Entrevista
Diego González, cirujano: "Opero unos mil tumores de pulmón al año"
Este médico gallego ha revolucionado el mundo de la cirugía torácica con una técnica que permite extirpar cánceres a través de una incisión inferior a cinco centímetros

El cirujano torácico gallego Diego González Rivas.
Ana Rodríguez
En 2010 revolucionó la cirugía torácica cuando ideó y comenzó a aplicar en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) la técnica quirúrgica asistida por vídeo UVATS, que permite extirpar tumores del pulmón haciendo una sola incisión de dos a tres centímetros y posibilitado así una rápida recuperación del paciente, que en un periodo entre 24 y 48 horas puede recibir el alta. Once años después, durante la pandemia, aprovechó las tres semanas de confinamiento para ensayar su procedimiento con el robot Da Vinci y creó con éxito la técnica robotizada URATS. Diego González Rivas ( A Coruña, 1974) dirige el programa de cirugía uniportal del Shanghai Pulmonary Hospital, el mayor del mundo en esta especialidad, y recorre el mundo operando los tumores más complejos y enseñando su procedimiento a otros colegas cirujanos. Ha realizado más de diez mil cirugías con su técnica en 136 países, en colaboración con hospitales de todo el mundo, y ha creado una fundación que lleva su nombre, con la cual lleva estos avances a países en vías de desarrollo. En 2019 logró el Premio Nacional de Medicina de China en la categoría de Innovación y Técnicas Punteras, siendo el primer extranjero en recibir ese galardón.
–En las últimas tres semanas ha estado en Bali, Vietnam y en China practicando cirugías de pulmón, ¿cómo es su vida y cómo lleva estar continuamente viajando, operando y dando formación a otros cirujanos por todo el mundo?
–Llevo casi catorce años viajando, operando por todo el mundo a través de colaboraciones con diferentes hospitales. Doy máster class, formo a otros cirujanos y opero pacientes. Mañana (por el pasado jueves) voy a Beijing a probar un robot nuevo y el fin de semana (por ayer y hoy) estaré en el norte de China, cerca de Rusia, que tengo para operar veinte pacientes que me ha preparado un hospital en el que colaboro y voy cada tres meses. Y el domingo (por hoy) por la tarde me voy para Shanghai, donde comenzamos un programa de entrenamiento Uniportal con veinte cirujanos torácicos de todo el mundo que vienen para estar conmigo dos semanas en el Sanghai Pulmonary Hospital, donde dirijo el programa de cirugía Uniportal y hacemos miles de cirugías. Ya me he acostumbrado a vivir así, es como una rutina para mí, necesito el cambio, estar todo el tiempo activo y con innovaciones. Ya no me estresa, al principio sí porque era mucho cambio, pero con los años me he acostumbrado a esta vida. Es muy intenso porque prácticamente cada día estoy en un país, vuelo constantemente por las noches. Tengo que coordinar mi agenda de forma que acabo de operar y a las dos horas cojo un avión para otro país.

El cirujano coruñés, durante una operación. / FDV
–¿A cuántos pacientes ha operado y en cuántos países?
–Desde que empecé con la técnica de cirugía torácica mínimamente invasiva en 2010 he practicado más de diez mil cirugías en 136 países. En total he hecho más porque antes también operaba, pero el volumen era más normal en una persona de Europa, que son unas cien cirugías al año; ahora estamos hablando de unas mil anuales.
–¿Lleva el cálculo del nivel de implantación de su técnica en otros hospitales, de cirujanos a los que ha formado y emplean Uniportal VATS en sus operaciones?
–No. Mi técnica la he implantado en todo el mundo, la he enseñado en muchísimos países, no solo en los que he operado sino también a cirujanos que vienen a mi curso de entrenamiento a Shanghai y a los cursos que doy en otros países: doy uno anual en Roma, otro en Bucarest, otro en Alemania y otro en la India. Al final la gente se forma no solo por estar un tiempo conmigo sino que es una formación continuada a lo largo de los años.
–¿Cómo selecciona los casos que opera usted mismo?
–El 90% son casos difíciles que me reservan en los lugares a donde voy. Me los guardan porque yo tengo más experiencia al haber operado un mayor volumen de pacientes; la cirugía es cuestión de repetir movimientos: cuanto más operas más experiencia tienes y puedes afrontar casos más complejos. Date cuenta de que los casos que veo por todo el mundo son de los más variopinto y de los más raros. En España, por ejemplo, puede haber un caso complejo y lo ves anecdóticamente una vez al año, pero yo los veo todas las semanas.
