Ciencia | XXVI Congreso Internacional Ocean Optics
La NASA le saca los colores al océano para ver el efecto del cambio climático
Gran Canaria acoge los primeros datos del satélite PACE que afina con sensores hiperespectrales la visión científica de las alteraciones en los ecosistemas marinos

De izquierda a derecha, Violeta Sanjuán Calzado, Laura Lorenzoni y Marina Gutiérrez García. . / E. D
Los colores del océano bajo la óptica espacial ofrecen importante información sobre las alteraciones que sufren los ecosistemas marinos a consecuencia del cambio climático. Hasta ahora la comunidad científica venía observando en torno a diez colores que, a través de diferentes algoritmos, aportaban información sobre los organismos que hay en el agua, pero el lanzamiento este año por parte de la NASA del satélite PACE, el más reciente en su flota de observación de la Tierra, equipado con sensores hiperespectrales, permite detectar hasta 256 colores diferentes, aportando un análisis muy detallado de las comunidades de fitoplancton, responsables de la absorción de CO2 y esenciales para la cadena alimentaria marina.
Así lo afirmaron ayer las investigadoras Violeta Sanjuan Calzado - científica senior del Laboratorio de Ecología Oceánica de la NASA en el centro espacial de vuelo Goddard- y Laura Lorenzoni -directora del programa de Oceanografía biológica y biogeoquímica en la sede principal de la NASA en Washington DC-, en el marco de la XXVI edición del Congreso Internacional Ocean Optics que reúne en el Palacio de Congresos de Canarias -Auditorio Alfredo Kraus- en la capital grancanaria a investigadores de todo el mundo que trabajan sobre la óptica marina y el color del océano para el diagnóstico de los efectos del calentamiento global.
Definición
Ambas investigadoras han difundido los primeros datos obtenidos por el satélite PACE -Plancton, Aerosoles, Nubes y Ecosistemas Oceánicos- de la NASA, señalando la importancia de la imagen hiperespectral para aportar una visión sin precedentes del impacto del cambio climático. «Con PAGE podemos saber con mucho más detalle qué comunidades de fitoplancton hay en el agua y también otros productos. Lo increíble es que ahora esos pequeños detalles de color los podemos ver desde el satélite, antes no podíamos diferenciar esas especies. En definitiva, PAGE nos da información sobre cambio de especies y podemos monitorizar de una forma continua, en el caso de este satélite, con una repetición diaria», indicó Sanjuan.
Canarias
En este sentido, la científica del Laboratorio de Ecología Oceánica de la NASA apuntó el interés que tiene el archipiélago canario como laboratorio de observación oceánica. «Canarias es una zona muy interesante para la ciencia porque desde el punto de vista óptico presenta muchas dificultades. Tenemos el afloramiento sahariano en esta zona, los vórtices que se generan al sur de las islas, y es una zona altamente productiva, por lo que los algoritmos tradicionales que usamos para ver clorofila y fitoplancton no funcionan porque son valores extremos, y a ello se le suma la contribución de polvo sahariano que añade dificultad a la señal óptica. Esto hace que sea una zona importante porque supone nuevos retos y también es un buen laboratorio para experimentar e investigar diferentes aplicaciones o algoritmos que nos puedan dar una mejor definición».
Las Islas suponen un reto para la óptica oceánica por el afloramiento sahariano y la calima
En este sentido, Violeta Sanjuan destacó la importancia de la región en la investigación oceanográfica, citando a la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) como referente mundial en el monitoreo y la protección de los océanos; y a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a través de la Facultad de Ciencias del Mar y el Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG), que ha desarrollado estudios pioneros sobre el color del océano y la oceanografía biológica, contribuyendo significativamente a los avances globales en estos campos.
Fitoplancton
Entre los principales descubrimientos proporcionados por el satélite PACE de la NASA, Laura Lorenzoni señaló que ya se puede conocer con precisión si hay o no fitoplancton, qué tipos de algas aparecen, la naturaleza del material suspendido o disuelto... «Ahora podemos entender quién está ahí, qué tipo de fitoplancton, por ejemplo si es tóxico o no, si es favorable a las pesquerías o no, y eso nos permite también entender cuál es la salud del océano».
Detectan en el Pacífico un aumento de olas de calor marino que desplaza a las especies
Asimismo disponen de mayor información sobre los puntos más calientes del océano, entre los que destacó las latitudes medias y altas, que están contribuyendo a la «expansión de especies».
Olas de calor
Por otra parte, han detectado un incremento de olas de calor marinas, principalmente en el Pacífico Central y Norte -«en Canarias no se han detectado»-, que no sólo contribuyen al desplazamiento de especies, sino que dañan las comunidades de sargazo (macroalgas). «Tal y como pasa en la Tierra, tenemos olas de calor marino, que lo que hacen es propiciar el traslado de las especies que se pueden mover, pero provoca la muerte de las que están fijas en el sustrato o de los organismos que viven en los sustratos rocosos». Parte de la investigación que están desarrollando a través de los datos que proporciona el satélite PACE va encaminada a conocer el impacto de estas olas de calor marino -«que duran entre dos y tres meses»-, en los ecosistemas oceánicos.
La tecnología de observación hiperespectral como la de PACE, también trae consigo nuevos desafíos para la comunidad científica, como es el caso de la gestión y el procesamiento de grandes volúmenes de datos y la estandarización en su tratamiento. Estos retos también serán abordados en el congreso que se celebra durante esta semana en Gran Canaria, donde se presentarán soluciones innovadoras apoyadas por agencias espaciales y el grupo de trabajo del International Ocean Color Coordinating Group.
Mentoría entre expertos y jóvenes investigadores
El Congreso Internacional Ocean Optics, que se celebra cada dos años en distintas partes del mundo, ha elegido Gran Canaria en su edición 26ª, tras Croacia en 2018 y Vietnam en 2022, por la ubicación estratégica de Canarias «y por ser parte de uno de los sistemas oceanográficos más dinámicos y desafiantes del planeta». Un aspecto importante de este foro es que promueve las conexiones internacionales y la mentoría entre expertos y jóvenes investigadores mediante un espacio dedicado a asesorar a estudiantes, fomentando el intercambio de conocimiento y la colaboración global. En dicha mentoría participa Marina Gutiérrez García, estudiante del Programa de Doctorado de Oceanografía Física y Cambio Global de la ULPGC. «Es una oportunidad poder colaborar con investigadores de instituciones como la NASA, que han venido para que entendamos mejor las nuevas tecnologías de la observación. Me llama la atención la facilidad que nos han dado a los jóvenes estudiantes para colaborar y hablar con investigadores expertos, que llevan tiempo en la carrera». | M. J. H.
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