Espectáculo espacial

Fiebre por las auroras boreales en España: por qué se están dejando ver y por qué son impredecibles

Este fenómeno, típico de las zonas polares del planeta, podría volverse a repetir en los próximos meses debido a la intensa actividad de nuestro sol

La aurora boreal captada en la playa de Pendueles, en Llanes

La aurora boreal captada en la playa de Pendueles, en Llanes / / Alfonso Tomás

Valentina Raffio

Barcelona

En los últimos meses, en los cielos españoles se ha podido ver una estampa un tanto inusual: la aparición de auroras boreales iluminando el manto nocturno. La pasada noche, por ejemplo, este fenómeno típico de las zonas polares del planeta se ha visto en los cielos del norte de España y dejó imágenes espectaculares desde Galicia hasta Asturias. Hace unos meses, en mayo, este espectáculo celeste también iluminó los cielos en Catalunya, desde Prades hasta el Montsec, y en algunos puntos apareció como el más intenso de los últimos 150 años. ¿Pero por qué las auroras boreales están dejándose ver en España? Y sobre todo, ¿por qué es tan difícil saber cómo y cuándo van a ocurrir en estas latitudes del planeta?

Pues bien, la magia de las auroras es, en el fondo, una cuestión de física. Concretamente, de la física de nuestro astro rey: el Sol. Y es que este fenómeno tiene su origen en el vaivén del viento solar y en las partículas que se desprenden de la estrella situada en el centro de nuestro vecindario galáctico, que viajan por el espacio y chocan con la atmósfera de nuestro planeta. Normalmente, este flujo suele dejarse ver en las zonas polares del planeta y, más concretamente, entre los 60° a los 75° grados de latitud tanto en el hemisferio norte (donde se denominan auroras boreales) como en el hemisferio sur (donde toman el nombre de auroras australes). Pero en ocasiones, como ha ocurrido en los últimos meses, el frenesí de la actividad solar provoca que este fenómeno también se deje entrever en otras latitudes del planeta y llegue hasta, por ejemplo, los cielos españoles.

Este fenómeno está directamente vinculado a la actividad de nuestro sol y, más concretamente, a la expulsión de partículas cargadas de energía

Las inusuales auroras boreales avistadas últimamente en España están directamente relacionadas con la convulsa etapa que vive en estos momentos el Sol, que atraviesa uno de los periodos de actividad más frenéticos de la última década. Durante esta fase, que forma parte del ciclo natural de la estrella, la actividad electromagnética aumenta de forma considerable y se expulsan potentes llamaradas solares. Este proceso, por un lado, está favoreciendo la aparición de auroras en latitudes poco habituales como es el caso de España. Pero, por otro lado, este fenómeno también se relaciona con alteraciones en las comunicaciones por radio de larga distancia o las señales de navegación vía GPS.

Noche de auroras boreales desde el observatorio de Pujalt (Barcelona)

Noche de auroras boreales desde el observatorio de Pujalt (Barcelona) / EUROPA PRESS

Cuándo se dará la próxima aurora boreal en España

Y ahora llega la pregunta del millón, que no es otra que cómo y cuándo podemos prever la llegada de auroras boreales en los cielos españoles. Y como siempre, la respuesta es más complicada de lo que parece y requiere dar un paso atrás para entender el contexto en el que se produce este fenómeno. En estos momentos, de hecho, sabemos que el sol atraviesa su etapa más frenética de los últimos años y que, probablemente, se encuentre cerca del punto máximo de actividad del actual ciclo. Según algunas estimaciones, esto se habría producido en los últimos meses, mientras que otros estiman que lo fuerte aún está por llegar. Algunos científicos predicen que el apogeo de llamaradas se dará a mediados de este 2025.

Según algunas estimaciones, el momento de máxima actividad solar tendrá lugar a mediados de este 2025

La actividad del sol no es lo único que condicionará la aparición de auroras boreales en España en los próximos meses. También hay otros factores, mucho más mundanos, que influyen en nuestra percepción de este fenómeno. Por ejemplo, los niveles de contaminación lumínica, las condiciones meteorológicas o, en general, nuestra mirada hacia los cielos nocturnos. En este sentido, no es descartable que en algunos puntos se estén dando auroras boreales que no vemos debido a las nubes. O que simplemente, este fenómeno se muestre de forma tímida en algunos cielos y que no seamos capaces de verlo debido a la intensidad de las luces de nuestras metrópolis. Por eso mismo, la mejor manera de ver una aurora boreal es alejarse de las grandes ciudades, buscar cielos limpios y cuadrar la excursión con previsión de días de tormentas solares (y un buen puñado de suerte).  

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