–¿Qué porcentaje son cánceres y cuál otras patologías?
–Entre el 80 y el 90 por ciento es cáncer, salvo cuando voy a África, Sudamérica y Oriente Medio, donde hay mucha patología inflamatoria. En algunos países de Latinoamérica, por ejemplo, el cáncer se detecta más tarde porque los pacientes no van tanto al médico; en África los casos de cáncer llegan muy tarde al diagnóstico, con lo cual los casos que opero son más tipo patología inflamatoria.
–Ha dado las campanadas de Fin de Año en la TVG, ha salido en programas de máxima audiencia como El Hormiguero o La Revuelta, algo inusual en un médico. ¿Cree que la divulgación es una asignatura pendiente en el ámbito de las ciencias de la salud?
–No, yo creo que es bueno que salgan en la prensa los hechos relevantes, es bueno divulgar lo que se hace en Galicia o en España porque muchas personas a veces por desconocimiento, si el médico no domina las técnicas más novedosas mínimamente invasivas y el paciente no está al tanto de lo que ocurre, se queda solo con la idea de lo que le dicen. Por eso es importante hacer divulgación, que la gente sepa las innovaciones que hay.
–Se formó en Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela y ejerció en el CHUAC de A Coruña, pero el salto lo dio al irse a Estados Unidos a formarse en cirugía videoasistida. ¿Podría haber llegado a donde está contando solo con medios públicos en España?
–Fue imprescindible ir a Estados Unidos, esa técnica no se hacía prácticamente en España.
–De todos modos, fue usted el que consiguió perfeccionar esa técnica y llegar a revolucionarla a nivel mundial. ¿Cómo lo consiguió? ¿Era algo que tenía en mente cuando estudiaba?
–Soy una persona que me gusta innovar, hacer cosas diferentes continuamente, tenía una inquietud por mejorar la cirugía, entonces vi que se podía, me centré en ello, visualicé la idea que tenía y seguí ese camino. Es como si tuviera una intuición de que la técnica se podía mejorar y a medida que iba operando vi la posibilidad de desarrollar ideas nuevas.
–Y en 2010 comienza aplicar ese novedoso procedimiento en el CHUAC de A Coruña, con lo cual se puede decir que es ingenio gallego, sin embargo años después comienza a ejercer en China. ¿Considera que la fuga de talentos es un problema evitable?
–Se podría evitar, pero para ello tendría que haber más apoyo. De todos modos, yo no me considero un caso de fuga de talento, sino que para desarrollarme más profundamente me tuve que ir a centros fuera de España, a sitios con más volumen de trabajo. Me ofrecieron ir a Shanghai al mejor hospital de cirugía torácica del mundo y eso es como si a un jugador de fútbol le ofrecen jugar de titular en el Real Madrid, en lugar de estar en el Cádiz, por ejemplo. En España hay muy bien nivel de cirugía, pero a mí me ofrecieron lo más top y vi que ahí podía evolucionar más. Aun así, sigo operando en España, voy todos los meses a Madrid y a Galicia. No es cuestión de falta de apoyo el hecho de que yo este en Shanghai.
–Después de haber viajado por tantos países, algunos desfavorecidos y otros no, ¿cree que la sanidad pública en España sigue siendo modélica?
–Creo que en España tenemos una buena sanidad pública, pero es mejorable; se podrían mejorar más la listas de espera, sobre todo incentivando más al personal médico. Creo que así trabajaría más y mejor; si a una persona le pagas igual por hacer dos que por hacer diez al final llega un momento en que trabaja lo justo.
–Hace dos años creó una fundación con su nombre para atender a países desfavorecidos y ha creado un quirófano móvil para poder moverse por África, ¿cree que eso abre una nueva senda de futuro en la atención sanitaria?
–La unidad móvil fue una idea para llevar la cirugía mínimamente invasiva a países en vías de desarrollo, para tener en África las mismas condiciones que en un hospital de alto nivel de Europa: mi quirófano, mi enfermera, mi anestesista y mi equipo. Había ido a África muchas veces a operar durante los últimos diez años, a 34 países, y era un infierno: no tenía luz en la cirugía, ni material; el anestesista no tenía experiencia con la intubación de doble luz, no llegaban las grapadoras,... De ahí surgió la idea de crear una unidad móvil, la primera del mundo de cirugía mínimamente invasiva, y colocarla en Ghana. Ahora vamos a continuar con misiones por Angola, Sierra Leona y Costa de Marfil, de momento. La unidad móvil es muy difícil moverla, es como meter un hospital en un país, Aprovecho para decir que estamos grabando la segunda temporada de la serie ‘Curando el mundo’, que va a salir en la TVG, y ahí se van a ver cosas de la fundación, de la primera misión de la unidad móvil en Ghana el año pasado.
