Las celebraciones de Fin de Año reviven el estrés por los ruidos de la pirotecnia
Los daños sensoriales que pueden generar los petardos en personas con autismo, mayores, bebés e incluso en mascotas avivan el debate sobre su uso durante las fiestas
Las tiendas que venden estos productos aseguran que desde hace años hay una notable preferencia por los colores y los espectáculos visuales
Los tradicionales espectáculos de pirotecnia que dan la bienvenida al nuevo año se traducen en momentos de angustia para colectivos vulnerables a ruidos de alto impacto. Las personas con autismo, los bebés, los mayores e, incluso, las mascotas sufren daños sensoriales que avivan el debate sobre su uso durante las fiestas.
Cerca de nueve de cada diez personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) experimentan respuestas inusuales a los estímulos sensoriales, según un estudio. Por este motivo, la coordinadora de servicios de la asociación Apanate, Elisa Hernández, asegura que los petardos generan malestar y estrés a muchas personas con autismo que, en casos extremos, pueden derivar en niveles altos de ansiedad. «Muchas familias nos cuentan que lo pasan realmente mal en esta fechas», revela.
Tanto familiares como las entidades del tercer sector que velan por el bienestar de personas con autismo llevan años denunciando que se trata de una práctica dañina para colectivos con hiperacusia –una mayor sensibilidad a la entrada auditiva–. Según señala la coordinadora de servicios de Apanate, entre las respuestas más habituales se encuentran el miedo, una menor atención, ansiedad, taparse los oídos o huir. Los niños con este trastorno son los más afectados, aunque asegura son reacciones «generalizadas» entre quienes padecen este trastorno.
Hernández explica que es fundamental anticipar lo que va a ocurrir. «Les comentamos que esa noche habrá ruido, qué pueden hacer para calmarse o para tener un mayor control. Todo esto podemos hacerlo de manera verbal o visual, con pictogramas o vídeos», sostiene. Sin embargo, la anticipación se convierte en una tarea imposible con las personas que, además de autismo, tienen una discapacidad intelectual. «Dependerá mucho del nivel de comprensión de esa persona, pero aun así hay ocasiones en las que incluso teniendo la información de antemano la situación en sí le va a poner nervioso porque ellos escuchan los ruidos con mayor intensidad y su cuerpo no termina de tolerarlo», argumenta.
En esta línea, el principal reclamo es que los espectáculos con fuegos artificiales se alejen de lo sonoro y evolucionen hacia lo visual, apostando por sorprender a través de los colores y las formas. «Es una tradición bastante arraigada en nuestro país, también es más accesible a nivel económico, pero muchas personas con autismo y muchos animales lo pasan mal», defiende. Por su parte, la Confederación Nacional Autismo España, que agrupa y representa a 192 entidades, exige «buscar alternativas a los petardos, para que todos podamos disfrutar de las fiestas navideñas».
Muchas personas optan por utilizar cascos amortiguadores de ruido, que reducen el ruido ambiental y actúan como protección auditiva. En celebraciones y eventos populares, los organizadores han comenzado a incluir puntos naranjas, para mejorar la accesibilidad de personas con discapacidad y dotarlos con información, acompañamiento, apoyo y otros servicios como mochilas sensitivas y sistemas de cancelación de ruido.
Momentos de tensión con mascotas
Las mascotas también son unas de las principales afectadas por los ruidos. Sin ir más lejos, durante la pasada Nochebuena, un perro –en evidente estado de estrés y con heridas visibles– fue localizado cerca del servicio de urgencias pediátricas del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. En este sentido, la tinerfeña Yolanda Arenas, dueña de una podenca, confiesa que la Navidad se convierte en un momento de angustia para ella y el resto de la familia. «Mi hija lleva 11 años metiéndose en uno de los baños para tranquilizar a nuestra perra porque lo pasa fatal. Lo positivo es que ya tiene 13 años y va perdiendo oído, por lo que los petardos no le afectan tanto como antes, que salía corriendo y temblaba mucho», relata.
El veterinario y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Juan Alberto Corbera, remarca que hay perros que no tienen miedo, pero hay muchos otros que sienten pavor, «no es un tema genético, influyen mucho las primeras experiencias que hayan tenido con la pirotecnia». Durante estos días las consultas sobre cómo pasar las fiestas son bastante frecuentes. «Es un problema importante porque genera ansiedad también a los familiares». Según informa, lo ideal sería acostumbrarlos, sin embargo, es una labor que se debe realizar con mucho tiempo: «Podemos empezar con petardos muy bajos y desde muy lejos, dándoles un premio cada vez que suenen, para que lo asocien así con un momento de seguridad».
Otra opción es dejar a la mascota en una habitación aislada, tranquila, sin luz y con orejeras, a ser posible. De igual forma, Corbera recomienda acudir a un veterinario para que las estrategias se ajusten a cada animal. Un profesional también puede recetar sedantes o antidepresivos en aquellos casos en los que el perro lo pase muy mal. «Lo fundamental es que la población general tome conciencia de los daños que puede generar esta práctica y que la realice en zonas alejadas de viviendas, como parques abiertos», sentencia.
Los petardos infantiles, los más demandados
Este año, los petardos más infantiles se imponen ante los grandes. Al menos así ha ocurrido en la histórica Pirotecnia Hermanos Toste. Según relata su gerente, César García, los artificios pirotécnicos más demandados para estas fechas son las fuentes, bengalas, bombetas y otros productos para niños. Asimismo, García revela que, desde hace algunos años, los espectáculos de colores triunfan bastante más que los sonoros. «Hace tiempo que se vende mejor todo lo que tiene que ver con un espectáculo más visual, como baterías para fiestas particulares», subraya. Si bien apunta que para la Nochevieja se suelen buscar modelos algo más fuertes que para Navidad, momento en el que predominan las compras enfocadas en la diversión de los más pequeños. El gerente de Hermanos Toste no considera que la apuesta por el color tenga que ver con el cuidado de mascotas o personas con hipersensibilidad auditiva, sino que se trata de una nueva moda o un cambio en las preferencias de los consumidores. Además de las compras para reuniones familiares, se esperan importantes exhibiciones pirotécnicas en enclaves como la capital santacrucera. Por ello, estas tiendas experimentan estos días su particular agosto, facturando un 300% más que cualquier otro día.
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