Insultos de maricones, besos volados, escupitajos en el suelo: la fiscal pide dos años de cárcel a un acusado en Tenerife

El implicado niega que sea homófobo y aclara que sólo le molestaban los ruidos procedentes de la casa de los denunciantes

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife / E.D.

Santa Cruz de Tenerife

Una pareja de homosexuales denunció a finales del año 2020 a un vecino que, durante varios años, presuntamente les dirigió insultos y comentarios vejatorios por su condición sexual, así como otras acciones irrespetuosas, como besos volados, risitas o escupitajos en el suelo.

Este lunes se ha celebrado el juicio en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. La fiscal delegada de delitos de odio, Enriqueta de Armas, ha solicitado para el investigado una pena de dos años de prisión, así como que abone una multa de 2.000 euros y una indemnización a las víctimas que deberá establecerse en ejecución de sentencia.

Y la abogada de la acusación particular, Patricia Garrocho, solicitó también dos años de cárcel, así como que las víctimas sean compensadas con 6.000 euros por los daños psicológicos y morales ocasionados.

Durante varios años, según el testimonio de los denunciantes, el ahora acusado los llamó "maricones de mierda", escupía en el suelo si se los tropezaba en la calle, saludaba a uno de ellos con un "hola, rubia", mostraba "risitas", o bien se "hinchaba" y adoptaba una actitud desafiante si se los cruzaba en la vía pública.

Un hermano de uno de los afectados confirmó que esas eran las actitudes que él apreciaba en el investigado.

El citado testigo aseguró que conocía al procesado desde que eran niños en un colegio de Los Verodes, que después fueron convecinos en Ofra y después vio que residía en la calle Ecuador, frente a su hermano. Y nunca recibió insultos del implicado, pero sí los detectó hacia su hermano. También aclaró en su declaración que él no es homosexual.

Apuntó que, en una ocasión, el investigado y unos amigos hacían cánticos contra un equipo de fútbol, que incluían "que les den por el culo". Y, mientras se asomaban a la terraza de la vivienda de su hermano y la pareja de éste, el implicado gritó "y a los maricones que les den más por el culo".

En los días previos a la Navidad del año 2020, recordó el testigo que su hermano sufrió una crisis de ansiedad y que debió acudir hasta el centro de salud de Los Gladiolos. Además, aseguró que, posteriormente, él lo llevó a interponer la denuncia a la Comisaría de la Policía Nacional de Distrito Sur de Santa Cruz de Tenerife, en la avenida Tres de Mayo.

Ese día, supuestamente, el ahora acusado fue grabado cuando se dirigía a las víctimas con un trato vejatorio.

En el Juzgado de Instrucción, supuestamente, un testigo de la defensa aseguró que ese día y a esa hora el denunciado no estaba en su casa.

Sin embargo, un perito de la acusación particular realizó un informe sobre los datos objetivos del archivo de vídeo y confirmó que la imagen del acusado fue captada en la hora y en el día en que manifiestan los denunciantes, así como que el documento audiovisual no ha sido manipulado.

El acusado sólo respondió a las preguntas de su abogado. Aseguró que llegó a vivir a la zona, en la calle Ecuador, en verano o a finales del año 2015. No obstante, en esa casa antes vivía su hermana.

Explicó que es empresario de la hostelería y que pasa poco tiempo en su domicilio por razones de trabajo. Aseguró que, cuando ocurrieron algunos de los ruidos, su hija tenía un año. Señaló que en alguna ocasión los denunciantes empezaron a taladrar a las ocho de la mañana de un domingo.

"Nunca los he insultado", fue una de las respuestas del investigado a su letrado. Pero sí admitió que ha intercambiado palabras con los denunciantes y les ha expresado su malestar.

Aclaró que "no soy homófobo" y apuntó que "tengo familiares homosexuales". Según su versión, los problemas con los ahora denunciantes empezaron cuando su hermana residía en su domicilio y tiraban latas de cervezas u otras bebidas a su terraza.

La fiscal solicitó que el acusado sea condenado a dos años de cárcel por un delito del odio contemplado en el artículo 510.2 del Código Penal. Y, de forma alternativa, también propuso una sentencia condenatoria por un delito contra la integridad moral. Para la representante del Ministerio Público, la versión ofrecida por el denunciado "no convence".

La abogada de los denunciantes manifestó en sus conclusiones que, si un vecino tiene problemas con otros por obras y otros ruidos y no es homófobo, los puede insultar con otras palabras, como "cabrones, hijos de puta", pero no con términos como "maricones".

Y añadió que, si se debió a molestias puntuales, no es lógico que las vejaciones se prolonguen durante cinco años o más.

El letrado de la defensa manifestó que en el juicio "no ha habido prueba de cargo suficiente" para condenar a su cliente. Explicó que entre las partes hay una mala relación y que se produjo un "móvil espúreo".

Admitió que su defendido fue condenado por un delito leve de lesiones por una agresión física a uno de los denunciantes. Y manifestó que en esa resolución judicial no se mencionó en ningún momento que existiera homofobia por parte de su cliente.

"Lo más que ha habido son insultos por fiestas, colgar cuadros u obras realizadas", señaló el abogado defensor en sus conclusiones.

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