Precios

El coste de los tratamientos veterinarios se encarece desde enero hasta el doble

La nueva norma estatal de control de antibióticos obliga a hacer pruebas para infecciones comunes que disparan la factura y que tardan varios días, lo que puede poner en peligro la vida del animal

La veterinaria Esther Rodríguez prepara la medicación para un perrito en su clínica de San Blas (Alicante).

La veterinaria Esther Rodríguez prepara la medicación para un perrito en su clínica de San Blas (Alicante). / Pilar Cortés

J. Hernández

La otitis es una de las dolencias más comunes entre los perros a la vez que sencilla de tratar. O al menos lo era hasta la entrada en vigor el 2 de enero pasado de la nueva normativa contra la resistencia bacteriana a los antibióticos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que persigue combatir el mal uso de estos medicamentos. Ahora, para poder suministrar a la mascota para su infección de oído el medicamento que los veterinarios saben por su experiencia que es el más indicado, la polimixina enmarcado en la categoría B, tienen que probar previamente antibióticos de los grupos D y C, pese a ser conscientes de que seguramente no curarán al animal.

Así que explican que pasarán varios días hasta llegar al idóneo, que exige para su uso la realización de un antibiograma o cultivo.

Esta prueba cuesta 50 euros, según datos que aportan veterinarios, dinero que se sumará a la factura corriente de una consulta, que hasta ahora eran unos 35 euros, por lo que ya la está duplicando.

Antes de esta regulación, los veterinarios podían administrar y suministrar las medicinas a los animales con la dosis exacta en cada caso. Ahora, les obliga a registrar las recetas en una plataforma digital y les limitar a dar medicamentos solo para las primeras 48 horas. Para terminar el tratamiento, los dueños de animales han de ir a la farmacia, lo que les encarece los costes al menos un 15% más ya que tienen que adquirir los envases enteros de los fármacos.

Como ejemplo, si antes pagaban 15 euros por cinco comprimidos; ahora abonarán 75 euros por 25 pastillas. El resto lo tirarán o lo guardarán: el colectivo cree que se fomenta medicar incorrectamente a la mascota si enferma otra vez pues los dueños podrían querer ahorrar en tratamientos reutilizando el sobrante.

Cultivos que tardan cuatro días

Los medicamentos veterinarios quintuplican el precio de los humanos pese que muchos son similares, explica el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante (Icoval), Gonzalo Moreno del Val. Sin olvidar que los tratamientos tienen un 21 % de IVA que reclaman que se elimine y que encarece de 27 a 35 euros la consulta media. 

En cuanto al cultivo de antibióticos, tarda varios días y un animal sin medicar por una infección corriente puede empeorar. "Ya no puedo elegir en algo tan sencillo como es un ótico. ¿Tú sabes con el dolor y a veces pus con que vienen en el oído? ¿Crees que puedo decirle al dueño que espere cuatro o cinco días a tener un cultivo para poderle dar unas gotas? Hay casos que son muy graves. Ya no compro las gotas que llevan polimixina, que son casi todas y que siempre nos han ido bien, y estoy comprando las que llevan gentamicina (grupo C) para ir probando a ver cómo van, porque no lo sé ya que no las he gastado nunca. Entonces, ahora ponte a experimentar con los bichitos a ver si les sienta bien, si van a mejor o a peor, porque no voy a esperar cuatro o cinco días (hasta que se conoce el resultado del cultivo) para mandar el antibiótico que he prescrito toda la vida", señala la veterinaria clínica de Alicante Esther Rodríguez, vocal de Icoval.

Uno de cada dos hogares de la provincia cuenta con un animal de compañía

La profesional cita el caso de antibióticos de larga duración (15 días) para gatos, pero son del grupo B y requieren cultivo. Sin embargo, señala que los felinos "se toman supermal los medicamentos", sin olvidar que hay muchos callejeros. 

"Les pincho, se vuelven a la calle y no los vuelvo a ver porque no los puedo coger. ¿Les voy a hacer un cultivo? ¿Dónde se va a esperar cuatro días el gato? Inviable". 

Pruebas de antibióticos al azar

Otro antibiótico restringido desde enero es la enrofloxacina, también en el grupo B y que requiere cultivo para su uso una vez comprobado que los medicamentos de los grupos C y D no han curado al animal (los antibióticos A no están autorizados para medicina veterinaria en la UE).

