Identifican al parásito que infecta a los cetáceos varados en Canarias
La doctorando del IUSA-ULPGC, Zuleima Suárez, pone por primera vez nombre y apellido con técnicas moleculares al nematodo que causa la enfermedad renal y arterial en los zifios de Cuvier

La investigadora Zuleima Suárez González en la sede del IUSA-ULPGC. / ULPGC
María Jesús Hernández
Investigadores del Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), han logrado identificar por primera vez, mediante técnicas moleculares, el parásito -nematodo- que causa la enfermedad renal y arterial en zifios de Cuvier, la especie de cetáceos con mayor tasa de varamientos, dentro de la familia Ziphidae, en Canarias.
El estudio forma parte de la tesis doctoral de la investigadora Zuleima Suárez González, que ha realizado la serie más grande de zifios estudiados hasta el momento, un total de 51 individuos necropsiados durante un período de 24 años en las Islas.
Parasitosis renales
Un hallazgo constante durante las necropsias fue la presencia de grandes nematodos en los riñones y el tracto urinario, que ha sido identificado por la investigadora en formación del IUSA como Crassicauda anthonyi, relacionado con parasitosis renales y asociado con lesiones arteriales graves.
«Los zifios de Cuvier son especies que abundan en Canarias y están entre los que más varan. Hemos observado que estos zifios albergan nematodos, pero no se habían identificado hasta ahora, y a través de este estudio, molecularmente y morfológicamente, se identificaron como Crassicauda anthonyi», señala Zuleima Suárez sobre el estudio que forma parte de su tesis doctoral, dirigida por el catedrático Antonio Fernández, y que ha sido publicado en la revista de alto impacto científico BMC Veterinary Research.
Prevalencia
Además de poner nombre y apellido al nematodo que afecta a esta especie de cetáceos, el estudio también arroja luz a la comunidad científica internacional sobre la prevalencia de estos parásitos y eleva las bases de datos moleculares que existen hasta ahora del mismo, ya que han publicado seis nuevas secuencias genéticas. «Hasta ahora no se habían caracterizado en un mismo artículo tantas secuencias de estos parásitos. Y eso es importante para conocer, sobre todo, la epidemiología de la enfermedad, porque son parásitos de los que se desconocen bastantes aspectos hasta ahora, hay que tener en cuenta que trabajamos con animales muertos, no podemos acceder a ellos tan fácilmente, y eso es un handicap para la obtención de datos, porque al final estamos limitados a que lleguen esos animales varados».
Aunque aún se desconocen aspectos sobre el ciclo de este parásito, se sabe que llega a través del alimento que ingieren los zifios, principalmente calamares. «Llegan al intestino donde se liberan las larvas, y estas migran a través de toda la vasculatura dando lugar a consecuencias bastante graves también a nivel arterial. De ahí pasan al riñón, que es donde encontramos el parásito adulto, que puede llegar a medir hasta más de un metro de longitud», explica la doctorando del IUSA-ULPGC.
Maniobras militares
Las consecuencias de la infección para estos cetáceos son bastante graves, dado que tienen una carga parasitaria muy grande en el riñón que puede dar lugar a fallos renales y problemas inflamatorios severos, sobre todo cuando el animal infectado se halla en situaciones de estrés. De hecho, los zifios de Cuvier son la especie que está principalmente asociada a la muerte cuando hay maniobras militares.
«Se infectan desde muy jóvenes, cuando el parásito entra por vía oral, llega al intestino y de ahí cruza a las arterias mesentéricas, pasa a la aorta y termina llegando al riñón. El parásito adulto donde vive es en el riñón y cuando pone huevos salen por la orina». Así, terminan de nuevo en el mar y vuelven a entrar en los calamares, que es la principal comida de los zifios, que se vuelven a infectar, de forma que hay un ciclo constante a través del digestivo, las arterias y el riñón.
«Sabemos que estos animales vienen conviviendo con el parásito desde hace millones de años, lo que ha hecho que se hayan ido adaptando a los mimos, incluso teniendo esos problemas renales y vasculares. Si pasan por una situación de estrés, probablemente pueden tener problemas graves, o incluso la muerte, pero si no, ellos se han ido adaptando a la enfermedad que está producida por Crassicauda anthonyi. Hoy lo sabemos gracias al descubrimiento de Zuleima, que por primera vez le ha puesto el nombre al parásito que infecta los riñones y las arterias de los zifios cavirostris que varan en Canarias», afirmó el profesor Fernández, director de la tesis de Zuleima Suárez, centrada principalmente en los parásitos, en cómo afectan a la salud de los todos los cetáceos que llegan varados a Canarias.
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