Más de 1.200 canarios se la 'juegan' en el MIR: "Nuestro futuro se decide hoy"

Más de 600 sanitarios graduados en medicina, enfermería, farmacia, psicología, biología, física o química se dan cita en la Facultad de Economía de la Universidad de La Laguna para realizar el examen MIR, de cuya calificación dependerá el inicio de su carrera como especialista

Una aspirante repasa junto a su madre los consejos para el examen minutos antes de entrar a la prueba en la Facultad de Economía de la ULL.

Vídeo: Europa Press / Imagen: Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

La Laguna

La Facultad de Economía de la Universidad de La Laguna está inusualmente abarrotada para ser sábado. Cientos de jóvenes se arremolinan a las puertas de la facultad aferrándose al móvil, blandiendo carpetas llenas de consejos que ya conocen de sobra o compartiendo en pequeños corros algunas de las anécdotas que han ido atesorando en los últimos meses. Poco antes de las 14:00 horas, ya son más de 600 los que esperan la voz que les marcará el inicio de una de las pruebas más importantes de sus vidas. Un examen de cuya calificación dependerá el inicio de su carrera como especialista: el MIR. 

Marta Alonso y Alba Reyes son de las primeras en llegar. Lo han hecho juntas, tal y como habían quedado, pues querían compartir juntas el inicio de este importante día para sus carreras. Las jóvenes, recién graduadas en Medicina por la ULL, charlan de forma animada a las puertas de la Facultad a apenas dos horas del inicio del examen. Durante los casi ocho meses de preparación de esta prueba –en los que afirman con cierto dramatismo haber estado «sin ver la luz del sol»– se han convertido en uña y carne. «Estamos un poco nerviosas», admite Alonso, que esconde los nervios tras una amplia sonrisa: «al fin y al cabo, nuestro futuro se decide hoy». 

Reyes se muestra más confiada. «Estamos preparadas», asevera la joven mientras deduce que el temblor de sus manos se debe a que, tras meses de estudio, el gran día ha llegado. Para ambas, lo mejor que les podría ocurrir hoy es encontrarse que la temida prueba no era ese gran Goliat que todo el mundo a su alrededor les ha planteado.  

No en vano, la nota que saquen en este examen será la llave de entrada a una especialidad de su rama y a un hospital concreto. Como ellas, otros 32.200 aspirantes en toda España –1.222 en Canarias– se juegan su futuro en esta calificación. La principal novedad de esta convocatoria es la eliminación de la nota de corte para escoger plaza –lo que permitirá que ninguna quede vacía– y, quizá, el regreso de la presencialidad en la elección de las plazas. Sanidad está «corriendo» para que quien prefiera esta vía a la telemática pueda decidir su futuro en persona la próxima primavera, según avanzó esta semana la ministra y médica, Mónica García.

Aspirantes al MIR en Tenerife.

Aspirantes al MIR en Tenerife. / Andrés Gutiérrez

David Marichal es un manojo de nervios aunque intenta esconderlo bajo una fachada de serenidad. Ha venido acompañado de sus padres, que visten con orgullo las camisetas creadas por la academia CTO cuyo dibujo evoca a la serie de televisión La Casa de Papel. En ellas, se puede leer la frase «Mi Plaza en un Papel» acompañada de varios personajes vestidos con monos amarillos en referencia al famoso thriller español. Tras meses de estudio, lo único en lo que piensa Marichal es en «terminar». «Le he echado muchas horas y tengo ganas de hacerlo y descansar», señala. 

Marichal no es el único al que su familia ha querido acompañar en este gran día. Muchos son los aspirantes que han llegado a las puertas de la prueba ríen y charlan con madres, padres y hermanos. A Celia García le ha acompañado una verdadera comitiva. «Estoy aquí gracias a toda esta gente que ha estado conmigo al pie del cañón y me ha aguantado todos estos meses», explica García. Sus padres, pero también padres de sus amigos y amigos son los que hoy contemplan con orgullo cómo García va a dar el primero de sus pasos en la Medicina. La joven asegura estar intentando controlar sus nervios. «Es lo más importante», resume. También cruza los dedos por recordar las respuestas a las 200 preguntas que le pondrán delante en menos de media hora. «El trabajo ya está hecho», insiste. Parte de su seguridad parte de su preparación. «En la academia me he sentido muy acompañada y preparada», relata. Lo próximo será descansar. «Creo que todos estamos igual; queremos hacerlo ya para que, pase lo que pase, podamos descansar al menos unos meses», insiste. 

