlton trató de mostrar a los asistentes la «otra cara» de los discursos sobre la catástrofe climática. Recordó así, que si bien el planeta está cerca de sobrepasar los 1,5 grados de temperatura por encima del periodo industrial, los países han hecho un esfuerzo por incentivar la energía solar hasta el punto de «crecer mucho más rápido de lo que se esperaba». Además, como insistió, «algunos países ya no usan recursos fósiles».
Y este ejemplo se puede derivar a otras tantas problemáticas medioambientales, desde la contaminación del aire, hasta la electrificación de los vehículos y el cuidado de la biodiversidad. «Tenemos que poner el foco en aquellas cosas que se están haciendo bien, para poder afrontar con optimismo la situación en la que nos encontramos», sentenció. Knowlton también criticó duramente las políticas de la administración Trump, llegando a pedir perdón por el descalabro que está haciendo en el mundo y en el avance contra el cambio climático. «Siento lo que está ocurriendo, espero que pronto podamos reconducir nuestro rumbo», insistió.
Por su parte, la bióloga marina y ecologista, Jane Lubchenco, recalcó la importancia del tipo de narrativa y el uso del lenguaje cuando se habla sobre ciertos conceptos científicos. La presidenta de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos, destacó la diferencia de hablar de un solo océano o de varios. «Incluir a todos en uno solo refuerza la perspectiva de que todos tenemos responsabilidad en lo que le ocurra», recuerda. Otra de esas narrativas es la de que el océano está limpio y es tan grande que es imposible que los humanos destruyan. «Esto ha llevado a la sobreexplotación del océano pensando que no llegaríamos a hacerle nada», sentenció.
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