Una nueva técnica aplicada en un hospital de Canarias elimina los quistes de los ovarios sin cirugía

La escleroterapia ‘marchita’ estas estructuras con una inyección de alcohol que los elimina o reduce su tamaño hasta un 80%

Los profesionales del HUC realizan una escleroterapia a una paciente isleña.

Los profesionales del HUC realizan una escleroterapia a una paciente isleña. / Arturo Jiménez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

El Hospital Universitario de Canarias (HUC) ha empezado a aplicar una nueva técnica en la consulta de Ginecología con la que han logrado eliminar los quistes simples y los endometriomas (responsables de la endometriosis) de los ovarios sin necesidad de aplicar cirugía y reduciendo la posibilidad de dañar o incluso perder el ovario.

Se trata de una novedosa técnica que el centro hospitalario lleva aplicando un año y medio y con el que ya han podido tratar a casi una veintena de mujeres "con muy buenos resultados". El procedimiento se denomina escleroterapia, y se basa en inyectar etanol 100% a los quistes –previamente vaciados– para marchitarlos y evitar que sigan ejerciendo esa molesta presión en los ovarios. La aplicación de esta intervención ha supuesto un revulsivo para la asistencia sanitaria a estas mujeres, ya que reduce el riesgo de complicaciones y permite una recuperación más rápida sin necesidad de ingreso.

Menor daño que la cirugía

"Hasta ahora solo teníamos la posibilidad de intervenir quirúrgicamente estos quistes", revela uno de los ginecólogos responsables de estas intervenciones en el HUC, Miguel Carrancho. Él, junto a su compañera Ana Isabel Padilla y bajo la dirección de la ginecóloga Érika Padrón, han sido los responsables de implementar en el hospital esta nueva técnica que en un 90% de los casos es suficiente para hacer desaparecer el dolor durante un largo periodo de tiempo.

La cirugía –que aún es una opción para muchos quistes, especialmente los más grandes– se realiza por laparoscopia. Aparte de estar supeditado a los riesgos implícitos de entrar a quirófano y conllevar un ingreso hospitalario, las cirugías a menudo son más invasivas por lo que hace más daño al ovario. "Al fin y al cabo, durante la intervención quirúrgica hay que abrir el ovario, coagular la sangre y quitar un trozo", revela Carrancho.

Miguel Carrancho, ginecólogo del HUC, interviene a una paciente con quistes ováricos.

Miguel Carrancho, ginecólogo del HUC, interviene a una paciente con quistes ováricos. / Arturo Jiménez

Esta intervención, por lo pronto, "parece que genera menos daño en el ovario". Al menos así lo han constatado algunos artículos de investigación publicados recientemente. Sin embargo, Carrancho recuerda que esto aún "no está 100% demostrado".

Resultados inmediatos

La escleroterapia se realiza en el edificio de consultas del HUC, en una pequeña sala oscura donde también se llevan a cabo otras exploraciones ginecológicas. La intervención comienza con una ecografía intravaginal que se utiliza para localizar el quiste. "Cuando está accesible lo pinchamos con una aguja para sacarle el líquido", describe el ginecólogo, que afirma que para este procedimiento tan solo se utiliza anestesia local. Una vez vacío, se le introduce una inyección de etanol puro (es decir, con 100% de alcohol) que se mantiene durante 15 minutos en el interior del quiste. "Esto provoca una fibrosis en la fibra que envuelve el quiste, que hace que o bien desaparezca o reduzca su tamaño entre un 70 y un 80%", explica el especialista, que señala que gracias a ello "la paciente deja de tener dolor".

La técnica ha demostrado tener una alta capacidad de curación. "Hasta en un 90% de los casos consigues el objetivo de hacer desaparecer el efecto del quiste", explica el ginecólogo, que admite que en un 10% de los casos el quiste vuelve a reaparecer al tiempo. "Nosotros hacemos un seguimiento a los seis meses y volvemos a ver que el quiste se ha llenado, en ese caso y si a la paciente le genera molestias, decidimos intervenir quirúrgicamente", insiste.

Esta técnica, no obstante, tiene sus limitaciones. "Solo la podemos aplicar en quistes de hasta 10 centímetros", revela el ginecólogo, que afirma que los más grandes son los que más se benefician de este procedimiento. Tampoco se hace en los más pequeños. "Tan solo en aquellos que empiecen a dar síntomas que suelen tener más de 5 centímetros". Además, solo se puede llevar a cabo en una serie de quistes los endometriósicos y los simples, y siempre y cuando sean benignos y accesibles por vía vaginal.

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