"Cuando opero a un animal le pongo amoxicilina pero hay casos en que aun tomándola se infecta. En esos casos llevo 30 años metiéndoles enrofloxacina y en el 99 % de casos se me soluciona. Si viene el animal con fiebre infectado tomando amoxicilina, ¿le voy a hacer un cultivo y tenerlo cuatro días infectado porque no me responde al que lleva puesto y no le voy a poder dar el que sé que funciona tras una experiencia de décadas? ¿Me tengo que poner a probar otros al azar? En cuatro días se me ha muerto. Por eso nos estamos quejando y nos estamos rebelando todos".

El hecho de que la norma encarezca unos tratamientos que ya están gravados con un IVA de lujo pese a existir un compromiso político de suprimirlo, o al menos reducirlo a un 8%, como estaba antes (es la única profesión sanitaria que lo tiene); y el que pueda hacer peligrar la salud y la vida de los animales ha llevado a los profesionales a unirse.

De hecho, el supuesto caso de la muerte por este motivo de una perrita ha espoleado a los veterinarios de todo el país. Llevan semanas de protestas, entre ellas un cierre simbólico. El calendario culminará con una manifestación el 5 de marzo en Madrid.

La Organización Colegial Veterinaria destaca que en España se ha logrado reducir el uso de antimicrobianos en animales en un 69,5% entre 2014 y 2022, lo que le convierte en el país que más ha disminuido la utilización de estos fármacos, de ahí que consideren innecesaria, al menos para las mascotas, el sistema Presvet de vigilancia y control que no solo obliga a todos los veterinarios a comunicar telemáticamente cualquier prescripción de antibióticos sino que va aparejado de multas por incumplimiento de entre 60.000 euros y un millón. También es de aplicación en las explotaciones ganaderas.

Leishmaniosis

Moreno del Val, recuerda que al igual que la medicina, la veterinaria es una profesión de base científica, "pero con esta normativa en la mano no podemos prescribir según un criterio científico, no se respeta el criterio clínico del veterinario cuando tiene que realizar una prescripción, y esto supone un problema para la salud y el bienestar de los animales pero también para la salud pública".

Así, pone como ejemplo la leishmaniosis, que en esta zona es relevante, pues triplica la tasa media, y es una enfermedad que se puede transmitir a las personas, y que considera debe interesar también a quienes no tienen mascotas y les da igual la salud animal «porque es un claro ejemplo de One Health pues esta enfermedad la transmite un mosquito".

El veterinario explica que existe un consenso internacional basado en la evidencia y publicado en revistas científicas sobre el tratamiento a usar para la leishmaniosis, que es el alopurinol. "El problema es que en España no hay ningún fármaco veterinario que se haya autorizado con este principio activo y de manera habitual lo que hacíamos era prescribir el autorizado para humanos porque es el mismo. Con la nueva ley en la mano nosotros ya no podemos hacer eso. Hay otro fármaco autorizado en veterinaria que lo sustituye pero no tiene el mismo efecto y tiene más reacciones adversas. Pero no podemos usar el de humanos".

En su opinión, el problema es que para autorizar fármacos en veterinaria la industria tiene que invertir dinero, pagar tasas y su ganancia es muchísimo más pequeña para animales que para personas. "En veterinaria tenemos mucho más limitados los recursos farmacéuticos autorizados que en humanos", en torno a un 25 %, "y hay muchos principios activos a los que no podemos acceder. Eso lo suplíamos con lo que se llama prescripción excepcional, recurriendo a los fármacos para personas, pero eso lo tenemos muy limitado con la ley en la mano".

El Ministerio emite una nota aclaratoria que permite sortear el veto a dar antibióticos a animales sin chip 

Picaduras de garrapatas

Otro ejemplo que cita el presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante es el de la erliquiosis canina, enfermedad provocada por un microorganismo que se transmite por medio de la picadura de una garrapata infectada. "Nos dice la norma que respetemos absolutamente lo que dice en las fichas técnicas, pero muchas llevan años sin ser revisadas porque eso cuesta dinero. La erliquiosis la tratamos de forma habitual, en base al consenso científico internacional, con un fármaco que se llama doxiciclina. El problema es que la mayor parte de los fármacos autorizados en veterinaria con ese principio activo no incluye la erliquiosis entre sus indicaciones terapéuticas. Tampoco podríamos utilizar estos fármacos aunque sirvan para eso".

Mascotas sin chip

Otra de las medidas más polémicas de la ley es que en principio los que no lleven chip no pueden recibir antibióticos. La Ley de Bienestar Animal solo obliga a ponerlo a perros, gatos y hurones. Los felinos callejeros no llevan y tampoco los que recogen las protectoras. El Ministerio ha emitido una nota interpretativa que permite sortear el problema, aunque los veterinarios advierten que no tiene peso legal.

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