–En esos casos opera gratis, ¿con qué apoyos cuenta?
– Llevo operando gratis muchos años en muchos países, a veces lo que intento es conseguir apoyo en la industria para que me financie vuelos, la estancia en el hotel o lo que sea. Lo que pasa es que a veces a la industria no le interesa cuando le pides hacer una máster class en un país en vías de desarrollo, por eso surgió la idea de la fundación. En cuanto a apoyos, contamos con donantes particulares y empresas. La gente puede donar a través de nuestra página web . La fundación es posible gracias a la abogada viguesa Carla Salgado, su directora, mi mano derecha, el alma de la fundación, la que me convenció para hacerla y la que más se dedica a ella. Ha conseguido cosas increíbles, se encarga todos los años de recaudar, de hacer campañas, eventos y cenas benéficas para ir recaudando fondos y poder hacer más misiones. En solo dos años de vida, la Fundación Diego González Rivas ha hecho misiones en Perú, en México, en Azerbayán, en Costa Rica y en África.
–La palabra cáncer nos sigue dando mucho miedo y hasta es tabú en algunos entornos, ¿hemos de tenerle tanto temor?
–Más que miedo hay que tenerle respeto, hay que tener esperanza y enfrentar el cáncer con valentía. Hoy en día hemos avanzado muchísimo y gracias a muchos tratamientos como la inmunoterapia o la cirugía mínimamente invasiva, que hace los postoperatorios más llevaderos, la supervivencia es mucho mayor que antes. Hay cánceres de pulmón con los que puedes vivir toda tu vida con una pastilla y esos mismos cánceres hace diez años eran mortales.
–¿Podrá ser universalmente curable algún día o estamos muy lejos de ello?
–Será curable, creo que la terapia génica, la inmunoterapia y la propia cirugía en un futuro serán vitales. La prevención es fundamental, trabajar antes de que aparezca el cáncer, adoptar hábitos saludables y no fumar. También la terapia génica y el análisis genético para poder averiguar si una persona es más propensa a desarrollar un tumor o no. Vamos avanzando, erradicar el cáncer de momento es complicado, pero se conseguirá.

El médico ha aplicado su procedimiento pionero de videocirugía al robot Da Vinci. / FDV
–¿Qué retos entraña para la medicina el envejecimiento de la población?
–Cuanto más envejecida es la población más tumores vamos a ver porque a mayor edad hay más posibilidades de desarrollar tumores. Al aparecer a edades muy tardías, a los 90 o 95 años, la posibilidad de operarlos también se reduce, aunque yo he operado pacientes de noventa años; si están con buena forma y buen estado general, una cirugía mínimamente invasiva con mi técnica uniportal no está en absoluto contraindicada, es más recomendable que una operación a tórax abierto.
–Es importante aclarar que no puede operar todos los cánceres de pulmón.
–Siempre tengo que mantener los principios oncológicos. A mí me escribe mucha gente a diario con tumores y desgraciadamente le tengo que decir que no a la mayor parte de ellos. Lo que sí puedo es operar casos específicamente difíciles, en los que el tumor está localizado en una zona que a lo mejor otros cirujanos no se atreven por el riesgo que conlleva o por falta de experiencia en operar ese tipo de tumores centrales complejos. Ahí es cuando yo puedo aportar mi experiencia y rescatar esos casos. A lo mejor son pacientes que fueron vistos y están frágiles, o se les habían ofrecido quitar el pulmón entero o una cirugía abierta agresiva; y yo lo puedo hacer con una cirugía mínimamente invasiva, puedo reconstruir el pulmón y evitar quitarlo entero.
–Hace unos años su trayectoria salió publicada en el libro ‘Imposible es nada’. ¿Esa frase es de alguna manera su lema?
–Animo a la gente a que lea ese libro para saber de dónde viene esa frase, que fue algo muy específico con un paciente. Hay ahora una edición especial para la fundación que se puede comprar a través de la página web.
–Para marzo anuncia la publicación de otro libro, ‘Curando el mundo’, editado por Plaza & Janés, ¿qué nos va a contar en él?
–Será un libro que yo creo que va a impactar mucho. Es un viaje por mis cirugías por todo el mundo durante los últimos años y una reflexión sobre la vida, ya contado en primer persona. Hay capítulos en Gaza, en Libia, en Ucrania, justo antes de la guerra, en Pakistán, en Tanzania y en otros lugares.
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