LO QUE LE PASÓ A HAWAii

Los telescopios en Hawai’i, como en La Palma o Tenerife, se sitúan en las cumbres de las islas, aprovechando al máximo la estabilidad atmosférica que aportan tanto el océano como su altura sobre el nivel del mar

Recreación del TMT en las cumbres del Roque de Los Muchachos.rtin

Recreación del TMT en las cumbres del Roque de Los Muchachos.rtin / M3 Engineering / TMT

Nacho Martín

Santa Cruz de Tenerife

La Astrofísica no es fácil. Sin embargo, lo que es realmente difícil es publicar un discazo como el que sacó Bad Bunny la semana pasada. Personalmente, BAILE INoLVIDABLE es la canción que más me gusta, salsa vieja recién hecha, pero viviendo aquí es imposible no sentir un cosquilleo detrás de la oreja escuchando LO QUE LE PASÓ A HAWAii. En Puerto Rico, Canarias y Hawai’i se habla diferente pero se piensa lo mismo. 

La primera vez que me bajé del avión en el aeropuerto de Kona para ir a trabajar al observatorio tuve una sensación muy (muy) rara. Hawai’i está a más de 13 000 km de Tenerife, en medio de otro océano, pero aun así me sentí extrañamente en casa. El mar, el malpaís que rodea el aeropuerto, el azul del cielo… Creo que era sobre todo ese azul del cielo lo que me hacía sentir que ya había estado allí antes. Y es precisamente de las similitudes entre el cielo de Hawai’i y el de Canarias de lo que les vengo a hablar hoy. 

Hawai’i y Canarias son, a día de hoy, los dos centros más importantes para la observación astronómica en el hemisferio norte. Junto a Chile, forman un triángulo que acapara las mejores y más sofisticadas infraestructuras astronómicas del mundo. Los telescopios en Hawai’i, como en La Palma o Tenerife, se sitúan en las cumbres de las islas, aprovechando al máximo la estabilidad atmosférica que aportan tanto el océano como su altura sobre el nivel del mar. 

La astronomía es una batalla constante por intentar capturar la mayor cantidad de luz posible. Cuanta más luz recibamos del objeto que estamos observando, más cosas vamos a poder estudiar. Y en esas andamos. En el Observatorio del Roque de Los Muchachos los telescopios MAGIC, de diecisiete metros de diámetro cada uno, y el GTC, de algo más de diez, dominan el horizonte y son un reflejo de esta carrera por crear infraestructuras cada vez más grandes. Para la astronomía óptica, el siguiente paso es el desarrollo de una nueva generación de telescopios con un diámetro de hasta cuarenta metros. Desde Europa, a través del Observatorio Europeo Austral, se apostó por el Extremely Large Telescope (ELT), que se está construyendo en Chile, mientras que la comunidad norteamericana está impulsando la construcción del Thirty Meter Telescope (TMT) en Hawai’i. 

Si bien el ELT está muy avanzado y se espera que vea la primera luz antes del 2030, el TMT se está enfrentando a serios retrasos. Resumir la problemática en este artículo es imposible pero una parte importante tiene que ver con el impacto que tendría en la cima del volcán. En la cultura Hawai’iana (como en la indígena canaria), las cumbres de las montañas tienen un valor muy importante y es evidente que la construcción del TMT cambiaría por completo el paisaje en Maunakea. En un contexto de fuerte oposición por una parte de la sociedad al TMT, el Observatorio del Roque de Los Muchachos en La Palma es el lugar alternativo que se ha elegido en caso de que la construcción finalmente no pueda llevarse a cabo en Hawai’i. 

¿Sería bueno para Canarias que el TMT se construyera en La Palma?

Probablemente sí. Los observatorios de las islas son un referente para los que nacemos y crecemos aquí. Son un ejemplo consolidado y concreto de que hay un futuro posible más allá de rendir pleitesía al viento frío que viene del norte. Desde el IAC, sin embargo, no podemos obviar el impacto que tiene construir instalaciones telescópicas en nuestros observatorios. Los acuerdos de construcción se firman con cláusulas que obligan al desmantelamiento de las instalaciones y a la renaturalización del terreno una vez acaben las operaciones. Esta parte de los acuerdos tiene un alto coste, por lo que no se suele asumir de buen grado por ninguna de las partes implicadas.

El impacto medioambiental es importante, pero no el único. Como ya se hace activamente, por ejemplo desde GTC, es necesario que los recursos que pueda traer el TMT o cualquier otra instalación permeen hacia conjunto de la sociedad palmera. En particular, la llegada de trabajadores y visitantes con salarios norteamericanos puede tensionar aún más el mercado inmobiliario o encarecer el precio de productos y servicios básicos. 

Me gustaría despertarme un día de estos con la noticia de que el TMT se viene finalmente a La Palma. Esperando que eso ocurra, poner todas las cartas encima de la mesa es importante para que nadie se quede detrás.

Ignacio Martín Navarro nació en Santa Cruz de Tenerife. Tras licenciarse en Física y doctorarse en Astrofísica por la Universidad de La Laguna con un proyecto llevado a cabo en el Instituto de Astrofísica de Canarias, pasó cuatro años investigando a caballo entre la Universidad de California, Santa Cruz, y el Max-Planck-Institut für Astronomie, Alemania, estudiando la formación y evolución de las galaxias más masivas del Universo. En la actualidad es Científico Titular del IAC.

Sección coordinada por Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez.

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