Despreocupados

Entre el gentío, dos jóvenes bromean despreocupados sentados en la escalinata de la Facultad. «Estamos bastante tranquilos, nos hemos preparado», explica David Rodríguez. Su amigo y compañero de clase, Nsimba de Aragão, matiza sus palabras: «yo me he preparado lo que me ha permitido la vida, así que no estoy muy nervioso». Rodríguez es ya todo un veterano. Esta es la segunda ocasión en la que se presenta a las pruebas de Formación Sanitaria Especializada (FSE) y lleva un año trabajando, lo que para él ha sido una forma de ver el examen con otra perspectiva. Similar es el caso de Aragão que, pese a que se presenta por primera vez a esta prueba, ya lleva un tiempo trabajando. 

Rodríguez, en concreto, ha estado trabajando en el Servicio de Urgencias Canario (SUC), donde ha encontrado su verdadera pasión. «Me encantaría ser urgenciólogo, pero la especialidad aún no se ha creado», resume. Sin embargo, este aprendizaje también le ha valido para sentirse algo menos emocionado con la etapa que se abre. «Es un trámite necesario para poder ser especialista, pero el camino que nos espera no es fácil», resume. Y es que, como destaca, «lo que nos espera son contratos de exclusividad, un salario mínimo e infinitas horas complementarias que no cotizan a la seguridad social». 

Aunque la mente de los aspirantes se centra únicamente en la prueba que tendrán que llevar a término en las siguientes cuatro horas, algunos ya han empezado a pensar en el siguiente paso: la elección de una especialidad y el hospital donde cursar su residencia. Alba Reyes tiene bastante claro que quiere decantarse por una especialidad quirúrgica. «Tendré que informarme sobre cuáles hay y elegir», insiste. Y aunque es herreña, una vez ha salido de su isla, Reyes aspira a seguir avanzando fuera de las islas. «Me gustaría irme a la península porque es un cambio de etapa», resalta. 

Aspirantes al MIR en Tenerife.

Aspirantes al MIR en Tenerife. / Andrés Gutiérrez

Tras haber podido comprobar lo que supone trabajar en la asistencia urgente, David Rodríguez quiere continuar explorando esta vía. Sin embargo, es consciente de que su especialidad no existe aún. «Me gustaría ser urgenciólogo, pero aún no han creado la especialidad en España», lamenta. «Entiendo que es un camino difícil de hacer, pero yo me presento un poco con la idea de que como comparte gran parte de la formación con otras especialidades, pues voy a ver un poco qué opciones tengo», indica. Una de sus posibilidades será preparar su residencia en Medicina de Familia, especialidad para la que Canarias oferta 90 plazas. 

Nsimba de Aragão no sabe exactamente qué especialidad elegir, pero está convencido de que debe ser una dentro de la rama de medicina deportiva. «Realmente me gustaría optar a cualquier especialidad que pueda complementar con esto, como rehabilitación o traumatología», insiste. 

Otros no lo tienen tan claro. Celia García, por ejemplo, está «abierta» a cualquier posibilidad. Todo dependerá de su nota. «Eso me ayudará a decantarme por una cosa o por otra», explica. Eso sí, está segura de que quiere quedarse en Canarias. «Valoro mucho la calidad de vida que hay aquí, yo soy muy de aquí y me encanta mucho mi playa, así que si puedo me quedo», insiste. En la misma tesitura se encuentran Marta Alonso –que se postula como futura pediatra– o Aragão, que consideran que la formación en las Islas no tiene nada que envidiar a la que se imparte en la Península. 

Canarias, cotizada

Pero quedarse en Canarias se cotiza al alza. De los 1.200 aspirantes isleños, solo 460 se podrán quedar en las Islas. En otras palabras, cuatro de cada diez sanitarios que se han presentado a estas pruebas en el Archipiélago podrán realizar su residencia en hospitales isleños.

Las puertas de las aulas se abrieron a las 14:00 horas para proceder al llamamiento e identificación de los candidatos. Poco más tarde, se desprecintaron los paquetes con los cuadernos del examen, que constan del cuestionario y una hoja de respuestas, ambos nominalizados. Desde las 15:00 horas y durante cuatro horas, los aspirantes han estado rellenando con bolígrafo azul o negro las 210 preguntas tipo test de las que consta la prueba. Entre ellas, hay diez preguntas de reserva en caso de que se impugne alguna de las oficiales. Cada respuesta válida recibe una valoración de tres puntos, se resta un punto por cada una de las respuestas incorrectas y se deja sin valorar las preguntas no contestadas.

Las distintas versiones de los cuadernillos se publicarán en la web del Ministerio de Sanidad al cierre de la última mesa de examen, a partir de las 00:00 horas del domingo 26 de enero y las respuestas correctas el día 27. En los tres días hábiles siguientes a su publicación, podrán reclamar las mismas de manera electrónica, según las indicaciones que se establezcan. Un mes después del examen, se publicarán en la web del Ministerio de Sanidad los resultados provisionales, incluyendo datos detallados de cada participante (nombre, expediente, puntuación, entre otros). La elección de plaza se realizará a mediados de abril y la residencia se comenzará a finales de mayo o principios de junio. 

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