Oposiciones a juez: Mucho sacrificio, esfuerzo y suerte del tinerfeño con más nota

El joven lagunero Raúl Antonio Jerónimo Valladares obtuvo su plaza después de tres años de trabajo constante

Raúl Antonio Jerómino Valladares

Raúl Antonio Jerómino Valladares / El Día

Santa Cruz de Tenerife

Más de 3.000 opositores para un total de 200 plazas de juez. Y, entre todos ellos, el joven tinerfeño Raúl Antonio Jerónimo Valladares, que estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna (ULL), obtuvo la máxima nota a nivel nacional.

Este joven sencillo admite que en su trayectoria ha habido muchas dudas y preguntas sobre si lo que hacía cada jornada merecía la pena. Pero, al final, logró su objetivo y de una forma muy destacada.

La posibilidad de acceder a la carrera judicial se la planteó mientras estudiaba en la universidad pública tinerfeña, cuando empezó a dar las primeras asignaturas de Derecho Penal. «Pensé que era una buena opción y que podía orientar por ahí mi futuro», manifiesta Raúl Antonio Jerónimo.

Le atrajo la posibilidad de impartir Justicia y, a medida que pasaban los años, hubo momentos en que «no lo tenía del todo claro», indica.

Sin antecedentes familiares

Su decisión tiene más valor, si cabe, por el hecho de que nadie en su familia es juez, fiscal, abogado o tiene algún tipo de relación con la Administración de Justicia.

Terminó la carrera de Derecho en el 2021. Y en sólo tres años logró aprobar una de las oposiciones más difíciles del país, con una nota de 91 sobre 100.

Desde el primer momento, era consciente de que se enfrentaba a un proceso de selección muy exigente. Precisamente por eso se planteó: «Voy a intentarlo ahora, que tengo 22 años; con esta edad puedo arriesgarme ante la incertidumbre de que el proceso salga bien o mal».

Buenas notas

A lo largo de sus años en la Facultad, admite que obtuvo buenas notas en las diferentes asignaturas, con sobresalientes y notables, pero no llegó a ser un alumno con matrícula de honor.

Refiere que «las oposiciones son un camino muy complicado, puesto que algunos días lo tienes muy claro y otros te planteas seriamente si merece la pena o no tanto esfuerzo».

El lagunero Raúl Valladares logra la máxima nota entre 3.000 opositores a 200 plazas de juez

"Vida en pausa"

Desde su perspectiva, en los años que se prolongó su preparación para superar las oposiciones «tu vida se queda en pausa, ya que tu entorno encuentra trabajo o extienden su formación en el extranjero, mientras que tú sigues estudiando».

En su caso, y en el de muchos de los aspirantes a lograr una plaza de juez, dedica a estudiar seis días a la semana. Apunta que «es como si estuvieras trabajando, pero sin cobrar». En la última fase se llega a dedicar, como mínimo, diez horas diarias a repasar.

Para desconectar y «oxigenarse», cada jornada hacía algo de deporte y en su día de descanso le gustaba ir a ver jugar al Club Baloncesto Canarias, del que es abonado.

El desafío es aprenderse 327 temas y saber condensar sus claves en poco más de 10 minutos para cada uno de los cinco que entren en cada prueba. El primer examen fue tipo test y lo efectuó en Barcelona. Las dos últimas pruebas tuvieron carácter oral y las hizo en la sede del Tribunal Supremo, en Madrid.

"Otorga un valor relativo a su logro pues «el objetivo es aprobar, no ser mejor que nadie»

Los nervios

Admite que otras personas que se presentan a las oposiciones pueden haberse esforzado «igual o más que tú», pero en el día del examen verse afectados en exceso por los nervios, por ejemplo, y deben esperar a la convocatoria siguiente. Por ese motivo, considera que en su caso el acceso a la carrera judicial ha sido una mezcla de factores: «mucho sacrificio, esfuerzo y suerte».

Jerónimo Valladares resalta el papel que los preparadores tienen a la hora de afrontar un proceso selectivo de estas características. Además de prepararse cada tema, uno de los retos consiste en saber resumir los aspectos fundamentales de cada uno en apenas 12 minutos. Y es que en una hora deben exponer cinco.

Comenta que los preparadores «te dan las pautas fundamentales para cantar (explicar) los temas, pero también te animan y te exigen rendir al nivel necesario» para tener opciones de superar el proceso.

Uno de sus preparadores fue el magistrado Juan Antonio González y la otra ejerce como fiscal. «No les puedo estar más agradecido», señala el joven lagunero.

En cuando a los exámenes orales, aclara que «también depende de que sepas controlar los nervios o que te toquen temas con los que te sientas cómodo».

Lo que importa

En su caso, le da un mérito relativo a haber obtenido la nota más alta de las oposiciones. Con otros compañeros que aprobaron y con sus amigos en la Isla, Raúl Jerónimo comentó que «lo que hemos hecho tiene un mérito enorme, porque aquí el objetivo es aprobar, no ser mejor que nadie».

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