Informe Copernicus

Sólo la mitad de las ciudades europeas tienen un plan de adaptación a la crisis climática

Europa, el continente que más rápido se calienta, registra un carrusel de valores extremos, desde récords de calor hasta el deshielo acelerado de los glaciares

Las inundaciones extremas del año pasado dejaron 335 muertes en Europa y más de 413.000 afectados

Efectos de la DANA en Sedaví, a 5 de noviembre de 2024, en Valencia.

Efectos de la DANA en Sedaví, a 5 de noviembre de 2024, en Valencia. / Eduardo Manzana

Valentina Raffio

Barcelona

El avance de la crisis climática sigue causando estragos en Europa, el continente que, según reiteran los análisis, es el que más rápido se calienta de todo el mundo. El informe anual del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado del clima del Viejo Continente desvela que, una vez más, en el último año los países europeos han vivido temperaturas extremadamente altas, han batido varios récords absolutos de calor y han registrado fenómenos meteorológicos extremos. Entre las cifras más graves destacan las 335 muertes y más de 413.000 afectados causados por inundaciones extremas en Europa. "Cada décima de aumento de la temperatura acentúa los riesgos para nuestras vidas, para las economías y para el planeta", afirma Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, tras la publicación de este informe que deja otro dato: solo la mitad de las ciudades europeas cuentan con un plan específico de adaptación a la crisis climática.

El análisis, publicado este martes, analiza un centenar de indicadores como, por ejemplo, la evolución de las temperaturas, el calentamiento del mar, el impacto de los incendios forestales o el deshielo de los glaciares. Los registros confirman que 2024 fue el año más cálido registrado hasta ahora en Europa, con temperaturas récord en casi la mitad del continente, la ola de calor más intensa jamás observada en estas latitudes del planeta o un marcado incremento de días con estrés térmico extremos con temperaturas de hasta 46ºC. El aumento de las temperaturas también se vio reflejado en la superficie del mar, que alcanzó el valor más alto desde que hay registros, así como en los glaciares de Escandinavia y Svalbard, que el año pasado perdieron la mayor superficie observada hasta la fecha.

Un tercio de la red fluvial europea superó el umbral "alto" de inundación durante el año pasado

Otro de los efectos adversos del aumento global de las temperaturas es, tal como explican los expertos, la formación de episodios de lluvia más torrenciales y de inundaciones de gran magnitud. Según apuntan los registros, el año pasado se acumularon varios episodios de precipitaciones extremas en todo el continente europeo como, por ejemplo, el ocurrido en la Comunitat Valenciana el pasado octubre, que dejó un total de 228 víctimas mortales e innumerables daños materiales. Los análisis indican que al menos el 30% de la red fluvial europea superó el umbral "alto" de inundación, mientras que el 12% llegó incluso al umbral de inundación "grave". Los registros constatan que Europa no había sufrido inundaciones tan generalizadas desde el año 2013. En algunos puntos se han registrado los valores de precipitaciones más elevados de las últimas décadas. De seguir así, advierten los expertos, Europa es una de las regiones con el mayor aumento previsto del riesgo de inundaciones de todo el mundo.

Medidas de adaptación

El informe de este año también incluye un análisis sobre las medidas de adaptación y resiliencia desplegadas en Europa para hacer frente a los extremos climáticos. En 2018, solo el 26% de las ciudades europeas tenían un plan específico de adaptación a los impactos de la crisis climática y ahora, un lustro más tarde, se estima que esta medida se ha extendido al 51% de las urbes europeas. "En el contexto geopolítico actual, aspirar a una disminución de las concentraciones de CO2 parece una quimera, por lo que la adaptación es ahora nuestra principal arma para amortiguar el golpe climático", destaca Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida, en declaraciones a la plataforma Science Media Centre sobre los resultados de este informe.

Una buena noticia del informe apunta al rápido despliegue de las energías renovables, herramientas que permiten seguir generando electricidad

Una buena noticia que destaca el informe es el rápido despliegue de las energías renovables en el Viejo continente, unas herramientas que permiten seguir generando electricidad sin generar más emisiones de gases de efecto invernadero. Los registros apuntan a que el año pasado el 45% de la electricidad europea se generó mediante energías renovables, siendo esta la cifra más alta jamás registrada en el conjunto de Europa. También se constata que el número de países de la Unión Europea donde las renovables generan más electricidad que los combustibles fósiles casi se ha duplicado desde 2019, pasando de 12 a 20. En España, se estima que el año pasado las energías renovables contribuyeron hasta al 56% de la producción eléctrica nacional.

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