Muerte y enterramiento sin esclarecer en San Miguel de Abona

La Fiscalía respalda diligencias por el asesinato de Amarilla Golf

La familia de Víctor Alexis Morales García lleva cinco años esperando por los resultados del análisis de una azada, un pico y una pala que fueron localizados en un taller clandestino

Imagen Víctor Alexis Morales García.

Imagen Víctor Alexis Morales García. / El Día

Santa Cruz de Tenerife

La Fiscalía apoya la realización de más diligencias para intentar avanzar en la investigación del asesinato de Víctor Alexis Morales García, de 35 años y vecino de San Isidro, que fue asesinado y enterrado en una parcela de la urbanización Amarilla Golf, en el municipio de San Miguel de Abona. Este sábado, 8 de febrero, se cumplieron siete años desde la muerte violenta de la víctima, que era mecánico y aficionado a las carreras de coches. Morales recibió un disparo mortal en el pecho con un proyectil cuyo calibre no es muy habitual en España.

Durante los últimos 12 meses tampoco ha habido novedades importantes en este asunto turbio en el que hasta el momento no ha habido detenciones del presunto autor o autores. De forma concreta, la fiscal se muestra a favor de librar un mandamiento dirigido a la compañía Hotmail para que aporte los datos asociados a Alexis a través de su correo electrónico.

La representante del Ministerio Público no se opone a tal medida, solicitaba por la representación jurídica de la familia del asesinado por si los resultados de dicha gestión pueden favorecer el esclarecimiento de los hechos.

Según las fuentes consultadas, el motivo de esta pesquisa es que, supuestamente, en el momento de la investigación el correo electrónico que se analizó por los investigadores era uno que estaba en desuso. Es decir, que no se miró el que, de forma habitual, utilizaba el fallecido. Así consta en un oficio firmado el pasado 31 de diciembre por parte del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Granadilla de Abona.

Además, la fiscal respalda que se requiera, «a quien corresponda», para que emita el informe sobre el análisis de una azada, un pico y palas decomisadas por la Guardia Civil en una especie de taller clandestino gestionado en su momento por un ciudadano británico, identificado como Robert, donde trabajaba la víctima y que está a muy pocos metros del lugar en el que fue enterrado Víctor Alexis Morales.

El objetivo es poder determinar si en dichas herramientas existe algún resto de sangre o ADN de la víctima, lo que supuestamente demostraría que estaban en el lugar donde fue asesinado el vecino de San Isidro o que se utilizaron para enterrar su cadáver. Pero ese estudio también permitirá saber si la tierra hallada en tales objetos se corresponde con la existente en el lugar donde apareció su cuerpo.

Supuestamente, todavía no ha llegado al Juzgado el resultado del análisis de dichos objetos. Uno de los testigos consultados por los agentes de la Guardia Civil afirmó que, días antes de que se hallara el cadáver, una noche salió a fumar a su terraza y escuchó que de dicha parcela salían sonidos como si alguien «estuviera sachando papas»; es decir, arrastrando tierra con una pala o una azada.

Hace cinco años que el abogado de la familia espera por la realización de dicho análisis y la remisión de los resultados al órgano judicial.

Después de recibir un disparo y, cuando ya se hallaba sin vida, la víctima fue tirada en un hueco de varios metros de profundidad que, días después, iba a ser rellenado y cubierto con cemento para realizar una construcción encima. Es decir, faltó muy poco para que el cuerpo de Alexis nunca apareciera.

Como en otros muchos casos, los familiares de Morales García y su abogado, Jerónimo Oliva, temen que, con el paso de los años, el caso quede en el olvido por parte de los investigadores de la Guardia Civil.

El entorno del varón asesinado admite que los agentes han hecho importantes esfuerzos para llevar ante la autoridad judicial al autor o autores del asesinato, aunque todavía no han reunido suficientes pruebas o indicios para hacerlo.

Una de las personas más interesadas en que este asunto se esclarezca es Olga García, la madre de la víctima. Ella está convencida de que Alexis fue a trabajar al referido taller en la tarde del 8 de febrero y de ese lugar no salió con vida. Después el cuerpo fue tirado y enterrado en un socavón situado a unos 40 metros del salón en el que la víctima ejercía de mecánico.

Dos días después, el padre acudió a denunciar la desaparición al cuartel de la Guardia Civil de Granadilla de Abona. Pero los familiares del mecánico no se conformaron con eso. En la semana siguiente realizaron numerosas llamadas y visitas a amigos y conocidos de Morales García para saber si había estado con ellos o sabían algo. La respuesta de esas personas siempre fue negativa.

Diez días después de que tuviera lugar el asesinato, el progenitor de la víctima y un amigo acudieron a un bar cercano al taller clandestino de Amarilla Golf donde trabajaba la víctima.

Unos operarios les explicaron que, en el extremo de una parcela en la que trabajaban en la construcción de un edificio, había un fuerte olor a putrefacción. Uno de los trabajadores acompañó al padre de Alexis y le indicó el punto exacto en el que se percibía el hedor. Y, al tirar una piedra, salieron muchas moscas y un mal olor intenso.

Una de las hipótesis barajadas por los investigadores de la Guardia Civil es que, al tirar el cadáver en el hueco que días después sería rellenado con piedras y tierra, con una de las manos de la víctima se rompió una malla lateral de protección y por ahí se detectó que había un cuerpo sin vida.

Padre de tres hijos

Víctor Alexis era padre de tres hijos. El primero lo tuvo con su primera esposa y los dos menores con su segunda pareja. En el taller clandestino de Amarilla Golf sólo llevaba seis meses trabajando. Poco antes de que ocurriera su muerte violenta, Morales comentó a su círculo cercano que el ciudadano británico Robert le debía dos mensualidades.

Por parte de la representación jurídica del propietario del taller también se solicitó a la autoridad judicial la devolución de algunos efectos que en su día fueron intervenidos. Al respecto, la fiscal también se mostró a favor de la entrega de dichos objetos al hombre británico.

El abogado de la familia, Jerónimo Oliva, explica que la pistola utilizada en el asesinato de Alexis nunca se encontró. Supuestamente, la muerte del vecino de San Isidro se causó con un arma corta que no es fácil de encontrar en España y cuya fabricación data de mediados del siglo XX. El letrado baraja la posibilidad de que dicha pistola fuera adquirida por el autor material del asesinato en el mercado negro.

El mecánico recibió un único disparo por su costado izquierdo que le afectó al corazón. El proyectil, del calibre 45 (muy poco habitual en España), fue hallado en el tórax de Alexis.

Al día siguiente de la muerte del vecino de San Isidro, el 9 de febrero, el dueño del taller, Robert, compró un billete y viajó al Reino Unido. Y, cuando se descubrió el cuerpo, el 18 de febrero, ya estaba de vuelta a Tenerife en un barco.

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