Última oportunidad para divisar al 'cometa del siglo': en dos semanas podrá verse desde Canarias al atardecer

C/2023 A3 se acercará por última vez a la Tierra el 10 de octubre

Se podrá divisar ese fin de semana en Canarias al atardecer

El cometa visto desde el Observatorio del Teide, en Tenerife.

El cometa visto desde el Observatorio del Teide, en Tenerife. / IAC

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

C/2023 A3 (Tsuchinshan-Atlas), bautizado como el cometa del siglo, dejará de deleitar a los canarios más madrugadores a partir de hoy tras empezar a ocultarse por detrás del Sol. Sin embargo, el raro fenómeno astronómico del que Canarias ha tenido la fortuna de ser testigo los últimos días, tendrá un vis en el plazo de apenas dos semanas. El meteorito volverá a ser visible a partir del día 10 de octubre y su estela se prolongará durante todo ese fin de semana. Esta vez, sin embargo, no aparecerá con los primeros rayos de sol, sino con la llegada del ocaso. Después, el cometa se alejará de La Tierra adentrándose en la infinidad del universo con su órbita muy elíptica para no volver a ser visible nunca más. 

Tsuchinshan-Atlas es un cometa mediano, de cinco kilómetros de diámetro y cubierto por una densa capa de hielo. Su helada cubierta la obtuvo en origen, la nube de Oort. Y es que esta estructura galáctica –formada por cientos de miles de objetos muy dispersos entre sí– se encuentra en los límites del Sistema Solar. No es de extrañar entonces que, al encontrarse a casi un año luz del Sol, los objetos que lo componen estén sufriendo el más frío de los destinos. Las grandes rocas que allí orbitan sin un rumbo aparente, en algunos casos llegan a ser tan grandes que son capaces de generar órbitas que atrapan a otros objetos de sus alrededores. 

Las interacciones entre estos objetos, sin embargo, en ocasiones se vuelven violentas, generando que muchos salgan disparados hacia la infinidad del universo o directamente hacia el Sol. Tal y como ocurrió con C/2023 A3. 

Esta forma de acercarse al Astro Rey es lo que le ha conferido una órbita retrógrada –es decir, gira alrededor del Sol en sentido contrario a como lo hacen los planetas–. Tras decenas de miles de años de viaje, este año se ha acercado a unos escasos 58 millones de kilómetros de nuestra estrella. La misma distancia que separa a esta última de Mercurio. 

Un largo viaje

Este cometa fue descubierto de forma independiente el 9 de enero del año pasado, desde el observatorio de Montaña Púrpura (China). Un descubrimiento que fue posteriormente ratificado el 22 de febrero de 2023 mediante el telescopio Smith de medio metro ubicado en Sutherland (Sudáfrica), como parte del programa de vigilancia Atlas (Asteroid Terrestrial-Impact Last Alert System). Un programa por el que también ha mostrado interés el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que planea construir una unidad Atlas en El Teide.  

El apodado cometa del siglo se encontraba por aquel entonces en la constelación de Cola de la Serpiente. Más de un año después, su órbita se ha acercado al Sol, dejándose ver desde La Tierra. 

 Su cercanía con nuestro planeta ha convertido el paso del cometa en un de los eventos que más expectación ha causado en las últimas semanas a Canarias. No en vano, el Archipiélago es una de las regiones del planeta agraciadas con la vista de este fenómeno. Sin embargo, a partir de hoy el cometa se esconderá detrás del Sol, y, debido a su brillo cegador, será imposible verlo durante los primeros días de octubre. 

A partir del día 10 de octubre, el cometa volverá a hacer acto de presencia en nuestros cielos, aunque esta vez durante el atardecer. Se espera que el brillo del cometa sea lo suficientemente alto para poder ver su núcleo a simple vista, pero al encontrarse en un punto muy bajo en el horizonte y sumergido en la luz crepuscular, puede que no sea tan espectacular o sencillo de encontrar. Por esta razón, al caer la noche, para garantizar una imagen del cometa habrá que tratar de divisarlo con prismáticos, un pequeño telescopio o a través de la lente de una buena cámara.  

La mejor puesta de Sol

Coincidiendo con el Día de la Hispanidad, el 12 de octubre el cometa alcanzará el punto más cercano a la Tierra, lo que convertirá a esta jornada en una de las mejores para disfrutar de este fenómeno astronómico. «Ir a ver la puesta de Sol esos días será un planazo», argumenta Alfred Rosenberg, divulgador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). 

Ese fin de semana se podrá visualizar desde cualquier lugar en que se vea un horizonte oeste limpio de obstáculos, observando unos 40 minutos tras la puesta de Sol. En ese momento se podrá observar perfectamente el núcleo del cometa y la cola del mismo, probablemente también a simple vista. A medida que van pasando los minutos, el cielo seguirá oscureciéndose, pero el cometa se irá acercando al horizonte debilitando su brillo a consecuencia de que su luz tiene que atravesar más atmósfera terrestre.

En estos últimos días cerca de La Tierra, el cometa mostrará por primera vez una cara hasta ahora desconocida: la de sus dos colas. Y es que estos objetos suelen presentar dos colas tras de sí, una iónica y otra de polvo. La primera se produce por la ionización de los gases que contiene, que son «peinadas por la radiación solar»; y la segunda, la de polvo, la dejará a lo largo de su órbita.

Debido a estas características, acaban trazando su camino en direcciones opuestas, lo que a simple vista produce dos colas diferentes que se separan. «Hasta ahora las veíamos juntas, pero desde mediados octubre ya las podremos ver separadas», indica Rosenberg, que asegura que se podrá ver como una cola «despeinada». 

Canarias se ha convertido en una de las regiones de España en las que se podrá ver el cometa antes de perderse en el cosmos. «Es por la latitud», explica Rosenberg, que recuerda que en la Península, por ejemplo, será más difícil porque la luz del Sol no dejará ver el cometa. «Las zonas ideales son las que se encuentran por debajo del ecuador», indica. 

A medida que se aleje, solo será visible con telescopios mayores hasta volver a enfriarse y perderse en los confines del Sistema Solar para siempre. Esto ocurrirá en un momento comprendido entre el 20 al 25 de octubre.

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