El limbo de las enfermeras embarazadas con contratos temporales en el Servicio Canario de la Salud: "Estamos desprotegidas"
El sindicato Satse denuncia que "hay compañeras que lo han pasado realmente mal" porque deben desempeñar sus funciones en turnos de 24 horas sin las adaptaciones necesarias a su estado

Imagen de una enfermera embarazada.

En la semana 8 de su embarazo, Raquel tuvo una amenaza de aborto. Le recomendaron reposo y le dieron la baja médica de su trabajo como enfermera en el Servicio Canario de la Salud (SCS). En ese periodo, se le agotó su contrato. Cuando le dieron el alta y quiso reincorporarse, prácticamente la única opción que le ofrecieron era un contrato de 24 horas.
Sin unas adaptaciones que indiquen que no puede cargar peso excesivo ni estar expuesta a golpes, cortes o ciertos medicamentos citostáticos, se siente "totalmente desprotegida" en su puesto. "No me niego a trabajar, pero yo no estoy para hacer 24 horas. No voy a aguantar. Y menos en urgencias. El paciente no tiene culpa de que yo esté embarazada", agrega.
Su nombre se ha cambiado para preservar su identidad, pero su caso ilustra el de numerosas enfermeras que quedan en un limbo durante su periodo de gestación. Este 14 de abril, el sindicato Satse volvió a denunciar en un comunicado esta "injusticia" con unas trabajadoras que quieren desempeñar sus funciones con una seguridad que no se les garantiza. "Están absolutamente discriminadas, hemos tenido ejemplos de compañeras que lo pasan francamente mal", señala Juan Trenzado, secretario provincial Satse en Las Palmas.
Para que se le reconozcan esas adaptaciones, se precisa de una evaluación del servicio de Prevención de Riesgos Laborales. El problema es que el informe se puede demorar durante un periodo superior a la duración del contrato de la enfermera. Y este proceso de certificación se debe repetir tras la siguiente firma, es decir, ante un nuevo destino, tendrá que pedir de nuevo otra valoración.
Un solo informe
Raquel lleva encadenando contratos temporales desde hace más de una década y cuando se le acabó el contrato mientras estaba de baja, tuvo que acudir a la Seguridad Social para cobrar una prestación. Ahora, al reincorporarse al trabajo, ha tenido que pedir las adaptaciones necesarias a su estado "y eso supone, como mínimo, dos meses de espera: que Riesgos Laborales me llame, me haga una valoración y entre que llega o no, ya se acaba el contrato", lamenta.
Por ello, Satse demanda que las evaluaciones del servicio de Prevención de Riesgos Laborales sean prioritarias y más ágiles; por otro lado, también pide el reconocimiento y continuidad de las valoraciones, para evitar tener que repetirlas con cada nuevo contrato y que se garanticen las adaptaciones desde el momento en el que se detecta la necesidad. "Es una situación absurda e incluso dantesca", critica Trenzado, pues estima que las circunstancias de una enfermera embarazada "no van a variar, salvo que tenga algún evento indeseable, es decir, la necesidad de que le adapten el puesto de trabajo por su estado se va a repetir".
Pero independientemente de lo que dicte el servicio de Prevención de Riesgos Laborales, la responsabilidad de adaptar las funciones depende de las gerencias de los hospitales o los centros de salud. Según Trenzado, el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín "sí ha implementado unos puestos específicos de adaptación para las enfermeras embarazadas, con lo cual, facilita todo este procedimiento".
La mutua
Sin embargo, el Complejo Hospitalario Insular Materno Infantil, donde trabaja Trenzado, "no tiene puestos adaptados para las enfermeras embarazadas". Y, en este caso, remite a la Mutua de Accidentes de Canarias (MAC), empresa con la que el SCS mantiene un concierto para cubrir las prestaciones de las trabajadoras embarazadas o en periodo de lactancia, una vez que acredita el riesgo que entraña desempeñar sus funciones para su salud y su bebé, por lo que le concede la baja.
