Canarias dará una segunda vida a la basura marina para limpiar el mar

El Archipiélago busca integrar este tipo de residuos en el ciclo de gestión y reciclaje

Entre 2019 y 2022, una investigación recogió entre 12 y 13 toneladas de plásticos en las playas isleñas

Basuras recogidas en una playa.

Basuras recogidas en una playa. / Cedida

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Canarias quiere dar una segunda vida a la basura marina para conseguir un doble objetivo: fomentar la economía circular y proteger los ecosistemas eliminando los residuos marinos. Lo hará a través del proyecto Circulaocean, una iniciativa internacional en la que participa el Archipiélago, cuya máxima se basa en "generar riqueza a partir de estos desechos".

Canarias ha sido el lugar elegido para realizar la primera reunión asociada a este proyecto del Programa de Cooperación Internacional Interreg MAC 2021-2027, a la que han asistido representantes de los 16 socios que participan en el proyecto, incluidos Cabo Verde, Ghana y Santo Tomé y Príncipe. Durante el encuentro, que se ha llevado a cabo en la Casa de la Aduana, en Puerto de La Cruz, la viceconsejera de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Julieta Schallenberg, ha recordado que este proyecto cuenta con un presupuesto total de 2,2 millones de euros.

Este proyecto "tiene como objetivo establecer soluciones para mejorar la gestión de las basuras marinas a partir del impulso de la economía circular", tal y como afirmó Schallenberg en declaraciones a los medios minutos antes del inicio de la sesión. Schallenberg aseguró que "este programa integral nos permitirá dotar de una nueva vida a los residuos que nunca debieron de llegar a nuestras aguas, conservando así nuestros ecosistemas marinos y generando riqueza a partir de estos desechos".

La viceconsejera de Transición Ecológica, Julieta Schallenberg, durante el primer encuentro del proyecto Circulaocean.

La viceconsejera de Transición Ecológica, Julieta Schallenberg, durante el primer encuentro del proyecto Circulaocean. / Acfi Press

Las basuras marinas son uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la sociedad, ya que afectan a todos los países en mayor o menor medida, independientemente de dónde se originan los residuos. Se estima que cada año entran en el océano entre 6,4 y 8 millones de toneladas de basuras marinas, y gran parte de ellas afectan a nuestro entorno próximo aunque no se generen directamente en él. El proyecto OceanLit, llevado a cabo en Canarias entre los años 2019 y 2022 –y predecesor de Circulaocean–, recogió entre 12 y 13 toneladas de residuos plásticos en las Islas. Una cifra que, a ojos de Schallenberg, "representa una grave amenaza para los ecosistemas marinos, la vida silvestre y las comunidades humanas que dependen del mar para su sustento", como es la región de la Macaronesia.

Las basuras marinas engloban cualquier material manufacturado o procesado sólido y persistente, eliminado o abandonado en la costa o en el mar. Pueden ser plásticos, madera, metales, vidrio, goma, telas, papel, incluyendo los derivados o desechos de las actividades pesqueras, que tienen origen en actividades humanas y son transportados al medio marino a través de ríos, escorrentías, alcantarillado o el viento.

Las basuras en Canarias

Según el Informe Caracterización y origen de las basuras marinas en Canarias, realizado por el Centro Tecnológico de Ciencias Marinas (Cetecima) en el contexto de OceanLit, la mayor parte de las basuras marinas que se encuentran en las islas provienen del turismo en playa. En 2020, por ejemplo, el 23,7% de los residuos encontrados en el mar provenían de esta fuente, mientras el 15,8% lo hacían de la pesca, el 12,8% de instituciones sanitarias y el 10,9% del comercio y la hostelería.

Con respecto a los materiales encontrados, el plástico representaba casi la mitad (49,53%) de las basuras marinas recogidas en playas de las islas Canarias, seguido del papel con un 30,19%, la madera con un 7,63% y el metal con un 7,33%, mientras que el resto de materiales supone el 5,33%. En cuanto a los objetos recogidos, los más frecuentes destacan las colillas (17,05%), piezas de plástico de entre 2,5 cm y 50 cm (11,67%), piezas de plástico de entre 0 y 2,5 cm (10,51%) y los objetos de vidrio (7,26%), aunque se han llegado a identificar hasta 17 tipos de objetos diferentes.

De esta forma, y con el propósito de alcanzar las metas marcadas, el proyecto se estructura en torno a tres objetivos específicos. En primer lugar, el fortalecimiento del sistema de recogida y seguimiento de las basuras marinas para su incorporación al ciclo de gestión de residuos.

En segundo lugar, su selección y tratamiento, elevando las capacidades en el tratamiento de las basuras marinas dentro de los sistemas de gestión de residuos. Y, por último, su reciclaje y valorización, "adaptando el modelo actual de gestión de residuos lineal hacia una economía circular mediante el reciclaje y la valorización de las basuras marinas como materias primas o subproductos", explicó la viceconsejera.

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