Nuevo machismo
El nuevo diccionario de los 'machos alfa' de Silicon Valley: de "energía masculina" a "virus 'woke'"
Los magnates tecnológicos han adoptado una jerga que resbala hacia los lugares comunes de la ultraderecha digital

Elon Musk, este lunes en la investidura de Trump. / EFE
Abel Cobos
La ultraderecha, sus acólitos digitales —como Joe Rogan o Andrew Tate— y los ‘tech bro’, que últimamente están acomodándose bajo el ala del trumpismo, han adoptado un lenguaje común. Expresiones que resumen su ideología y que se han convertido ya en un mantra que repiten sus feligreses. Estas son algunas de las más relevantes.
Palabra compuesta entre oligarca y ‘bro’ (diminutivo de hermano, en inglés, término con connotaciones muy masculinas que empezó a usarse en la comunidad negra y que en los últimos últimos tiempos ha sido ampliamente adoptado por el espectro de la ultraderecha). Uno de los primeros 'broligarcas' fue Peter Thiel, cofundador de PayPal, que dio su apoyo a Trump tras su victoria, en 2016. Fue una rara avis: entonces, la oligarquía tecnológica de Silicon Valley era aparentemente de izquierdas y temía asociarse con el trumpismo. Sin embargo, ahora es todo lo contrario. Amazon, Spotify, Google, Apple, Meta, Tesla y un largo etcétera han apoyado a Trump, de forma más o menos explícita, para este segundo mandato. Son los 'broligarcas', los oligarcas de derechas que, además, son ‘bros’: no solo exudan energía masculina, sino que la hacen desfilar como un trofeo.
El último CEO en referenciar la castración cultural ha sido Zuckerberg, pero no es el único. Musk también ha citado este fenómeno que viene a decir que, en un intento de conseguir la igualdad en la sociedad, los rasgos que hacían “hombres a los hombres” (como la violencia, la competitividad y la agresividad) se han demonizado y “ahora cualquier masculinidad es tóxica”, con lo cual, se ha castrado a la sociedad. Aplicable desde el sector empresarial hasta el mundo del cine, creen que en la sociedad “ya no hay testosterona” porque no se respeta la división entre lugares que requieren energía femenina (el hogar) y los que requieren masculina (el empleo).
En el pódcast de Joe Rogan, Zuckerberg dijo que hacía falta más “energía masculina” en el mundo empresarial americano. Cree que los negocios se han convertido en algo “demasiado femenino” y que falta celebrar la “agresividad”. Sí, con “energía masculina”, el CEO de Meta se refería a los valores de la masculinidad más estereotípica: como ir a cazar animales salvajes, ponerse cachas, como cuando retó a Musk a un combate de lucha en una jaula, o cuando dijo que se arrepentía por haber pedido demasiado perdón. Como satiriza la columnista Arwa Mahdawi: “parece que un nombre de verdad nunca acepta la responsabilidad ni tiene culpa de nada”.
En resumidas cuentas, significa calzonazos. Se trata de léxico antiquísimo de internet que hacía referencia a los babosos y a quienes se arrastraban tras mujeres que no les prestaban atención. Ahora, sin embargo, un ‘simp’ puede ser cualquiera que trate con igualdad a una mujer. Es decir, que un hombre vea como un igual a su novia o esposa puede coronarlo con la etiqueta de ‘simp’ entre aquellos que predican por las mujeres como accesorios o amas de casa a la antigua (usando vocablos digitales, una ‘tradwife’). Una etiqueta que Mark Zuckerberg (CEO de Meta), en su nueva “masculinización”, le aterra, ya que durante años fue el estandarte del movimiento ‘wife guy’, un término positivo que se usaba para los hombres que no escatiman en amor público a su esposa.
Poned a Nietzsche y a Superman en una coctelera y tendréis al superhombre del siglo XXI. “Como un mal viaje de porro en el infierno”, lo definía el periodista James Factora. Tiene los valores nietzscheanos —como la voluntad de poder y la fortaleza moral— en la coyuntura contemporánea —la aglutinación de riqueza, los imperios tecnológicos, la exploración espacial y la mejora de la IA—. Un ejemplo fue cuando Bezos y Blue Origin (su compañía de transporte aeroespacial) recibieron aplausos por imponerse a “las limitaciones tecnologías gubernamentales” y alzarse como nuevo “superhombre” al superar a Musk en su carrera por ver quién la tiene más larga (la nave espacial).
Elon Musk dijo que su hijo estaba muerto, asesinado por el virus ‘woke’. En realidad, ni estaba muerto, ni tan siquiera estaba enfermo: simplemente había salido del armario como mujer trans. La palabra ‘woke’ surge de la expresión ‘stay woke’ (mantente despierto), que anima a mantenerse alerta contra el racismo y que, con los años, ha incluido otras discriminaciones. A medida que ha llegado al ‘mainstream’, la ultraderecha ha usado este término para referenciar la ideología de izquierdas y la lucha contra la desigualdad, desfigurándolas como “virus ‘woke’”, y perpetuando falacias como que lo ‘queer’ se contagia o que la izquierda manipula y pervierte a los jóvenes.
Suscríbete para seguir leyendo
- Donald Trump pone en riesgo 100.644 toneladas en importaciones canarias de Estados Unidos
- Cierra el Teatro Guimerá de Santa Cruz: el 30 de marzo acogerá su última función hasta dentro de tres años
- Canarias conquista al astrofísico y divulgador estadounidense Ethan Siegel: 'El resto del mundo no aprecia lo suficiente la ciencia que se hace en las Islas
- La historia del unicornio carnavalero que conquistó Santa Cruz: 'Pasó de disfraz a ser un transporte durante el Carnaval
- Polémica en el mundo del arte por el Monumento a Franco de Santa Cruz: Bellas Artes pospone su entrega de premios tras la renuncia de un artista
- Muere apuñalado un hombre en La Gomera esta madrugada
- Hito en Loro Parque: primer registro de un electrocardiograma en una orca embarazada
- La Guancha pone en peligro la décima Fiesta Murguera de Tenerife