Antonio Pelayo, corresponsal en el Vaticano, explica los motivos por los que el Papa Francisco está más hinchado: no, no es por su bronquitis

El estado de salud del Papa Francisco ha sido objeto de especulación en las últimas semanas, especialmente por su evidente cambio físico y la hinchazón en su rostro. Durante su intervención en 'Y ahora Sonsoles', el corresponsal en el Vaticano, Antonio Pelayo, ha aclarado que esta transformación no se debe a la bronquitis que padeció recientemente, sino a otro motivo relacionado con su movilidad y tratamientos médicos.

Pelayo explicó que la cortisona a la que está sometido el Pontífice no se debe a la bronquitis que padece, sino a los intensos dolores de rodilla que padece. “Esos dolores son constantes”, señaló el periodista, añadiendo que algunos médicos le recomendaron operarse, pero Francisco ha rechazado la opción de pasar nuevamente por el quirófano debido a la anestesia, tras haber sido intervenido en varias ocasiones en el hospital Gemelli.

Para aliviar este problema, el Papa sigue un tratamiento con cortisona, un medicamento que tiene como efecto secundario la retención de líquidos y la hinchazón facial. Pero este no es el único motivo de su cambio físico. Según Pelayo, el Pontífice ha ganado peso debido a su movilidad reducida: “Se podría calcular que le sobran 20 kilos porque no se mueve. Cuando lo hace, es en silla de ruedas, y eso hace que tenga una vida muy sedentaria”.

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Esta falta de actividad no solo afecta su peso, sino que también agrava su problema de rodilla, ya que el exceso de carga sobre las articulaciones puede intensificar el dolor. Por ello, aunque la imagen del Papa Francisco ha generado preocupación, su estado responde a una combinación de factores médicos que, de momento, él mismo ha decidido no tratar con cirugía.