Más de 190 países celebran el Día de la Tierra: estos son los tesoros naturales de Tenerife que deben ser protegidos

La Isla entera es un tesoro que ha de ser conservado, pero hay rincones que merecen una mención especial

Archivo - Parque Nacional del Teide

Archivo - Parque Nacional del Teide / JUANJO VELÁZQUEZ FOTÓGRAFO - Archivo

Santa Cruz de Tenerife

El Día de la Tierra se celebra cada 22 de abril y es una fecha dedicada a crear conciencia sobre los problemas ambientales que enfrenta nuestro planeta: el cambio climático, la contaminación, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, entre otros. Fue proclamado por primera vez en 1970 en Estados Unidos, pero hoy se celebra en más de 190 países.

Es un día para reflexionar sobre el impacto que tenemos como humanidad y promover acciones concretas para proteger y restaurar la naturaleza. Desde plantar árboles hasta reducir el consumo de plásticos, cada pequeño gesto suma.

Tenerife es una joya ecológica del Atlántico. Su diversidad de paisajes y ecosistemas únicos hacen que sea un lugar de altísimo valor ecológico. Algunos lugares que destacan especialmente por su riqueza natural y la necesidad de preservarlos:

Parque Nacional del Teide

El mal tiempo deja nieve en el Parque Nacional del Teide (fotos 1 y 2) y escorrentías en los barrancos, como los que se registraron en el barrio de Tío Pino de la capital tinerfeña (3). | ARTURO JIMÉNEZ

El mal tiempo deja nieve en el Parque Nacional del Teide / E. D.

El Parque Nacional del Teide es uno de los espacios naturales más impresionantes de Europa y un símbolo indiscutible de Tenerife. Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2007, este parque alberga el majestuoso Teide, el pico más alto de España con sus 3.718 metros de altitud. Su extenso paisaje volcánico, de apariencia casi lunar, lo convierte en un lugar único en el mundo, donde se puede apreciar la historia geológica del planeta. Además, su altitud, clima y aislamiento han dado lugar a la evolución de una flora y fauna endémica, es decir, especies que solo existen aquí y en ningún otro lugar del planeta.

Cuidar el Parque Nacional del Teide no es solo proteger un icono natural de Canarias, sino también preservar un ecosistema frágil y valioso. La erosión del suelo, la acumulación de residuos y la presión del turismo masivo pueden poner en grave peligro tanto su belleza como su biodiversidad. Es fundamental promover un uso responsable del parque, limitar el acceso no regulado y educar a quienes lo visitan para que actúen con respeto. Proteger el Teide es asegurar que futuras generaciones puedan seguir maravillándose con este tesoro natural y su historia viva.

Parque Rural de Anaga

Parque Rural de Anaga.

Parque Rural de Anaga. / E. D.

El Parque Rural de Anaga, situado en el nordeste de Tenerife, es uno de los rincones más mágicos y antiguos de la isla. Fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2015 debido a su gran valor ecológico, paisajístico y cultural. En sus montañas se encuentra uno de los mejores ejemplos de bosque de laurisilva, una reliquia viva de la era Terciaria que ha sobrevivido millones de años y que hoy en día solo persiste en algunos lugares del mundo. Este bosque húmedo y verde alberga una rica biodiversidad, con muchas especies de plantas, aves e insectos que no se encuentran en ningún otro lugar.

Cuidar Anaga es proteger un legado natural y cultural irremplazable. La presión urbanística, los incendios y un senderismo poco respetuoso pueden causar daños irreversibles en un ecosistema tan frágil. Además, en Anaga sigue viva una tradición rural basada en prácticas agrícolas sostenibles, que también forma parte de su valor como Reserva de la Biosfera. Promover un turismo consciente, proteger sus senderos y respetar sus normas son acciones clave para asegurar que este tesoro siga siendo un pulmón verde y un refugio de biodiversidad para las generaciones futuras.

Macizo de Teno

Imágen aérea de Punta de Teno y el faro.

Imágen aérea de Punta de Teno y el faro. / E. D.

El Macizo de Teno, ubicado en el noroeste de Tenerife, es uno de los paisajes más espectaculares y antiguos de la isla. Su relieve abrupto y sus impresionantes acantilados como Los Gigantes, que se alzan verticalmente sobre el océano, lo convierten en un paraíso natural de enorme valor geológico y escénico. Además, esta zona alberga una gran biodiversidad, con hábitats únicos donde aún sobreviven especies amenazadas, muchas de ellas endémicas, es decir, exclusivas de este entorno. Es también un lugar importante para aves como el águila pescadora y la pardela cenicienta.