Y es aquí donde se da otro de los principales problemas: cuando la mutua considera que la trabajadora gestante no presenta los requisitos necesarios para recibir el permiso; en ocasiones, esa decisión incluso contradice la valoración del servicio de Prevención de Riesgos Laborales, que puede estimar que los riesgos sí están acreditados. "Generan una situación de absoluto desconcierto y de incertidumbre máxima", abunda Trenzado.
"Simplemente, es que la mutua y los servicios de Prevención de Riesgos Laborales tienen una visión y una valoración diferente de los riesgos del embarazo. Es una situación, a mi juicio, bastante grave", señala Trenzado, quien más allá de buscar culpables, pone el foco en las consecuencias que tienen esas decisiones en las trabajadoras, que "no son culpables de que las valoren de una u otra forma, ni de que los tiempos que llevan elaborar un informe sean hasta de dos meses".
De hecho, esto conlleva a que "muchas compañeras terminan cogiendo la baja (por otras vías distintas a la de la mutua), para evitar estar trabajando en esas condiciones, lo cual es absolutamente inaudito. Y otras, con la esperanza, muchas veces vacía, de que se solucione pronto, de que el informe llegue a tiempo, pues tiran de sus periodos vacacionales, de sus días libres, para evitar trabajar hasta que se resuelva el expediente", expone Trenzado.
Sentencias favorables
En su comunicado, Satse asegura que ha ganado "numerosas demandas judiciales a favor de enfermeras embarazadas que han visto vulnerados sus derechos". A principios de 2024, una sentencia dictaminó la adaptación del puesto de trabajo de una enfermera en periodo gestante por riesgo y condenaba al SCS a abonar el importe correspondiente a todas las noches, festivos y guardias que hubiera realizado de haber seguido en su puesto de trabajo habitual.
“Son numerosos los recursos ganados contra la mutua que, en muchos casos, ha obligado a la trabajadora a acogerse a una baja por incapacidad temporal debido a la situación de estrés y ansiedad provocada por su situación laboral cuando no había un puesto adaptado y la negativa sistemática a concederle el permiso por riesgo durante el embarazo”, añade Trenzado.
En este sentido, Satse recuerda que los puestos de trabajo de enfermería conllevan numerosos riesgos especialmente sensibles para mujeres en periodo de gestación o lactancia, desde cortes y pinchazos a golpes por la movilización de pacientes, hasta la fatiga y el estrés por los turnos. Por ello, reitera la necesidad de adaptar el puesto de trabajo de las enfermeras embarazadas sin que estas pierdan ningún derecho laboral, agilizar al máximo posible la emisión del informe de prevención y que se mantenga vigente esa evaluación durante el periodo de gestación. Y en el caso de que la gerencia carezca de puestos adaptados, Satse pide que se faciliten las prestaciones correspondientes por riesgo durante el embarazo que debe abonar la mutua, "evidentemente", añade Trenzado, con un criterio que no rompa con el de Prevención de Riesgos Laborales.
- La Guardia Civil investiga a dos personas que fueron pilladas 'in fraganti' realizando pesca furtiva en La Palma
- Rescatado tras caer con su coche desde varios metros de altura en Tenerife
- La versión más apocalíptica de Tenerife, ambientada en 'The Last of Us': las colas de la TF-5, el Auditorio, Las Teresitas...
- Carlos Díaz, director del Servicio Canario de Salud: «Vamos a crear una estrategia de atención al cáncer»
- Guardia Civil alerta: 800 euros de multa por comprar en Aliexpress este artículo
- Dos heridas tras producirse la salida de vía de un vehículo en el Puerto de la Cruz
- Investigan una agresión sexual a una joven en Tenerife
- Nuevas obras en la TF-1: el tráfico será redirigido por la ejecución del tercer carril