Tribuna libre
El que calla, otorga (en defensa de una infravalorada gestión sanitaria)

Panorámica del Hospital Universitario de Canarias (HUC) | E.D.
Mercedes Cueto SerranoSagrario Bustabad Reyes
Tiempo después de haber cesado en nuestras obligaciones como responsables de la dirección del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (CHUC) y cuando en nosotros no existía la más mínima intención de entrar en polémicas innecesarias por más que, por lo menos mediáticamente, había razones sobradas para hacerlo, dada la reactivación de las noticias sobre las deficiencias observadas en este centro sanitario, creemos oportuno informar a la opinión pública sobre la realidad vista desde nuestra perspectiva y con el fin de evitar que se mantenga sin discusión la vieja sentencia de que quien calla otorga.
Compromiso con el CHUC
Nuestro compromiso con el CHUC empezó en septiembre de 2019 con el nombramiento de la Directora Gerente, quien luego conformó el resto de su equipo, conformación que, no se produjo por motivaciones políticas sino técnicas, ya que todos procedíamos del mundo de la sanidad pública.
Nuestra etapa se desarrolló durante casi 4 años (octubre 2019-agosto 2023). En los primeros meses se pidió al Servicio Canario de la Salud (SCS) la construcción de un nuevo hospital, dadas las muchas deficiencias de este, a punto de cumplir los 50 años; además, comenzamos a trabajar en un plan estratégico para el que contactamos con personas de gran solvencia y prestigio e iniciamos los trámites para la realización de una auditoría externa al Servicio de Urgencias con el objetivo de mejorar la gestión y la organización interna, pues ya, a nuestra llegada, detectamos la existencia de problemas de cierta gravedad.
Lamentablemente, todo se vio truncado por la imprevista irrupción de la pandemia del covid-19, situación que nos tuvo ocupados durante 3 de los 4 años que duró nuestra gestión. Creemos que es de justicia reconocer que, gracias al trabajo de todos los profesionales de la sanidad pública, Canarias fue la Comunidad Autónoma con menor tasa de mortalidad durante la mayor crisis sanitaria que se ha vivido en los últimos tiempos como lo ha revelado un estudio internacional liderado por Universidad de Southampton (Reino Unido).
Decisiones que pudieron molestar
Como en cualquier tarea directiva y organizativa se tomaron decisiones que, posiblemente, no fueron del agrado de algunos. Concretamente, ante las deficiencias notables que habíamos observado en el Servicio de Urgencias, después de sugerir a su responsable un cambio de actitud y proceder, que no aceptó, se decidió prescindir de sus servicios como coordinador, puesto que no contaba con nuestra confianza, cargo de esta naturaleza (la confianza) por el que en su momento había sido nombrado. Conocida es la enorme repercusión mediática que supuso nuestra decisión de cesarlo.
A pesar de la movilización que se produjo, estando en plena pandemia, se consiguió reconducir la situación y contratar a personal cualificado para mantener una actividad asistencial de calidad.
Sorprendente fue, sin embargo, la decisión del nuevo equipo de dirección de restituir al cesado de forma inmediata, tal vez por entender de que nuestra decisión había sido una medida injusta que había que restablecer. Es preciso recordar que el cese por dos ocasiones fue respaldado por el TSJ de Canarias y por el Tribunal Supremo y, además, no obtuvo la plaza que había salido a concurso público por presentar un proyecto que se consideró poco adecuado.
Durante el último año y medio el Servicio de Urgencias ha ido lamentablemente empeorando, lo que ha llevado a, que quienes habían sido sus defensores, procedieran a una nueva destitución. Con este nuevo cese hemos sentido que se ha restituido nuestra honorabilidad, ya que ha quedado demostrada que nuestra decisión no fue arbitraria como muchos manifestaron en su momento.
Nunca hemos pretendido atribuir la saturación del Servicio de Urgencias a un único factor ni muchos menos a los profesionales que trabajan en ese servicio. Hay factores de otro tipo, como los demográficos, de déficits de infraestructuras sanitarias y sociosanitarias etc., que superan las competencias de los trabajadores y de la propia dirección hospitalaria.
Y vayamos a casos concretos
Como hay quien se empecina en deteriorar nuestra imagen y culparnos de sus propias incapacidades, pedimos que públicamente se retracte de sus afirmaciones o que, en caso contrario, demuestre que nuestro proceder fue «sectario». Manifestaciones vertidas por un exfacultativo (en situación de jubilación), muy «comprometido» políticamente y que actualmente desempeña un cargo para el que, paradójicamente, se exige una buena dosis de neutralidad.
El mencionado facultativo ha asegurado con rotundidad que: «La anterior gerencia del Hospital Universitario de Canarias y la anterior dirección, le hizo un daño irreparable al hospital fundamentalmente por no aplicar criterios de gestión y por utilizar en demasía el sectarismo, y soy responsable absoluto de lo que estoy diciendo».
Manifestación que puede tener su origen en el proceder de este equipo directivo como consecuencia de los datos con los que nos encontramos: esta persona, en situación de servicios especiales desde el año 2008, no se limitaba a una colaboración asistencial, docente e investigadora en el CHUC como se le había concedido, sino que continuaba realizando actividades propias del puesto que ocupaba en servicio activo, a pesar de estar en una situación que se lo impedía. Llegando la entonces Directora General de Recursos Humanos del Servicio Canario de Salud a pronunciarse sobre la ilegalidad de la situación y corroborado por el TSJ de Canarias.
Y algo se consiguió
Nuestros logros en este periodo, además de gestionar una pandemia, que fue muy dura, fueron la puesta en funcionamiento de más de 120 nuevas camas, la apertura de la planta de Salud Mental Infanto-Juvenil, la elaboración de un Plan Funcional para reunificar los laboratorios y un plan para aumentar el número de camas de REA que permitiría aumentar la actividad quirúrgica, e incrementar las plantillas (1300 profesionales). Además, entre otros, se consiguió fusionar los dos equipos de Cirugía General y aumentar las prestaciones del Hospital del Norte (CMA, Hospital de Día).
Lo que conseguimos fue gracias al trabajo y a la colaboración de todos los profesionales, sanitarios y no sanitarios, así que aprovechamos la oportunidad para expresar públicamente nuestro más sincero agradecimiento. Confiamos, por último, en que de una vez por todas el CHUC sea noticia de nuevo por la calidad de sus servicios y poder dejar así de escuchar y leer comentarios y titulares como el de que «Somos el centro con menor presión y el que peor servicio da». n
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