Medio Ambiente

El cambio climático pone en peligro a la tarabilla canaria

Es una especie endémica y protegida del Archipiélago canario que sólo vive en Fuerteventura, pero su población se reduce cada vez más

Ejemplar de tarabilla canaria, que vive exclusivamente en la isla majorera.

Ejemplar de tarabilla canaria, que vive exclusivamente en la isla majorera. / El Día

Un reciente estudio liderado por la Universidad de Oviedo revela que el cambio climático está provocando el colapso de la población de tarabilla, un ave endémica de Canarias que vive únicamente en la isla de Fuerteventura.

En un comunicado, la Universidad asturiana detalló ayer que este estudio, publicado en la revista de máximo impacto Science of The Total Environment, también concluye que la alteración y destrucción de hábitats debido a la crisis climática es el aspecto del que menos información precisa se tiene sobre cómo modifica la abundancia y distribución de las especies endémicas del archipiélago canario.

El profesor de Ecología de la Universidad Juan Carlos Illera, investigador del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad, explica que, de entre todas las posibles causas que alteran la biodiversidad de las Islas, es la crisis climática la más desconocida.

Canarias mantiene hasta nueve especies endémicas de aves, y una de ellas es la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), especie de pequeño tamaño -de unos 12 gramos de peso-, que se alimenta de animales invertebrados.

El estudio ahora publicado estimó el tamaño de población de esta especie en 2024 y lo comparó con los datos obtenidos hace casi 20 años, unos resultados que, según el profesor Illera, «han sido desalentadores y muy preocupantes, ya que se ha detectado la disminución de entre un 63 % y un 70 % de sus ejemplares, de acuerdo con dos métodos analíticos utilizados».

Esto significa que el número de tarabillas canarias presentes en la Isla en 2024 se situaría entre 4.650 y 4.150 individuos, según ambos métodos.

La densidad de esta especie se redujo durante este año, aproximadamente, tres veces en relación con el estudio anterior, de tal forma que este año se necesitó una área mayor (246 km² y 514 km²) para incluir al 50 % y 75 % de los individuos de esta especie comparado con el periodo anterior (195 km² y 434 km²).

«Este colapso poblacional fue asociado con un descenso significativo de las precipitaciones ocurridas en Fuerteventura desde el primer censo de la especie realizado en 2005-2006. Las lluvias determinan el éxito reproductor en esta especie y, por tanto, el número de juveniles reclutados cada año», ha apuntado como posible causa de esta disminución de población este investigador.

Un descenso en el nivel de precipitaciones que está asociado de manera directa con el cambio climático, recalca la Universidad.

Además, esta caída poblacional también ha sido detectada en otras especies aviares autóctonas de Fuerteventura como los bisbitas camineros o las currucas tomilleras, que también se alimentan de invertebrados.

En resumen, con este trabajo, se ha venido a demostrar, concluye el investigador Illera, «que los eventos climáticos extremos, como son los continuados periodos de sequía, tienen consecuencias dramáticas sobre la distribución y abundancia de las especies de aves insulares, con consecuencias inciertas sobre su viabilidad futura.

Advertencia

El profesor de Ecología de la Universidad de Oviedo, Juan Carlos Illera, ya advirtió el pasado 24 de febrero en el transcurso de una conferencia celebrada en Puerto del Rosario, organizada por el colectivo Efequen, los riesgos a los que se enfrentaba el futuro de la tarabilla canaria, una de las joyas naturales de Fuerteventura.

El investigador, que llegó a la Isla en 1992 como estudiante de la Universidad de La Laguna (ULL) para estudiar esta diminuta ave, que fue la protagonista de su tesis doctoral, ya alertó que la ocupación descontrolada del territorio majorero suponía una gave amenaza para este especie embelmática de la Isla. n

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