La aplicación del método CER en La Graciosa logra controlar al 81% de las colonias de gatos

Un grupo de investigadores canarios logran esterilizar a la mayoría de los felinos en tres días, pero la falta de apoyos provoca que el problema persista

Archivo - Imagen de archivo de un gato.

Archivo - Imagen de archivo de un gato. / AYUNTAMIENTO DE CREVILLENT - Archivo

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

La aplicación del método CER (siglas de Captura, Esterilización y Retorno) en los gatos de La Graciosa logró disminuir en tan solo tres días la capacidad de reproducción de las colonias en un 81%. Esta experiencia es, a ojos del veterinario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Octavio Pérez, una demostración de que este método –incluido como una de las técnicas de control de colonias en la Ley de Bienestar Animal– es eficaz. 

Sin embargo, la propia experiencia también demostró que esta solución es eficaz tan solo si cuenta con apoyo y se realiza de manera sostenida en el tiempo. "Si hubiéramos podido seguir, podríamos haber capturado a los gatos más esquivos y con el tiempo el problema se hubiera resuelto", insiste el investigador. "Hay que entender que las colonias de gatos no son grupos cerrados, hay mucho movimiento entre ellas, así que si no se esterilizan todas, el problema vuelve a surgir", insiste. 

Cuando iniciaron el proyecto, en La Graciosa pudieron contabilizar un total de 126 gatos callejeros, 8 en Pedro Barba y el resto den Caleta de Sebo. Además, 20 más se unían a estas colonias en la calle aunque eran de propietarios. "El trabajo de recopilación de información nos llevó tres meses, ya que tuvimos que mantener a una investigadora allí para que se ganara la confianza de la población", narra el científico. Y es que muchos de los habitantes de la isla eran reacios a participar en cualquier tipo de actividad que tuviera que ver con el control de los gatos. 

Tres meses después y tras realizar varios trámites y pedir muchos permisos, se habilitaron varios quirófanos y repartieron jaulas trampa por algunos lugares de la isla. "Además, le dijimos a la población local que no les diera de comer durante unos días para que cayeran en el cebo", insiste. En tres días habían esterilizado al 81% de los gatos. "El gato sigue estando pero ya no tiene capacidad de reproducción", insiste.

Parón por discrepancias

Sin embargo, esta noticia no sentó bien a algunos colectivos que acabaron llevando el caso ante la justicia por haber devuelto a los gatos a este entorno."Es cierto que no debería haber ningún gato, pero es que una vez están ahí, la mayor parte ya no se puede ni llevar a otro lado –ocasionarían problemas en otro sitio– ni ser adoptados", revela. En este sentido, el científico recuerda que solo aquellos menores de nueve semanas o los que han sido abandonados siendo caseros, son los únicos que se pueden adaptar a la vida con humanos.

El parón provocó que pronto los gatos volvieran a aparecer. "Apenas seis meses después volvieron a aparecer 10 nuevas camadas", revela el investigador, que recuerda que no pudo seguir con su investigación y, por tanto, no llegó a monitorizar el último paso del método CER: el retorno. El investigador además, lamenta que, a día de hoy, este tema siga siendo motivo de oposición y rencillas que dificultan tomar medidas mientras el problema se sigue acrecentando. "Mientras no haya un enfoque holístico no se va a resolver", insiste Pérez, que concluye: "el problema es complejísimo y tenemos que ponernos de acuerdo".

En lugares como Córdoba, al aplicar este método con apoyo administrativo, los investigadores han conseguido controlar las colonias en tan solo cuatro años.

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