Iglesia católica

El Papa todavía no ha muerto ni renunciado, pero los ultraconservadores ya se frotan las manos

"Se ha de impedir que la jerarquía progresista se asegure el sucesor de Bergoglio, otro usurpador del trono de San Pedro", afirma el arzobispo excomulgado Carlos Maria Viganò

Decenas de fieles se reúnen para rezar por la salud del papa frente al Hospital Gemelli de Roma

PI STUDIO

Irene Savio

Irene Savio

El exarzobispo excomulgado Carlo Maria Viganò, exnuncio en Washington, no ha tenido pelos en la lengua. "Es necesario impedir que la jerarquía progresista se asegure el sucesor de [el Papa, Jorge Mario] Bergoglio, o sea, de otro usurpador del trono de San Pedro", ha dicho Viganò, en su último mensaje público sobre la hospitalización de Francisco, ingresado desde el pasado 14 de febrero con una neumonía bilateral que le provocó diversas complicaciones. 

Viganò, claro está, tiene poco que perder. El exarzobispo, ultraconservador, fue expulsado por cisma por el propio Francisco por su rechazo a reconocer la autoridad papal. Muy activo en redes sociales, Viganò lleva además tiempo criticando al Papa e incluso intentó crear un convento para jóvenes teólogos ultratradicionalistas en Viterbo, cerca de Roma.

Viganò, sin embargo, no es el único. La posibilidad de que Francisco muera o de que –incluso si se recupera– renuncie ha avivado estos días a niveles inimaginables las elucubraciones cara a una futura elección papal, especialmente entre quienes cuestionan al Pontífice argentino y desean un cambio.

Clima de cuchillos

Las maniobras del sector ultraconservador –por supuesto– no son públicas, y solo se conoce lo poco que filtran partes interesadas. Sin embargo, el clima de cuchillos precónclave es también evidente. Y, en el caso de EEUU, un país con una jerarquía particularmente conservadora y que, además, es un gran donante de la Iglesia católica, también hay otro elefante en la habitación. Ese es Donald Trump, el nuevo presidente estadounidense y figura de referencia para el clero más ultratradicionalista.

"Ya han influido en la política europea, no creo que tengan dificultades en hacerlo en un cónclave", apunta el medio Politico en alusión a la administración de Trump, citando una fuente cercana al Vaticano. "Podrían buscar a alguien menos conflictivo [con la administración de Trump]", anade Politico. También el cardenal italiano Gianfranco Ravasi ha señalado a voces de EEUU de estar contribuyendo a alimentar este clima.

La sombra del trumpismo

Por su parte, Trump no ha entrado, de momento, en el debate. Al contrario, en un breve mensaje difundido en los últimos días, la Casa Blanca comentó que el republicano está siguiendo la hospitalización de Francisco: "Todos rezamos por él". Sin embargo, las diatribas entre ambos son conocidas.

Otras fuentes también señalan que algunos jerarcas intrigan para evitar que se repita otro Francisco, que además de ser el primer pontífice latinoamericano, también ha sido el primero jesuita. "Otro papa como Bergoglio no encaja en la América de Trump. Necesitaríamos un golpe de mano para reducir el poder de los jesuitas", ha escrito la página 'Affari Italiani', donde se suelen leer opiniones ultraconservadoras. 

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