Sin embargo, el Macizo de Teno se encuentra en una situación vulnerable frente al turismo no regulado y el crecimiento de actividades humanas que pueden dañar su delicado equilibrio ecológico. La masificación en rutas de senderismo, el tráfico marítimo cercano y la falta de control en ciertas zonas pueden deteriorar tanto la flora como la fauna del lugar. Por eso, es fundamental fomentar un turismo responsable, limitar el acceso descontrolado y conservar los valores naturales y culturales del macizo. Proteger Teno es garantizar que siga siendo un refugio natural, silencioso y majestuoso en medio del océano.

Malpaís de Güímar

Malpaís de Güímar

Malpaís de Güímar / Turismo de Tenerife

El Malpaís de Güímar es un enclave natural de gran valor situado en la costa sureste de Tenerife. Se trata de un paraje volcánico costero que destaca por su belleza singular, con campos de lava solidificada, conos volcánicos y senderos que atraviesan un paisaje casi lunar. Este entorno, aparentemente árido, es en realidad un ecosistema fascinante donde la vida ha sabido adaptarse a condiciones extremas de calor, salinidad y escasez de agua. Su vegetación, compuesta por tabaibas, cardones y otras especies xerófilas, forma un paisaje único en Canarias.

Cuidar el Malpaís de Güímar es proteger tanto su valor geológico como su riqueza ecológica. Es un laboratorio natural que nos enseña cómo evoluciona la vida sobre el terreno volcánico recién formado. La acción humana, como la expansión urbana, el vertido de residuos o el uso irresponsable de los senderos, puede dañar este entorno frágil. Preservarlo significa conservar un espacio que no solo es parte del patrimonio natural de Tenerife, sino también un lugar de estudio, educación ambiental y disfrute respetuoso de la naturaleza.

Los fondos marinos de Tenerife

Las aguas de Canarias ofrecen un espacio para el avistamiento de cetáceos primer nivel.

Las aguas de Canarias ofrecen un espacio para el avistamiento de cetáceos primer nivel. / Eldia.es

Los fondos marinos de Tenerife son uno de los tesoros ocultos más valiosos del archipiélago. Más allá de sus paisajes terrestres, la isla alberga una biodiversidad marina impresionante, con ecosistemas ricos y variados que acogen tortugas marinas, delfines, ballenas, bancos de peces, erizos, esponjas y corales. Zonas como Los Cristianos, Adeje y El Médano son puntos clave donde estos seres encuentran alimento, refugio y rutas migratorias. Además, Tenerife es uno de los mejores lugares de Europa para el avistamiento responsable de cetáceos durante todo el año.

Proteger estos fondos marinos es fundamental para conservar el equilibrio ecológico del entorno y asegurar la supervivencia de muchas especies amenazadas. Sin embargo, se enfrentan a peligros crecientes como el tráfico marítimo intenso, la contaminación por plásticos, el vertido de residuos y la presión del turismo submarino no regulado. Es urgente promover la educación ambiental, crear más zonas marinas protegidas y regular las actividades humanas en el mar para evitar daños irreversibles. Cuidar el mar de Tenerife es preservar su riqueza natural y asegurar que las generaciones futuras también puedan maravillarse con su vida bajo las olas.

Concienciación

Cuidar de la naturaleza en lugares tan valiosos de la Isla requiere un compromiso real con un turismo sostenible y respetuoso. Esto implica disfrutar del entorno sin dejar huella: no abandonar residuos en rutas de senderismo, playas o espacios naturales, y recordar que lo único que debemos llevarnos son recuerdos y fotografías. Es fundamental no extraer plantas ni molestar a los animales, ya que muchas especies en la isla son endémicas y muy sensibles a las alteraciones humanas. Cada gesto de respeto suma a la conservación de un entorno único.

Además, todos podemos ser parte activa del cambio participando en actividades de limpieza, talleres y campañas de concienciación ambiental. Apoyar a los productores locales también forma parte de esta responsabilidad, ya que impulsa economías sostenibles y reduce el impacto ambiental. Respetar las zonas protegidas y seguir las indicaciones en parques naturales o reservas es clave para garantizar la salud de los ecosistemas. Cuidar Tenerife es cuidar de un patrimonio natural que no tiene sustituto.

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