Abro hilo

Daniel Sancho y Frank Cuesta comparten piso digital

Los apuros con la justicia de dos españoles en Tailandia, los bailarines con barba de Trump y la muerte de una superviviente del Holocausto, protagonistas en las redes

Frank Cuesta.

Frank Cuesta. / REDACCIÓN YOTELE / ATRESMEDIA TELEVISIÓN

Daniel G. Sastre

Problemas de distinta escala

Los problemas legales de dos españoles en Tailandia se han hecho virales esta semana. Claro que sus casos no son comparables: Daniel Sancho cumple los primeros seis meses en prisión de su cadena perpetua por asesinar y descuartizar al colombiano Edwin Arrieta. Frank Cuesta, también conocido como Frank de la Jungla, está en una disputa legal con su exmujer, cuya denuncia ha llevado a la policía tailandesa a detenerlo por tener en su casa varios animales salvajes protegidos. Pero, pese a esta distancia kilométrica, en las redes sociales se insiste en relacionarlos.

En los últimos tiempos, Cuesta se ha convertido en una especie de ídolo para los jóvenes nacionales, entendido el adjetivo como se entendía en los años 30 del siglo pasado. Su oposición a batallas supuestamente 'woke' como el lenguaje inclusivo, la "ecología perrofláutica" o los chistes que antes estaban bien vistos y ahora no ha propiciado que, cuando para por momentos difíciles, estos patriotas quieran echarle una mano. Además de un traumático proceso de separación con Yuyee, el conocido presentador ha iniciado un tratamiento agresivo contra la leucemia que padece desde hace unos años.

Lo que no está tan claro es si esos jóvenes saben cómo ayudarlo. Lo que puede verse de momento en redes como X es que son ajenos a la teoría de los marcos conceptuales de Lakoff. "Desde España se dio voz y compasión a Daniel Sancho tras DESMEMBRAR a una persona en Tailandia. Hoy desde allí mismo, estamos presenciando cómo Frank Cuesta es detenido por dar su vida y su ayuda a los animales que adora y le necesitan. ¡España DEBE reaccionar a esta INJUSTICIA!", exclama por ejemplo el tuitero @mozico_manchego, quizás sin darse cuenta de que, al citarlos juntos, en cierta manera los está conectando en el imaginario colectivo. La broma recurrente es que van a compartir celda, pero de momento lo que comparten es espacio digital.

'Gaza Trump' es un poco 'woke'

Quedará poca gente que no haya visto el vídeo hecho con inteligencia artificial que esta semana ha colgado Donald Trump en sus redes sociales. Es un delirio que mucha gente encuentra grotesco y ofensivo, y que ya ha merecido sesudos análisis. Tras consultarlos, parece claro que o bien el presidente de los Estados Unidos es un provocador, o bien es maléfico –hay quien compara el producto audiovisual con la propaganda de Joseph Goebbels–, o bien es un ignorante, pero no se sabe cuál de las posibilidades es más preocupante para el resto del mundo.

Por si queda alguien que no lo haya visto, el vídeo se abre con unas imágenes de una Gaza en ruinas, pero esa devastación se transforma enseguida en lo que se supone que para Trump es el tipo de vida más deseable posible, uno bastante hortera para los estándares europeos. Suena una musiquilla con una letra increíble: "Donald Trump os libera, trayendo la vida para que todos lo vean. No más túneles, no más miedo...". Las imágenes no son menos llamativas: sale Elon Musk comiendo, una playa más o menos paradisíaca, estatuas doradas del propio Trump, una lluvia de billetes que cae sobre niños palestinos, gente bailando animadamente en una discoteca. El vídeo se cierra con una secuencia en la que se ve al presidente de Estados Unidos junto al líder israelí, Binyamín Netanyahu, representados con unas lorzas que se intuyen bastante realistas mientras beben cócteles tumbados en una hamaca en la piscina de un hotel de lujo. Lo dicho, un delirio.

Pero quizás lo más alucinante de todo es lo que puede verse durante un 'frame' en el que salen dos bailarinas ejecutando una danza del vientre en la arena de la playa. Una mirada atenta permite comprobar con claridad que las dos tienen barba. Lo subraya el tuitero @micah_erfan: "'Gaza Trump' parece un poco 'woke', si me preguntan".

El Holocausto se difumina

Para mayor consternación de la gente que hasta hace poco podía considerarse normal, las ocurrencias de Trump han coincidido esta semana en el tiempo con la muerte de la superviviente de mayor edad del Holocausto. "El fallecimiento de Rose Girone, la superviviente del Holocausto de mayor edad del mundo a la edad de 113 años, deja un profundo sentimiento de pérdida. Ella nos recordaba a menudo: ‘No hay nada tan malo que no pueda traer algo bueno de ello’, un testimonio de su extraordinario espíritu. El tiempo se nos escapa y hoy quedan entre nosotros menos de 245.000 supervivientes del Holocausto. Que el recuerdo de Rosa brille, un faro radiante de luz y amor", la recordaba en X @segalian.

No ha sido el único que ha advertido, a cuenta de la muerte de Girone, sobre los peligros de olvidar la historia. También lo hizo en un comunicado Greg Schneider, vicepresidente ejecutivo de Claims Conference, una organización que representa a las víctimas de la persecución nazi en su lucha por la restitución de los bienes previos a la llegada de Hitler al poder. "Las lecciones del Holocausto no deben morir con aquellos que soportaron el sufrimiento. Este fallecimiento nos recuerda la urgencia de compartir las lecciones mientras aún tenemos testigos de primera mano con nosotros. El Holocausto está pasando de la memoria a la historia, y sus lecciones son demasiado importantes, especialmente en el mundo actual, para ser olvidadas", dijo Schneider.

Girone nació en un pueblo de Polonia que hoy pertenece a Rusia, su marido fue enviado a Buchenwald y después, tras huir a Shanghái y caer esta ciudad china en manos japonesas, tuvo que vivir en un gueto judío hasta la caída de los fascismos. Hay periodos en la historia en los que la épica de la guerra puede hacer olvidar sus horrores, que sin embargo son su principal característica.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents