Ciencia

Canarias descubre un prometedor planeta para la búsqueda de vida: es seis veces más grande que la Tierra y está a tan solo 20 años luz

El IAC confirma la existencia de una súper-Tierra que orbita alrededor de la estrella gemela al Sol más cercana al sistema solar

Su año se prolonga durante 647 días por su órbita muy alargada

Ilustración del sistema en el que se encuentra el planeta  HD20794d , el de la órbita más alejada a la estrella.

Ilustración del sistema en el que se encuentra el planeta HD20794d , el de la órbita más alejada a la estrella. / IAC

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

Canarias ha descubierto una súper-Tierra potencialmente habitable orbitando alrededor de la estrella gemela al Sol más cercana al Sistema Solar. Este prometedor planeta, fruto de un estudio realizado por científicos de la Universidad de La Laguna (ULL) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), se convierte así en un hallazgo clave en la próxima generación de misiones y proyectos de investigación en busca de vida extraterrestre.

El planeta es seis veces más grande que la Tierra, sigue una órbita «muy elíptica» alrededor de su estrella y se encuentra a tan solo 20 años luz de nuestro planeta. «Es el planeta situado en una zona habitable más cercano que conocemos», revela Alejandro Suárez, investigador del IAC y coautor de este estudio publicado en la revista Astronomy & Astrophysics.

El astro que orbita –bautizado como HD 20794– es una brillante estrella que lleva más de dos décadas siendo objeto de gran interés científico. «Es de un tamaño similar al Sol y hay muy pocas estrellas con estas características a nuestro alrededor», indica Suárez. De hecho, cerca de nuestro Sistema Solar apenas se pueden contar unas cinco estrellas con estas características.

De ahí la importancia de este hallazgo. Y es que si son pocos los soles en nuestro entorno cercano, menos aún los planetas habitables que giran en torno a ellos. Esta súper-Tierra representa así una oportunidad ideal para estudiar, en un entorno con condiciones similares, cuáles fueron las singularidades que permitieron el desarrollo de vida en nuestro propio hogar. «Tenemos un planeta aquí al lado que, aunque no es como la Tierra, abre la puerta a estudiar cómo es la dinámica de la evolución de la vida», insiste Suárez.

Además de su cercanía, otra de las características que ha convertido a este planeta en un digno candidato para la búsqueda de vida es su periodo orbital. En HD 20794 d –como se ha nombrado a este exoplaneta–, los años duran 647 días (40 menos que Marte). Una alta periodicidad que se debe, en parte, a que gira alrededor de su estrella en una órbita muy «excéntrica» y «alargada». «Durante esta vuelta, hay momentos en los que se encuentra más cerca de la parte interior de la zona de habitabilidad y otras en las que se encuentra más alejada, hasta el punto en el que incluso sale de esta franja», resalta el investigador.

Aunque el planeta se encuentra en la zona de habitabilidad, es pronto para afirmar si podría albergar vida. Su alta masa y órbita excéntrica lo convierten en un mundo muy diferente al nuestro y, como advierte Suárez, «HD 20794 d no es un segundo hogar para la humanidad». Sin embargo, «su posición y peculiar órbita nos dan una oportunidad única para estudiar cómo varían las condiciones de habitabilidad a lo largo del tiempo y cómo estas variaciones pueden influir en la evolución de la atmósfera del planeta».

Un planeta escurridizo

El nuevo planeta es el tercero descubierto en ese sistema, después del hallazgo de otros dos mundos de similar tamaño hace más de una década. Precisamente su órbita, también lo ha mantenido escondido durante décadas. «Para detectarlo tiene que dar al menos cinco o seis vueltas a su estrella, lo que supone entre 10 y 12 años», insiste el investigador.

Para detectarlo, los científicos han aplicado la técnica de la velocidad radial. Esto supone estudiar las variaciones en el brillo de la estrella provocadas por el tirón gravitacional que origina el planeta. «Con espectroscopia del brillo podemos ver estas pequeñas oscilaciones, que en el caso de este sistema es de apenas 60 centímetros por segundo», resalta. En comparación, planetas como Júpiter generan un tirón gravitacional a nuestro Sol de hasta 10 metros por segundo. «Es un planeta relativamente pequeño y su órbita es tan excéntrica que produce cambios muy pequeños en su estrella», indica.

De esta forma, se han estudiado más de 20 años de medidas tomadas por los espectrógrafos Espresso y Harps, ambos instalados en los observatorios de ESO, en Chile, en los que colabora el IAC. «Muy pocos instrumentos en el mundo son capaces de aportar el nivel de precisión necesario para un descubrimiento como este», añade Nicola Nari, investigador de la empresa canaria Lightbridges S.L, estudiante de doctorado de la Universidad de La Laguna (ULL) y autor principal del estudio.

Para cerciorar el hallazgo, el equipo aplicó sofisticadas técnicas de procesado a los espectros obtenidos. «Trabajamos en el análisis de los datos durante años, analizando y eliminando poco a poco todas las posibles fuentes de contaminación», explica Michael Cretignier, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Oxford. Este concienzudo análisis reveló la presencia de una señal candidata, identificada en 2022.

Inmediatamente, el equipo puso en marcha una nueva campaña de observación para confirmarla. «Después de dos años añadiendo nuevas medidas, podemos confirmar que tenemos una detección robusta», añade Nathan Hara, investigador del Laboratorio de Astrofísica de Marsella.

Una tarea para la próxima generación

Para dirimir si este planeta presenta las condiciones idóneas para albergar vida, es imprescindible conocer la composición de su atmósfera. Una duda que solo podrá ser resuelta con la nueva generación de telescopios e instrumentos que se están diseñando o construyendo hoy en día. «Hay varios proyectos clave para los que será interesante observar esta súper-Tierra», indica Suárez.

Por un lado está el espectrógrafo Andes, que se prevé instalar en el ELT (Extremely Large Telescope), el telescopio de 40 metros que se está construyendo en Chile. Este instrumento será capaz de proporcionar datos sobre la composición de las atmósferas a través de la luz reflejada en ellas. Por otra parte, la Misión Life de la Agencia Espacial Europea (ESA) con la instalación del telescopio ExoLife Finder (ELF), diseñado por el IAC, cuyo prototipo se instalará en Canarias. «Este telescopio será fantástico para tomar imágenes de este objeto», destaca.

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